Martes 6 de Octubre – 21,8 km
El mar y el sol

Bago de mi, que ya he desconectado las alarmas que van de las 7:30 a las 8:30, y como evidente consecuencia me levanto a las 9:30, con una sonrisa que abre los cielos, y espanta truenos, rayos y lluvia. Me siento feliz… y ese es un mantra que hoy, sin pretenderlo me descubro repitiendo repetidas veces: me siento feliz!!!

Cuando me levanto, aun están los chicos de Valencia. Buen día!. Aseo, y preparar cosas. Ellos salen antes que yo, abrazos, besos y buenos deseos. Llueve algo, pero parece inofensivo. Salgo pertrechado para lluvia, pero me paro a los 300 metros a desayunar. Mientras, estudio la etapa y la precisión. Son ya las 11 y supuestamente ya no va a llover más. Arrancandooooo!!!

Una vez más, camino solo por un monte que resuma agua por todos sus poros. El viento sopla arriba en las copas. Abajo charcos y las cicatrices de las correntías de ayer. Yo y mi mochila, que ya somos uno, y el camino, y sus flechas, y siempre avanti…

A la hora y poco un bar. Me paro, estoy en Senande. He llevado el chubasquero pero no llovía ni hacía frío, y en consecuencia estoy absolutamente empapado en sudor. El camarero tiene mundo y ganas de hablar y hablamos. Caen un par de birras en lo que degranamos el impacto creciente del camino en esta zona, la diáspora galega (incidiendo en Canarias y Cuba), el turismo en Canarias, la burbuja inmobiliaria, el timo de la crisis, el robo obsceno de los de siempre y la perpetua explotación del pueblo…

Cojo ritmo para compensar el tiempo perdido. A media etapa llego al pueblo donde pensaba comer algo pero su bar está cerrado, así que sigo. En torno a las 15:00 paso por un bar y aprovecho. -Tiene algo de comer?- un movimiento incierto de cabeza me hace pensar que sí, pero desaparece sin decir nada. Consultando en cocina?. A los 10 minutos sale con un bocatón de jamón serrano, mejor dicho, de filete de jamón, por el grosor de su corte. Menos mal que no soy vegetariano, porque no he tenido opción de elegir?!!

Continúo ya del tirón. Me faltan uno 10 km hasta Muxía, unas 2 horitas y pico. Jesús, el de Madrid me lleva casi 3 horas y ya está en Muxía. Por WhatsApp me dice que el albergue de Vela Muxía está genial y tienen habitación. Estupendo. El guasap ha sido un puntazo, sobre todo cuando eramos un grupo de 12!!! Nos permitía ir a cada cual a su ritmo, pero coordinarnos para quedar para comer o lo que fuera… ventajas de la tecnología.

Voy bajando por en medio del monte, senda empinada y algo pedregosa cuando a través de un claro puedo ver el mar… Oeoeoeo!!! El mar!!! Creo que me provoca más emoción que el llegar a Santiago… he llegado hasta el mar… me acerco al fin del mundo…

El día ha terminado por abrir. Tras los jirones de gris plomizo se abre un cielo azul eléctrico al que sigue un sol que calienta rápido. El día está precioso cuando llego a Muxía. Me acerco por el paseo de la playa, de blanquísima y fina arena. Que emoción!

Recorro la población hasta llegar al albergue. Cierto es que está muy bien. La habitación no es barata pero me encanta, me rebaja un poco el precio y ya solo pienso en disfrutar los días que me quedan. Después de las rutinas quedo con Jesus y vamos a una terraza a tomar algo. El también ha disfrutado mucho del día. Pasamos un momento por el albergue y luego nos vamos hasta el Santuario de la Virgen de la Barca para ver caer la noche. Supuestamente allí se encontraba Santiago Apóstol predicando, cuando se…

Hay suficientes nubes como para no tener una puesta de sol perfecta, pero la disfrutamos igualmente. Me fascina el contraste entre la tranquilidad del mar en el interior de la bahía y la brutal fuerza con la que rompe allí. Wow! Jesús ya estuvo allí esta tarde así que hace de guía y me indica cuales son las famosas rocas: la barca propiamente dicha es la Pedra de Abalar, la vela es la Pedra dos Cadrís y el timón la Pedra do Temón. Colina arriba hay una escultura de una roca partida, La Herida, en memoria…

Nos sacamos muchas fotos y disfrutamos del momento hasta que se hace de noche. Volvemos hacia el pueblo y nos dirigimos a un restaurante que nos recomendó el del albergue «O Cordobés». Jesús se presenta como amigo y enviado por el del hostal. Nos sentamos. El pide vaca galega y yo un surtido de frutos del mar: zamburiñas, navajas, langostino, rape… Nos invitan a una bandeja de mejillones… uhmmmm… que rico todo!!!

Estamos solos en el restaurante. Arxires, el dueño, se sienta con nosotros y una botella de orujo de hiervas. Le preguntamos por los típicos temas: el auge del este tramo del camino, la dureza del clima, etc. El está muy interesado en entender el camino y al peregrino, hasta el punto de que dentro de mes y poco tiene pensado hacerlo desde O Cebreiro. Sentir El Camino y observar lo que muchos comentan de su sobrexplotación.

Nos cuenta que hace unos años se perdio una alemana en el tramo entre Finisterre y Muxía, y terminaron movilizados los equipos de rescate, helicóptero incluido. La broma le costo una factura a la chica de unos miles de euros. Nos cuenta que se reunió con diversos responsables políticos y empresariales, para hablar sobre el tema y costear entre todos los empresarios de la zona la factura de la chica. La idea me parece estupenda, que buen titular y promoción para la zona! Pues resulta que tururú! Cortos de…

Pasamos un rato genial hasta las 00:00, en que decidimos disolver el encuentro. De vuelta al albergue me despido de Jesús, nos damos un buen abrazo. Buen tipo! : ))). Yo sigo un par de horas en planta, tengo que avanzar el blog, porque hay mucho que contar y no quiero que se me acumule. Aun así, solo consigo actualizar el día anterior. No puedo más es tarde y quiero descansar…

Desde Muxía se despide por hoy este peregrino ; )

Un comentario en “Día 25: Dumbría – Muxía

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