Miércoles 19 de Enero de 2022

Costa

Texto introductorSuena la corneta en forma de despertador de móvil a las 6:00. Ambos remoloneamos pese al zumbido, casi 20 minutos más. Yo me he duchado anoche, así que con pasar por el baño y vestirme tengo. Vamos a desayunar, lo mismo de ayer, pero más! Nos querran echar a los leones? Cuando llega John estoy tomándome el te con un piti. Recogemos y tiramos. Hoy salimos tan pronto porque vamos a hacer un último game-drive antes de tirar a Diani, en la costa y segun John son por lo menos 6 horas y media, y el quiere volver a Nairobi luego.io

El día repite el patrón, lluvia suave y todo nublado. No pinta bien, pero en lo que llegamos al parque ha dejado de llover y se va abriendo. Nos emocionamos al ver que el Kili parece querer dejarse ver… por el momento asoma una patita.

A poco entramos empezamos a ver manadas de elefantes. Ayer ya vimos que al atardecer cruzan el Amboseli en manadas, dirección al Kilimanjaro, y al entrar hoy tempranito, los oilla.os volviendo de esa zona para entrar al parque. El Kilimanjaro prácticamente se ha descubierto del todo salvo la misma punta, así que se nos brinda la estampa de las manadas de elefantes aproximándose a nosotros con el Kili al fondo… wowwww… I love it!!!

Cogemos otros caminos no que hemos visto los días anteriores, más próximos a Kilimanjaro. Nos tipamos con los restos de un hipo, prácticamente ya solo en huesos, pero aun oloroso. Nos queda cerca así que nos sorprende. También vemos avestruces de cerca, un pequeño grupo. Poenso en que un pajarraco así que no puede volar está jodido aquí, pero cuando arranca a correr lo entoendo todo. Al poco… leones! y esta vez es una manada! Lo cierto es que estan bastante lejos, pero esta vez son 4 leonas y un león… Las charcas, casi lagunas, están repletas de flamencos. Curiosamente hay más aquí que en Nakuru, lo cual no es lo habitual, nos dice John.

Hacemos una parada en el view point. Una colinita en la que bajamos del coche y ascendemos para disfrutar de unas vistas increíbles… Las lagunas, los humedales y todos sus pajaros. Por allá más al fondo, saliendo de una zona arbolada en fila los elefantes, más allá llanuras salpicadas de ñus, bufalos, gacelas… Con los prismáticos oteamos todo aquello… podría pasar un día entero allí, cotilleando la vida privada de los animales. Mirar al Kilimanjaro con ellos también es emocionante, y ver sus perpetuas nieves… durante un rato ha estado todo descubierto salvo la misma cumbre, lo contrario que ayer.

Nos despedimos con cierta pena… se acaba una parte importante del viaje. Sobre las 10:00 salimos y empezamos el largo periplo hasta el mar. Un parada nada mas salir para intentar sacar pasta, pero no iba el cajero. Habrá que volver a intentarlo.

Después de tanta pista el asfalto se agradece, pero el tráfico es muy pesado. Pesado literalmente, camiones y camiones y camiones. Pienso que en España el transporte de mercancías en camiones es muy importante, pero la red de carreteras es muy extensa. Aquí prácticamente hay solo un eje, desde el Mar en Mombasa a la capital Nairobi y de ahí al norte y paises vecinos. En España además el transporte por barco y el numero de puertos es muy alto, el transporte por tren e incluso por avión completan toda la red… pero aquí, aquí todo parece moverse en camiones por carretera, uno tras otro, hilwras infinitas que hay que ir sorteando continuamente.

No paramos ni a comer. Del bolso mágico de Sai salen algunas galletas, papas fritas, manzanas y ya mas tarde incluso salchichón y unas hogazas de pan. John para en un momento dado y le habla a algunos de los muchos chicos que venden a pie de carretera, a veces inclusos metidos entre los dos carriles, aprovechando los vadenes continuos, que obligan a los conductores a reducir. Una manada de chicos portando piñas de millos asadas (mazorcas de maiz) se acercan al coche. El lidia con ellos y nos da una a cada uno. Nos sabe a gloria y mordisqueándola proseguimos.

El paisaje va cambiando. No es que sea mas seco, es la vegetación y en parte el terreno. Aparecen piteras y baobabs, pero se mantiene el verdor. En cualquier caso, por lo que no s cuentan tanto verde es un tanto anómalo en estas fechas. El paisaje se ha aplanado bastante, aunque aparecen de forma dispersa pequeñas colinas dispersas que parecen ser los últimos restos por erosionar de un paisaje milenario.

A todavía 100 km de Mombasa sacamos pasta en una población algo más grande y continuamos. Esta cayendo la tarde y ya empieza ha pasar factura tanto coche. Sai se echa una buena siesta en los sillones de atrás.

La entrada a Mombasa, pese a que Johm trata de rodear al menos una parte de la peor zona de tráfico, es terriblemente densa. Entramos vayendo la tarde y salimos ya de noche. Para enlazar la carretera por la que venimos con la que baja al sur por la costa hay que atravesar todo el centro e incluso cruzar un río en una suerte de ferry rápido. Menuda galimatías de obras. Las han empezado todas a la vez y estan todas a medias. Tráfico imposible. Eso sí cruzar el centro me ha molado. Tantos días de campito se han visto agitados por mi vena urbanita, y la locura de las calles del centro me ha parecido super estimulante. Mucha gente, puestos, tiendas, tiendas, puestos y mucha gente. Vibrante. En unos días vemdremos y pasamos una noche antes de ir a Lamu… ya tengo ganas!

Cuando salimos de todo aquello, nos vemos en una carretera, que como todas, ya de noche está totalmente a oscuras. Son solo otros 20 y pico kilómetros, pero tardamos casi orra hora.

Cuando al fin llegamos, sacamos todas las cosas de la furgo y… ainsss… John… que penita despedirnos… encima todo es un poco precipitado ya que es tan tarde que al final se va a quedar por aquí pero tiene que buscar donde antes de que se haga demasiado tarde. Así que unos abrazos muy grandes y quedamos en vernos el jueves próximo en Nairobi. Adios adios…

El guesthouse tiene buena pinta. Es un sitio bastante económico. Nos explican el tema y antes de ir a la habitación pedimos algo para cenar antes de que cierre la cocina… y es que son las 20:00 pasadas… nos hemos metidos casi 10 horas de tránsito. La cabaña esta guay, pero creiamos haber reservado una con baño y es que no, y tampoco tiene electricidad para cargar toda la cacharrería, solo en la zona de recepción/comedor/bar, al igual que la wifi… nada traumatizante, cuestión de organizarse sobre todo con la electrónica.

Después de dejar las cosas e la cabaña, nos vamos al comedor y nos cenamos unas fajitas africanas, Sai de pollo y yo de pescado… muuu ricas! Cervecita en mano nos quedamos por los sofas reposando, y en lo que yo escribo esto Sai cae en brazos de Morfeo. Son las 22:30, mañana va a ser un easy day pero igualmente toca irse a la camita.

Dulces sueños, elefantitos!!!

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