Lunes 17 de Enero de 2022
Llueve
A las 7:00 suena la corneta. Cuando me levanto Sai ya sale de la ducha, me ducho y nos sentamos a desayunar. Tostaditas con huevos y tes varios. Al poco Tito se va con los niños para que lleguen a tiempo al cole y Elsa se queda con nosotros esperando por John. Recogemos la cosas en un pispás y nos quedamos alegando un rato. Nos han preparado un bolsa con algo de comer para el viaje y nos han prestado un libro de animalitos, a ver cuantos vemos!

















































Aunque John se retrasa con el tráfico, bajamos con Elsa, que ya se va, y nos quedamos abajo esperando a John. Sobre las 8:30 llega y partimos… 2 horas más tarde no habíamos salido aun de la zona metropolitana y hasta oas 11:00 no nos vemos libres del atasco… madre mía…
Hasta las 14:00 en que paramos a comer, avanzamos por una carretera que transcurre por valles abiertos, cada vez más llanos aunque siempre salpicados por volcanes. Nos sorprende que en lugar de encontrarnos un paisaje cada vez mas seco es casi lo contrario. Vemos muchísimo cultivo, pero no tanto latifundios como terrenos familiares, mucha huerta plantada, frutales y cultivos varios.
El sitio donde paramos es muy local. Similar al que hicimos cuando fuimos a Naivasha. Aquí tenian unas 8 bandejas, ternera, cabra, arroz, pollo asado y hervido, una verduritas, samosas y otros panes. Todos combinamos arroz con verduras y samosas, John con pollo, Sai con ternera y yo con cabra. Nos pedimos unas borras y nos vamos al jardín a una mesa a la sobra. Esta agradable. Las carnes estan buenas de sabor pero algo duras, pero en conjunto nos quedamos agusto. Peposamos un poco hasta las 15:00 y antes de continuar compramos más agua, fruta, unos helados y tabaco… proseguimos con nuestra música, cánticos y palmas, rumbo Amboseli.
El día se ha ido poniedo feo, y de hecho algo nos ha llovido por el camino. Es una pena porque hay nubarrones densos y definidas cortinas de lluvia que oscurecen la tarde y restan visibilidad. Amboseli es una llanura inmeeeeeeensa de pastos y salpicada de árboles aislados. Está todo muy verde, y al preguntarle a John me dice que no es normal, en estas fechas ya suele estar todo seco y hacer bastante calor. Una de las.cosas mas grandiosas de este parque es que la llanura se pierde hasta las faldas del Kilimanjaro, que se levanta majestuoso hasta sus 5000 y pico metros. Tal y como esta el día nos damos con un canto en los dientes, ya que se ven las laderas laterales y una parte del pico nevado, aunque con mala visibilidad.
Por una larguísima pista de tierra que nos hace dar tumbos sin parar, llegamos poco antes de las 16:00, pagamos 2 dias de parque y pa’ dentro. Empezamos un poco tarde, pues cierran a las 18:00, y con pocas expectativas debido a la visibilidad y la lluvia. De hecho, John no sube ni el techo, no vaya a ser que se empape todo el coche. La entrada es una continuación de la pista y durante un buen rato apenas vemos nada… eso si… que parajes… Poco a poco empezamos a ver bichillos. Gacelas por aquí, zebras por allá, algún ñu, pajaritos… y de repente los hipos pastando, manadas de bufalos, y elefantes! Que bonitos! Nos quedamos embobados un rato. Nos sorprendieron las manadas enormes de ñus corriendo a lo lejos. Por supuesto no forma todo una postal en conjunto, sino que los vamos viendo unos acá y otros allá, pero en ocaciones si se mezclan en partes del paisaje.
Cuando llevabamos un rato de marcha el paisaje cambió bastante, ya que de repente nos rodeaban unos extensos humedales. Si no es por John que me dice que son acumulaciones de aguas temporales por lluvias y de apenas profundidad, por su extensión hubiese pensado que se trataba de un lago. Pasamos por sus margenes llevas de flamencos y algunos hipopótamos.
Cada vez que nos cruzamos con otro vehículo, John saluda al conductor y a veces entabla conversación en la que suponemos que entre otras cosas se preguntan si han visto algo de interés. En tal caso, como hoy, da la media vuelta a la furgo y sale volando. Según avanzamos, otros jeeps se unen a la comitiva. No sabemos que habran visto, pero ver una inmensa manada de ñus corriendo como alma que lleva el diablo nos hace presagiar algo bueno. Vamos hasta donde ya hay unos cuantos vehículos parados. Al fianl podemos ser unos 14 jeeps, furgos y 4×4. Paramos, John sube el techo y nos dice: Leones!. Tardamos un rato, hasta que Sai con los prismáticos da con ellos. Emoción. De entrada vemos 2 leonas, una muy clarita y otra de color habitual, y al poco el León! Wow! Con su enorme melena, que nos sorprende por su color marrón oscuro. Están muy lejos. A simple vista ya los identificamos, sobre todo al moverse, pero poco más. Tiramos de primaticos para hacer fotos, que nos cuesta hacer y no son de gran calidad, pero saben a gloria. Otro rato embobados.
John mira la hora y nos dice preocupado que van a ser las seis, hora de salir y nos queda un buen trecho hasta la salida. Como un loco enfila el camino de vuelta, sin apenas parar, hasta que nos dice: hienas! Oooleee! Por fin! Las tenemos junto a la pista y aunque empiezan a alejarse las podemos ver bien… joe, me las imaginaba más pequeñas… son como un perrote enorme muy corpulentas de pecho y hombros. Parada para las fotos justa y salir volando. Finalmente conseguimos llegar a la salida poco mas tarde de las seis. Ya con mas calma continuamos, pero nos espera la guinda, un elefante de colmillos enormes paseando junto a la pista… Buehhh, no nos podemos quejar, para la espectativas iniciales, no ha estado nada mal.
Desde el parque al Amboseli Eco Camp son otros 20 y pico minutos por pistas, que de las lluvias empiezan a estar bastante embarradas. Cayendo la noche llegamos. Este alojamiento es bastante económico por estar fuera del parque, está gestionado por masais y se compone de cabañas elevadas, muy rusticas y sencillas pero perfectas para nosotros. Nos despedimos de John con el que quedamos para mañana a las 8:30. La chica nos acompaña hasta nuestra cabaña, nos la enseña y nos dice que la cena es en diez minutos, a las 19:00. Ponemos la mosquitera y volamos a cenar a otra de las cabañas destinada a tal fin. En su interio una parte cocina y otra un amplio salón con mesas. Nos espera la cena ya servida: ensalada de aguacates, con tomate y cebollitas, arroz blanco, ternera en salsa y «espinacas» rehogadas… estaba delicioso! Luego les pedimos un te, y en lo que nos lo sirven y nos lo tomamos empiezo el relato. Antes de terminar se fue la luz. Sai había traído frontal pero nos ponen un coqueto candelabro con dos velas. Segun terminamos nos vamos a nuestra casita de madera y seguimos un ratos con las gestiones, sentados en el porche exterior.
Antes de terminar el relato ha vuelto la luz. Ya estoy acabando así que me recojo a dentro, que la noche se va poniendo fresca. Son casi las 22:00, hoy a dormir prontito.
Buenas noches!!!