Viernes 14 de Enero de 2022
Hipos
Bien! Bien digo, por que dormí cual lirón y bien por esa cocina, que hoy ya tenía gas, y me pude tomar los tés de hoy + los de ayer. Las tostadas con queso fundido nos saben a gloria después de lo de ayer. Al zumo ni lo miro a la cara.
Nos hemos levantado sobre las 8:00 y a las 9:00 nos recoge John. Hacemos otro game-drive hasta las 13:30 que cogemos rumbo a Naivasha.
El game-drive lo disfruto con ojos descansados y me voy de Nakuru con muy buen sabor de boca. Algunas partes las repetimos, pero otras zonas no las habíamos visto ayer. En general los bichos los mismos, aunque cada avistamiento siempre es único, por la distacia, la luz, lo que hacen, etc. No quiero restar importancia pero tampoco me repito… adios Nakuru, adiós!!!
Naivasha está bastante cerca, apenas una hora y media, aunque paramos a comer en un buffet local a medio camino. Las samosas estaban espectaculares. Unas espinacas rehogadas, arrocito, judias con millo (maíz), y tachán tachán… callos! Lógicamente no eran a la madrileña, estaban preparandos con una salsa ligeramente dulce… muy ricos!
Proseguimos nuestro camino, oyendo música suajili y reage. Tenemos una fiesta montada dentro, dando palmas y cantando. Momento risas. En una de esas John para y llama a un vendedor ambulante de los muchos que hay junto a la carretera. En seguida vemos que quiere comprarle música. Coje 2 CDs y después de probar el material se decide por uno… y allá vamos, cantando y dando palmas…
Al llegar a Naivasha vamos a un embarcadero. Elsa y familia estan en camino desde Nairobi, así que en lo que ellos llegan nosotros nos damos un paseo por el lago. Vamos solos Sai y yo junto al barquero en un bote pequeño. A poco de salir… hipopótamos!!! Wow… aunque son enormes apenas sobresalen las orejitas, el hocico y poco más. El barquero daba pequeños acelerones con el motor, supongo que para que sacaran más el cuerpo y poderlos ver mejor. La táctica funciona… que bonitos son… Luego vamos hasta Crescent Island, donde se rodó Memorias de África. Toda la costa está rodeada de plantas flotantes tipo nenúfar. Sobre ellas muchos pajaros caminan mientras van cazando bichos y peces varios. Vemos un aguila pescador, el barquero saca un pez y empieza a silbarle mientras agita el pescado. Según lanza el pescado y el aguila se lanza al aire y en solo unas batidas, en vuelo rasante atrapa el pescado de la superficie del lago. El paseito dura una hora y aunque no llegamos a dar la vuelta completa a la isla vemos muchos bichillos, sobre todo aves.
A la vuelta buscamos a John y tiramos para el alojamiento. Al llegar nos encontramos con Elsa y familia que están sacando las cosas del coche, acaban de.llegar. La casa que reservamos por Airbnb, es una casa a la que suele venir Elsa y es increíble. De tipo colocinal, 2 plantas, suelos de madera, habitaciones super amplias con grandes ventanales. Uno de los dormitorios está abajo, cama enorme con mosquitera de pelicula y baño propio. Arriba un cuarto con 2 camas, otro dormitorio enorme y baño. Las dos plantas tiene un portico exterio que da al lago. El exterior es todo un jardín que llega hasta el mismo lago. Hay otro espacio cubierto en el jardín, con una mesa para comer sillones y sofa. Todo con elegancia muy en la linea colonial. Pero tal vez lo más increíble es que al estar dentro del parque, las zebras, jirafas y monos campan a sus anchas por el exterior de la casa, así que en cualquier momento puedes mirar por la ventana y ver una jirafa pasar por delante!
Soltamos las cosas en el dormitorio de abajo y en lo que nos servimos un picoteo charlamos largo y tendido. Pasamos un rato así en el porche de la planta de arriba hasta que anochece. Luego bajamos y con mucha calma encendemos la barbacoa, Elsa ha traído carne de una carnicería muy buena de Nairobi. La noche se alarga, tardamos en empezar a cenar y luego seguimos de vinito y charleta hasta que sobre las 2 de la mañana nos puede el cansancio. Sai y yo nos damos una buena ducha caliente y nos metemos en esa maravillosa cama… caemos muertos.