Lunes 22 de Agosto de 2022
Pangolin
A las 5:45 nos levantamos. Pese al calor que hacía anoche, poner la mosquitera nos permitió dormir sobre la cama con poca ropa. El fresco terminó llegando con el alba. Hubo suerte y no tuvimos que salir a media noche para visitar el wc ni enfrentarnos a temibles cocodrilos.








































A las 6:30 salimos de paseo matutino, pero antes nos tomamos un tesito en la terraza. Charlábamos con nuestros compis cuando alguien grita, cocodrilo! Nos giramos todos hacia el río, y seguimos sus indicaciones. Está al otro lado del río y baja como un tronco… pero en dirección opuesta a la corriente. Lo comprobamos mirando por con la cámara… si que es… Lleva solo ojos, hocico y parte de la dorsal fuera.
Poco después montamos en el bote grande y enfilamos al río principal y seguimos su curso. Las nieblas matinales aun se levantan sobre las copas de los árboles. El río con un trazado muy zigzagueante, va dejando postales en cada recodo… nos encanta. Antes de dar la vuelta hemos vuelto a ver casi lo mismo, águilas, king fisher y macacos, pero la vuelta nos reserva otro cocodrilo. Este era más pequeño que el de esta mañana y de un verde más vivo. Por lo que nos han dicho aquí, en esta zona hay cocodrilos de hasta 4~5 metros, siendo el más grande uno al que le dicen Mr Black, de unos 80 años (pueden superar los 100).
A la vuelta segundo desayuno: noodles, tostadas, huevos, judías en salsa y salchichas. El desayuno se alarga con una animada sobremesa. Hablamos de viajes, pero luego recordamos el COVID, como lo vivimos y las ganas de viajar que nos generó a todos.
Sobre las 9:00 pasadas, Afik toca la corneta. Es la hora de volver, para todos los que que se van, que son todos menos nosotros. Nos despedirme y cruzamos contactos, buenos deseos de todos para todos y adios. Les sacamos fotos según su barca se va alejando… buena gente!
Tenemos la mañana por delante. Como objetivos tan sólo ponernos al día en relato y fotos, hacer un pateo de 1 horita que nos han explicado aquí, ducharnos y lavar alguna prendas. De todo ello lo único reseñable fue el pateito por la jungla. No tiene nada que ver con lo que ya hemos vivido en cuanto a barro y sanguijuelas, pero de resto jungla tupida. Vemos muchísimos mil pies, que evitamos tocar pues sospecho lo peor. Los mosquitos nos acosan, sobre todo a Sai, que pese a llevar las mallas le acribillan, del tobillo a la nalga. En algunos tramos el camino casi se pierde entre la vegetación y llegamos a dudar de por donde iba e incluso regresar, pero lo terminamos haciendo sin mayor problema.
En parte no hemos tenido problema de barro ya que el mes de agosto está siendo muy seco para ellos. Tal es así, que apenas 1 día, el nivel del río ha bajado casi 50 cm. Es algo que se aprecia, a simple vista, pero además tenemos la referencia de las escaleras del pantalán. Ahora se ve una plataforma que ayer estaba bajo el agua!
Después de la ducha y lavar la ropa nos tumbamos en las hamacas que hay colgadas debajo de la casa (la casa está a por lo menos 2 metros del suelo. Allí nos mecemos a la fresca hasta la hora de la comida. Comemos pescadito en salsa agridulce, arroz y verduras varias, y volvemos a las hamacas. Sobre las 14:30 llega Afik en la barca con los nuevos huéspedes.
Según se bajan Sai identifica españoles con su radar. Al acercarse nos presentamos y sí, son un grupo de 3 españoles, de Valladolid, Carlos y sus dos primos Santi y Chema, junto con una pareja holandesa, Cristian y Ana. Carlos lleva muchos años trabajando en la organización de viajes, entiendo que principalmente por Indonesia, donde me pareció entender que ha vivido un tiempo, de hecho habla el bahasa Indonesia bastante fluido, lleva equipo fotográfico de nivel pro+ y controla de bichos, ha estado en más de 50 países. Sus primos, por lo que pillo, se han apuntado en un arrebato.
A las 16:30 salimos en barca, de ruta por el río principal. Vimos gibones de hoja gris, macacos muy pequeños y … una orangután en plena selva, en plena libertad!. También vimos aguilas y los dos tipos de hornbill. No me enredo con esto, pero por ser más de lo mismo, no deja de ser edspecial. Descendimos el río algo más que la vez anterior. El día, que se había levantado bastante duro de sol, empieza a amenazar tormenta, y a mitad del tramo de bajada nos cae una tromba, que nos obliga a sacar los chubasqueros y guardar en plásticos lo más delicado. Casi en cuanto lo hemos guardado todo para de llover. Retornamos y poco antes de las 19:00 estamos ya de vuelta, justo para sentarnos a comer: arroz, pollo y verduritas. De sobremesa charlamos un poco, hablamos de viajes.
A las 20:00 nos disponemos a salir y justo empieza a llover. Yo voy con mis chanclas de trek, con buena suela y calcetines, pero abiertas… molan más unas botas de agua. Nos ponemos los ponchos. Afik nos da algunas pautas de seguridad. Nos habla sobre todo de las hormigas de fuego, solo salen de noche y en cuanto te tienen a tiro te pegan bocado y arde. La idea es que si las sientes no te quedes quieto mirando o quitándotelas, ya que das tiempo a que suban más. El va primero y si en algún momento las ve en el suelo nos grita a todos «correr» para que nos alejemos rápidamente de la zona, y una vez fuera ya te sacudes o te soplas la herida. Yo le pregunto como puedo diatinguirlas… no pasan ni 5 segundos y siento… ay! y recordando las instrucciones corro y luego me miro. Tengo una hormiga clavada en la zona expuesta del calcetín… wow… arde! Una vez te has asegurado salir de la zona, no hay nada más que hacer que esperar a que se te pase. Esto ha sido sin siquiera haber empezado. Nos adentramos. La lluvia arrecia, solo la luz de la super linterna del guía y algunos frontales. Ya nos habían dicho anteriormente, que no llevemos los frontales en la cabeza y que apuntemos al suelo, ya que un bicho sorprendido podría atacar a la luz, es decir la cabeza. Empieza a llover tanto, que Carlos tiene que volverse ya que ha salido con su hiper ultra mega super cámara, teme que no la pueda proteger. El resto seguimos. Vemos varias ranas, arañas terribles, algun que otro bicho y… de repente Afik se pone tan nervioso que no se si tenemos que salir por patas o que. Me dice que saque la cámara y que grabe. Yo ya me he puesto nervioso tardo un tiempo precioso durante el cual un pangolín enorme se ruza en nuestro camino. Lo seguimos un poco pero ya se empieza a ocultar en la vejetación y no llego a verlo completo. Se oculta detrás de un árbol en cuanto empiezo a grabar un vídeo. El pangolín comienza a subir con sus enormes uñas por el árbol… Wow!! Estamos todos super emocionados. Lo he visto completo a menos de 4 metros de mi. Que bonitoooooooo!!! Afik nos dice que la primera vez que lo vio fue hace 4 años y que ésta es su 5a vez. Es rariiiiisimo verlos, son nocturnos y suelen estar encaramados a los árboles. A todas esas, nos está callendo una tromba tremenda allí, en medio de la jungla. Sacamos las fotos/vídeos que podemos pero con lo que se ve apenas se distingue. Continuamos, y vemos alguna cosa más, pero todo queda ya eclipsado por la reciente experiencia… hasta que Afik grita correr y casi a la par Sai grita ay! Corremos en fila chapoteando entre charcos y el suelo cubierto de hojas y raices. Al poco paramos y recisamos. Sai sacude por encima del tobillo. Afik se acerca a revisar. Levantan pantalón y calcetín para comprobar que no siguiese enganchada, pero parece que ya no está… rasca y pica. Casi llegando, absolutamente empapados, cruzamos por un tablón puesto sobre un arroyuelo, y los tablones los carga el diablo… veo como Sai gira en el aire 90 grados para caer a plomo con cadera/cintura sobre el tablón…. ay mi madre! que se me parte en dos! Casi rebotando, de un salto se pone en pie diciendo que está bien! Madre mía, fuerte cosa dura!
Al llegar nos encontramos con los primos que se habían dado la vuelta, y sabiendo del hayazgo se deciden a volver de nuevo, a ver si tienen suerte de verlo. Les enseño la foto con la marca que hizo con 2 palos Afik, para tener localizado al pangolín, y salen pitando. El resto nos quedamos en la terraza tomando unos tes/cafés y volvemos recurrentemente al tema del pangolín. Al rato vuelven los otros, no ha habido suerte. Seguimos de charlas, pero mientras aprovechamos para ir haciendo el trasiego de copias de seguridad de las fotos y reunirlas todas, para luego hacer la selección. Al poco se van todos,son las 22:00 y mañana de nuevo diana a las 6:00. Sigo un poco con el relato pero ya que no puedo subirlo lo dejo para el día siguiente. Hacemos juntos la visita al wc con el frontal y no, no vemos cocodrilos. En el cuarto nos escondemos bajo nuestra mosquitera y en nada caemos roque.
Selamat malam