Domingo 21 de Agosto de 2022

King Fisher

Easy morning… Hoy nos recogen a las 12 para pasar 2 noches visitando la zona del río Kinabatangan y anoche estábamos durmiendo antes de las 23:00, de modo que al despertarnos a las 8:30 nos sentimos super descansados. El desayuno está incluido, aunque no es el más sano del mundo, mucho hidrato nada de fruta, pero proteínas y cafe no faltan.

Al terminar, vamos a ver el Centro de los Osos Solares. Estos osos son comunes en todo el sudeste asiático, son los más pequeños del mundo, tamaño oso de peluche de los grandes. En el centro viven en semi libertad, es un santuario al que llegan después de ser rescatados de las mafias. En países como China o Vietnam se pueden comer, y lo peor, muchas veces los encierran en jaulas pequeñas donde los intuban para extraerles la bilis, que a saber que propiedades se supone que tienen. Así que aquí los reciben, les hacen chequeos para comprobar si tienen enfermedades y luego los «liberan» en grandes parcelas de jungla, que están valladas para que no se escapen. Alli se van readaptando a la vida en la selva, y los olores y la proximidad de sus congéneres. Finalmente, si tienen posibilidades de sobrevivir en la selva los pone en libertad.

Justo entramos a la hora en que un grupo de jóvenes voluntarios, recorren toda la zona con barreños llenos de fruta que les van tirando. Algunos de los que se acercan se ve que tienen secuelas de su cautiverio. Uno cojea, otro juraría que tiene algún problema en un ojo y a otro le vemos cicatrices en el cuerpo. Son bonitos y provocan ternura cuando cogen la comida, se sientan y con las 2 patas delanteras se comen la comida. Todo el complejo está diseñado con pasarelas metálicas que van muy alto por encima del suelo de la selva… no hay manera más cómoda de moverse y disfrutar de este entorno.

Volvemos al hotel y de cabeza a la piscina. Son las 11:00, nos damos hasta las 11:30 para disfrutar de las piscina y tener media hora luego para recoger. El ratito en la piscina se agradece. No es que refresque mucho, debe ser el masajeo del agua al moverte dentro lo que hace que te relajes, hoy el sol pega, así que ni salimos hasta la hora convenida. Recojemor rápido, unas últimas fotos al entorno y a esperar a la puerta.

Casi a las 12 en punto aparece una furgoneta, es la nuestra. Al entrar saludo y resulta que es una familia española! Son de Bilbao, padre, madre, hijo e hija, estos últimos de unos veintipocos. Sai se sienta delante y yo al fondo. Ella habla un rato con estos y luego se pasa todo el camino «hablando» con el conductor. Yo no se como lo hace, hablar no puede hablar mucho, pero algo le entienden, pero entender, yo diría que muchas veces entiende más que yo. No se cual es su superpoder pero se pasa las 2 horas de cháchara con el chofer… yo mientras aplico mi superpoder, dormir en cualquier tipo de vehículo, independientemente del estado de la calzada.

Dar una cabezada y llegamos. No a nuestro destino, sino a un alto en el camino, con todo tipo de tiendas y locales de comida, parada habitual de conductores y abastecimiento general de la gente de la zona. La idea es que comamos, son las 13:00, pero Sai y yo desayumamos bien y ahora no nos apetece, de modo que con unos tes con limón y hielo vamos de sobra. Allí nos encontramos con otra familia que habíamos visto en el Centro de Orangutanes, y que al parecer viene también, pero ellos van en el coche que han alquilado… interesante… Él es alemán y ella catalana, y su hijo de 9 años trilingüe, residentes en Barcelona. Vamos, que al final somos 9 «españoles» !!!

Seguimos ruta, pero el siguiente tramo es corto. Nos bajamos junto al río, y en un embarcadero muy reducido nos espera el bote. Sin esperas montamos y arrancamos. El río es bastante ancho y está como un plato. Es tan relajante sentir como fluimos sobre aquella balsa flanqueados por muros de vegetación… Al rato abandonamos el rio principal y entramos por un canal en el que la vegetación deja apenas el espacio para que pase la barca. El guía, Afik, nos dice que evitemos tocar las hojas ya que muchas son bastante urticantes/venenosas. Nuevamente salimos al río principal, no se si ha sido un atajo u otra rama, y al poco empezamos a ver lo que suponemos que será nuestra casa las 2 próximas noche. Una casa con terraza se levanta a unos 3 metros por encima del nivel del río. Unas escaleras de madera bajan hasta el pequeño pantalán en el que desembarcamos.

Nos sentamos en la terraza/comedor sobre el río. Afik nos cuenta lo que vamos a hacer, la ubicación de todo y nos enseña los cuartos, que estan en una casa frente al rio y junto a la principal. Las habitaciones son sencillas pero correctas. La luz va por generador, de modo que solo tenemos de 17:00 ~ 22:00, tiempo en el que debemos aprovechar para poner a cargar todo. Los baños son comunes y están algo alejados. Se accede por un caminito, a un lado los wc y al otro las duchas. Metemos las cosas en el cuarto y estamos hasta las 16:30 de charla con nuestro nuevos compis. Alba y Christoph son profesores de humanidades en la Universidad Oberta de Cataluña y viajan por todo el mundo desde que Leo cumplió los 11 meses. Alba defiende con firmeza que lo de no viajar porque los niños son pequeños es una tontería, tal vez haya que viajar de otro modo, pero se puede, y yo pienso que hay pocas vivencias para un niño, más enriquecedoras que esa experiencia. Ellos viajan en coche. El alquiler para 20 días les ha costado 300 MYR, 75 € !! y aquí el depósito completo son unos 12€… Desde que viajan con Leo siempre alquilan un coche y nosotros ya nos hemos quedado con la copla, porque hay países como este donde moverse en coche es muy sencillo y seguro.

A las 16:30 salimos de tour en la barca y estamos hasta pasadas las 18:30. Volvemos a los angostos canales donde vemos a los monos narigudos, aunque con algo de dificultad. Vemos lagartos monitor, muchas aves, sobre todo hornbill y aguilas. En el río principal vemos macacos, pequeñitos, de los más pequeños que he visto y seguimos sin ver cocodrilos. Animalitos mu bonitos, pero moverte en barca por estos parajes no tiene precio. A la vuelta ya cae el sol y las estampas son idílicas.

A poco de llegar nos sirven la cena. Sencilla pero rica. Arroz, pollo al curry, habichuelas (judías verdes) y acelgas. Charlamos otro rato todos juntos. La gente de Bilbao es también muy maja. Intercambiamos batallitas de viajes pretéritos. Pasadas las 20:00 volvemos a salir en el bote, para hacer una ruta nocturna. No vemos muchas cosas nuevas: varios buhos, uno de ellos con el ratón aun en el pico, un hermoso king fisher durmiendo y poco más. El cielo está más estrellado que nunca, es la segunda noche que podemos verlo bien y la cantidad de estrellas es apabullante…

Al regresar a nuestra casa son las 21:30 y mañana el primer desayuno es a las 6:00, antes de hacer una ruta matutina. Todos se retiran y Sai y yo seguimos un rato en la terraza escribiendo y revisando fotos. A las 22:00 se apaga el generador, dejandonos una pequeña luz a la que en menos de un minuto acuden millones de mosquitos y bichillos voladores… el reclamo perfecto para un grupo de murciélagos (entre 10 y 15). Nos quedamos mirando un buen rato como con cada pasada sobre la luz el número de seres voladores va disminuyendo hasta casi desaparecer. Poco después nos retiramos. Ante la idea de tener que ir al baño a media noche, y después de que hace unos días, un grupo nos dijese que un cocodrilo se había comido a una mujer embarazada, las ganas de paseitos no son muchas. Por si acaso, antes de ir a la cama, vamos los dos juntos al baño con el frontal, esperando no encontrarnos un cocodrilo por el camino ; ). Seguimos vivos. Al llegar al cuarto, que aún está muy caliente, ponemos nuestra mosquitera para evitar problemas. Nos metemos dentro a sudar, confiando en que refresque algo y no nos entren ganas de ir al baño durante la noche…

Rodeados de los sonidos de la jungla, un beso y buenas noches.

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