Viernes 12 de Agosto de 2022

Orangutanes

Pese a lo caliente que encontramos ayer la habitación, lo cierto es que con las mosquiteras y el ventilador dormimos como troncos hasta las 10:30. Tranquilamente nos levantamos y nos fuimos a desayunar sin todavía saber muy bien que hacer este. Al llegar al edificio principal, nos aborda nuesteo barquero para preguntarnos a que hora nos íbamos a ir. Nos miramos y le decimos que aun nos sabemos, quedamos en avisarlo. Cae un café y un bizcocho casero y en la terraza nos quedamos tonteando.

Ya me había puesto a escribir el relato del día anterior que no pude hacer, cuando nos planteamos si irnos ya e intentar hacer la visita al Centro de Orangutanes de Semenggoh… No son aun las 12, si el barquero nos lleva con las mismas y tiramos de Grab, podemos estar allí a la hora en que les dan de comer, que es cuando más posibilidades hay de que se acerquen desde la selva… uhmmm… vale! Le preguntamos al barquero que dice que ok y en 10 min estamos cabalgando el mar. Nos da pena irnos, pero si esperamos al último barco de las 15:00 no llegamos y ya solo nos queda revisitar Kuching, y así aprovechamos más la tarde…

Al llegar pedimos un grab que en 3 minutos está en el embarcadero. Son casi las 13:00 cuando llegamos al Centro. Preguntamos en taquilla y nos dicen que cierran a medio día y abren de nuevo a las 14:00. No hemos comido, así que le pedimos al del grab que sigue con nosotros, que nos acerque a comer a algún sitio. Dicho y hecho. En nada estamos comiendo en restaurante local, comida malaya que de momento, con sus múltiples influencias, nos está gustando mucho. A las 14:00 en punto estamos de vuelta en la taquilla. El mismo grab nos entra al parque ya que si no es casi 1 km andando. Los grab son ridículamente baratos, también es cierto que la gasolina aquí esta en torno a 50 céntimos de euro …

El Centro se dedica a la protección de los orangutanes cuya población se redujo tanto el siglo pasado que el peligro de extinción es muy alto. Actualmente tanto en la parte malaya como en la indonesia, hay centros dedicados a revertir dicha tendencia y al parecer estan teniendo bastante éxito, al menos de puerta a dentro. Los orangutanes son exclusivos de Borneo y Sumatra, y su nombre significa «hombre de la selva» en lengua bahasa. En este centro viven en libertad en una zona bastante grande de selva, aunque durante los meses en los que no hay frutas en la selva (durian, rambutan, etc) se acercan al centro donde les dan fruta. En otras fechas es difícil que se acerquen, y en cualquier caso nunca es seguro verlos ya que lo hacen si les place.

Segun llegamos nos vemos una madre con una cría. Flipamos y babeamos. Luego vemos un macho joven. Estan muy cerca, nos pasan por encima colgando de rama en rama. Se quedan colgados de un brazo y un pie largo rato, tan cómodos como yo tumbado en el sofá. La cría pegada a la madre, pero en algunos ratos se iba a su bola arbol arriba, para luego bajar como quien pasea. Sobre las 15:00 empezaron a darles comida y se acerco otra madre con la cría. Muy fotogénicos. Yo saco algunas fotos, pero Sai, que este viaje estrena cámara no para, así que dejo que haga ella el reportaje. Al rato nos movemos a otra zona donde suelen darles fruta y allí encontramos otras 2 madres con sus hijos y un adolescente. Diez orangutanes en total, aunque nos ha faltado ver al macho alfa, que al parecer es inmenso, e inmensamente territorial. Me sorprende que a parte de fruta les den huevos duros, al parecer lo hacen una vez a la semana como aporte proteico.

Con la retinas rebosantes de rojizos peluches, nos vamos la mar de contentos. Son las 15:30 pasadas, así que andando no llegamos al bus que sale a las 16:00. Tiramos de grab, pero antes de que llegue… empezamos a ver movimiento en los árboles, y de repente vemos a una madre con su cría y otro algo mayor que vienen a vernos!! Trece!! Adiós, adiós, decimos mientras nos montamos en el grab que ha llegado mientras tanto. Directos al hostal.

Nada mas llegar, nos quedamos en el «restaurante» de debajo del hostal, una esquina sin paredes para que el aire corra libremente y llena de mesas donde los locales comen y toman sus tes, cafes o cervezas, dependiendo de si son chino, islámicos o malayos sin ataduras. Nos tomamos unas cervezas, en cubo de plástico con hielo cual cutre champán, mientras empezamos el largo proceso de gestionar las fotos, juntandolas todas, haciendo copias de seguridad y reducir el infinito a una selección de tan solo unas decenas.

Entre medio, subimos al cuarto a ducharnos y a lavar a mano un poco de ropa para que no se amontone la sucia. Luego bajamos y cenamos en otro local que está al lado y nos dió buena pinta. Unos mie, noodle de los finos, con ternera yo y sai con pollo, todo ensopadito, muy rico.

Después seguimos con la rutina, y en lo que yo termino de ponerme al día con el relato, Sai está tratando de cribar y dejar todas las fotos reducidas a unas pocas. Aquí lo dejo, que aun falta montarlo en FB y pa la cama, que mañana nos levantamos a las 5 para coger el vuelo a Miri y de allí una avioneta hasta Bario, una zona alejada del interior, a unos 1500 metros de altitud y ya próxima a territorio indonesio. Va a ser un día agotador, espero que podamos encadenar los aviones sin complicaciones.

Saya pergi ke tidur. Selamat malan!

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *