Lunes 9 de Enero de 2023

Esto se acaba…

Nos levantamos a las 7:45, 15 minutos para pasar por el baño, cerrar mochilas y salir de allí zumbando como las abejas. Penita me da dejar la nevera, que nos acompaña desde Progreso… y tan buenos ratos hemos pasado juntos… Cogemos nuestro Jeep por última vez y enfilamos a la terminal. Sai va algo nerviosa… tener un problema cruzando no solo implicaría pagos extra en el alquiler, podría incluso hacernos perder el avión.

Llegamos a la terminal, enseñamos nuestra reserva, por la que pagamos 15€ más que si te plantas alli 3 horas antes para conseguir hueco y nos ponen en cola… biem… Sai se acerca al edificio a ver si puede pillar un cafecito y vuelve con 2 cafes y una tarta de zanahoria que guardamos hasta estar en el barco. 40 minutos antes de partir nos hacen dirigirnos a hacer cola frente al ferry. No somos los primeros. Cuando empiezan a entrar en el barco vemos que están entrando por una trampilla a un subnivel… como nos metan ahí, vamos a tener que esperar a que salgan todos los de arriba antes de salir. Tenemos suerte (o será por el extra pagado), entramos en el nivel principal y quedamos justo delante de la puerta de salida (que es la opuesta a la de entrada). Subimos a cubierta… hoy todo tiene tintes de despedida… desde la cubierta flipamos con los colores del mar y con su transparencia… podemos ver los bancos de peces nadar bajo el barco… miramos el perfil de la isla y nos despedimos… vale… me has ganado Cozumel… pese a las reticencias nos has gustado, nos vamos con buen sabor de boca.

El trayecto dura hora y media, así que llegamos a las 11. Tiro de Google Maps, nos canta hora de llegada al aeropuerto: 12:15… nos deja un margen de 45 minutos para devolver el coche… si no hay imprevistos deberíamos llegar bien. Maps dice que hay 15 minutos de retención justo antes del aeropuerto, pero eso está incluido en los cálculos.

El trayecto desde Playa del Carmen hasta el aeropuerto nos hace hacer abrir la boca de par en par un par de veces… algunos complejos hoteleros tienen unas entradas tan impresionantes que parecen querer competir con el mismísimo Chichen Itzá (que sigue cerrado por la huelga, y las pérdidas se estiman en millones). Al llegar a la zona del aeropuerto, en efecto el tráfico se vuelve muy lento debido a las obras… seguimos en tiempo. Entramos al aeropuerto muy atentos a las señales de las empresas de alquiler de automóviles. Seguimos las señales de Dollar, que es la nuestra, pero al llegar nos dicen que todas son en Hertz… no esta lejos e incluso nos pasan un QR para escanearlo y tener la ruta en Google Maps. En nada llegamos, no son ni las 12:30… ahora falta que no tengamos ningún problema en la devolución… Sai se ha dado el gusto con el Jeep y lo ha metido, a posta, en todos los charcos que pasamos. Por fuera está bonito, y por dentro no está mucho mejor y huele a… a como huele la gente que solo se ducha en el mar y no se cambia de ropa en unos días… Xp ; )

Dejamos el coche en cola y nos ponemos a revisarlo todo, no vayamos a dejar nada. Sacamos los bártulos. Llegan los revisores (el trabajo en cadena parece bastante depurado, la de coches que se entregaran allí a diario!) Uno saca fotos y coteja las originales… otro revisa el interior, nivel de gasolina etc. Sai les pregunta si quieren la garrafa de agua o la tiramos nosotros, la chica le agradece el gesto efusivamente, sí por favor déjanosla… me pregunto si no les dan agua a estos pobres? Todo parece ok, nos dan un papel y Sai se va con el a la cola mientras yo me llevo las mochilas a otro lado. Al poco todo parece ok. Vemos lo que parece un servicio para llevarnos a la terminal de turno, preguntamos y así es. Sobre la marcha nos montamos en la furgoneta y nos apeamos en la terminal 3, que es la nuestra.

Son justo las 13:00… y ahora? Volamos a las 21:45 y quisiéramos sacarle punta al viaje. Miramos los mostradores para el check-in, pero evidentemente el nuestro aun no aparece. Preguntamos por lockers para dejar nuestras mochilas, pero esa terminal parece no tener… bufff… no queremos meternos en Cancún cargando mochilas…

Salimos fuera. La suerte de conocer un sitio, es que en lugar de ir como pollo sin cabeza sabes que hacer. Recuerdo la estación, del día en que llegue. Recuerdo que en una zona, hay operadores autorizados que te dan información y no hay depredadores externos. Nos acercamos allí y le pregunto a uno al que le veo la acreditación colgando del cuellos. Le cuento la película: Estamos allí porque teníamos que entregar el coche, el vuelo sale a las 21:45 y queremos aprovechar el día, una playa con acceso público, pero no queremos cargar con las mochilas. Lo pilla al momento. Nos propone varios sitios, pero uno no tiene donde comer algo, nos interesa tener donde comer y porqué no… tomarnos/comprar unas cervezas. Nos dice que la opción es Playa Marlin. Si nos interesa, nos puede indicar quienes nos pueden llevar, quedarse con nuestras mochilas, y recogernos a las 18:30 para estar 3 horas antes del vuelo. Nos sale a precio de tour, pero cumple con todas nuestras necesidades… aceptamos!

Nos conduce hasta el aparcamiento desde donde sale el transporte. Les explica todo, lugar a donde llevarnos, hora de recogida y el tema de las mochilas. Uno nos lleva hasta allí y a la hora convenida nos recogen en el mismo sitio. Que nos hagan una foto por si el chófer es otro. Entramos en modo pagar… tenemos dinero? Rebuscamos en nuestro bote común… no hay suficiente… rebuscamos en nuestras carteras… sumamos y sumamos y sí! Tenemos! Pagamos y nos montamos en una furgo pa’nosotros… casi casi casi sin un puto duro en el bolsillo…

Tal vez por esperar tan poco me sorprende tanto. Esta claro que por desgracia lo mejor de Yucatán es justamente lo peor. La zona que quería evitar por turística está enclavada en uno de los rincones más bellos de Yucatán. En una confirmación muy similar a la del Mar Menor en España, una lengua de tierra separa el Caribe de lo que en este caso, al contrario del Mar Menor, es una laguna de agua dulce. Por otra parte, al contrario que el Mar Menor, parece que aquí ha brillado cierto orden y gusto. El Mar Menor me pareció el mayor monumento a la codicia y estupidez humana… como arruinar un paraje natural sin al menos ponerlo en valor. Preferiría el Cancún original, protegido y sin ningún tipo de construcción… pero puestos a estropear las cosas, al menos hacer el mal lo mejor posible… y eso es Cancún.

El chófer nos deja en el sitio y nos saca la foto convenida. Tenemos un Oxxo junto al acceso a la playa… bien! Aquí podemos pagar con tarjetas. Entramos y nos encontramos con que este tiene un puesto de antojitos! Perfecto podremos comer algo mejor que galletas. Pillamos unas tortas que a gloria nos saben.

Enfilamos a la playa… mola… no se porqué… no está muy masificada, arena y colores previstos, tal vez sea el ligero oleaje… no se… me encanta estar allí y exprimir el viaje hasta el último minuto bajo el sol, con un playón delante…

Nos bañamos… delicioso… temperatura perfecta… olas… esos colores… Nos tiramos en la arena y dormitamos… Me siento afortunado, hemos encadenado un día con posibles tropiezos y no son ni las 14:00 y ya estamos en modo disfrutón. Las gaviotas revolotean al rededor, comentamos que nos parecen mas estilizadas y elegantes que las nuestras. El tiempo por suerte pasa lento, con todo atado disfrutamos el momento plácidamente.

Sobre las 17:00 tratamos de ducharnos. Hemos traído ropa limpia, nos da vergüenza ir apestando a gato muerto en el avión… pobres compis de asiento… de hecho no sabemos si podremos ir juntos. Yo he usado sólo 3 mudas, durante 3 semanas lavaba la muda diaria y me ponía la otra. La última semana he andado en bañador… podría haber llegado Jesús y decirle a mis prendas: Levántate y anda! … pero bueno, la cuestión es que cuando nos vamos a duchar con agua dulce, tan felices, ya está todo cerrado. Así que nada bañito en el mar y con un poco de agua que nos quedaba, nos repasamos las zonas de roce, para quitarnos la sal y no estar incómodos en el avión.

Una vez aseados y con nuestras ropitas limpias (convalidadas para el frío madrileño: cholas con calcetines, al mas puro estilo guiri), nos vamos al Oxxo para pillar una cerve y disfrutar de la puesta de sol. Al llegar allí nos vemos al conductor del transporte, que ya está alli, media hora antes de lo convenido. Me fastidia un poco pero tampoco lo vamos a hacer esperar… Compramos igualmente en el Oxxo y nos vamos al encuentro del nuestro transporte de retorno.

Cancún mira principalmente hacia el este, de modo que el verdadero atardecer se da en la laguna. Mientras vamos hacia el aeropuerto disfrutamos de la puesta de sol sobre la laguna… que podemos otear entre complejo y complejo turístico… que bonito tuvo que ser todo aquello… Pasamos todo el trayecto hablando con el chofer, que como todos los mexicanos es muy amable y simpático.

Al llegar al aeropuerto hacemos check-in. Como compramos billetes separados, puesto que yo volé antes, no tenemos a priori asientos juntos. Le cometamos a la azafata de tierra el tema y nos da la última de fila del avión, donde solo hay dos butacas. Cada uno esta a un lado distinto del pasillo, pero al ser solo dos butacas, nos cometa que es más fácil que el pasajero esté dispuesto a cambiar de asiento.

Pasamos sin problema el control de seguridad, y damos vueltas por las tiendas antes de volar por aquello de dejarnos hasta el último céntimo. Nos damos el último revolcón y nos pedimos unas hamburguesas en el bar que por suerte está justo junto a nuestra puerta de entrada. Dejamos que los psicópatas del orden hagan cola… me gusta esperar sentado y entrar el último.

Finalmente todo llega. Entramos y nuestros compis de asiento aceptan el cambio. De modo que Sai y yo vamos juntos en una línea de solo 2 asientos (en lugar de los 3 habituales). Aprovechamos el espacio restante pa soltar nuestras cosas y en nada, dormimos como lirones…

Volando volvemos….

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