Sabado 31 de Diciembre de 2022
Fin de año
Arrancamos el día con cierto nivel de estrés. Ayer nos quedó claro, sobre todo a la vuelta, que aunque estamos cerca del centro, son… sus buenos 20 minutos hasta llegar. Queremos ir al tour gratuito que es a las 9:30, por ellos nos levantamos a las 8. Este hostal ofrece desayuno… la madre del cordero! El mejor desayuno en todos estos dias. Quitando el zumo de naranja de polvos, de resto espectacular. Cafe, fruta, tostadas con mantequilla y mermelada, yogur con cereales… al loro, que esto no es un hotel, que hemos pagado apenas 10€. Ante tal despliegue no queda otra que disfrutar el momento. Luego recoger mochilas, y la ropa! que había dejado tendida! Total, cuando tenemos ya todo metido en el coche, salimos con apenas un cuarto de hora y cual cohetes volamos al centro.



























Llegamos justo a las 9:30. Al menos yo, llego completamente sudado… acaba de empezar. El guía habla en español e inglés, intercalando uno con otro a lo largo de todo el tour. Me cae bien desde el principio. Es directo y habla sin tapujos, pero no es revanchista, diría que se expresa de forma constructiva y optimista, al hablar del encaje de pueblos que supone España frente a México, y México en relación con sus comunidades indígenas. Me importa un pimiento los edificios o catedrales, me quedo con todo lo que resuma su forma de expresarse.
En torno al 70% de los mexicanos son mestizos. La loza clasistas y racistas que dejamos acá, fue mucho peor legado que las matanzas, ya que estas fueron, pero lo otro persiste y se vive qun. Del mismo modo que los inuit distinguen cientos de tipos de blanco, en este rincón del mundo, entre el blanco y el negro de piel, cada uno ve cien niveles, que lo hacen mejor o degradan, frente a otro hermano.
Tal y como se vive y cuenta aquí, el maya no ha muerto, el maya sigue vivo, en una lucha en la que jamás se rindió. Ninguna otra de las etnias precolombinas de México, ha mantenido sus apellidos. Los mayas son los únicos que han legado sus apellidos, y aun persisten. Así nos lo cuenta orgulloso, del mismo modo que no hace sangre con la conquista. No fue culpa tuya, tampoco fue mía, dice. Al terminar la visita nos quedamos unos pocos platicando con él. Nos cuenta que los tiempos cambian, y al igual que el calendarios maya es cíclico, ahora ya no es un estigma ser indígena o mestizo (entiendo que quiere decir, que ahora menos), y que por fin la cultura y lenguas precolombinas se empiezan a estudiar en las escuelas. Bravo!
De allí nos vamos al Museo de la Gastronomía Yucateca, que no es tal cosa, es un restaurante de calidad, donde tomamos el agua de Ramón (hecha con la hoja de un árbol que llaman Ramón) y otra con hojas de chaya, otro arbustos… deliciosas.
Luego buscamos banco para sacar yo dinero si mucho exito. Pero eso nos lleva por calles que no habíamos estado y que son un plus de vida y frenesí… curiosa ciudad, de la tranquilidad en torno al hostal a esta zona comercial de una vida intensa. Empatamos con el bus turístico, que no es caro y ya en Campeche nos sirvió para valorar si kos quedaba mucho por ver. En este caso, ocurrió lo mismo. Básicamente lo principal esta visto. Los lleva el tour hacia las calles más al norte, mas señoriales y con palacetes varios, si gran interés para mi. Pero este nuevo giro, me hace ver que es una ciudad con grandes vambios y diversidad de sur a norte. También contar que yo me duermo por oas esquinas, y aunque lo que cuento es de primera mano, me pasé la hora de bus dando cabezadas.
Al terminar tiramos al hostal, pasamos a por Jose y nos vamos allí cerca donde hay unos buenos puestos locales a comer, ya tarde pues son casi oas 15:30. Aprovechamos todos esa franja, para llamar a nuestras familias, pues en España están cenando y poco falta para fin de años. Después de eso pillar el coche y rumbo a la costa, ya que queremos célebrar el fin de año junto al mar.
Rumbo al mar voy un ratito en pie y otro dormitando… viajar sin calma no va conmigo. A ver si no repito error en futuros viajes. Podría hasta escribir una formula, dividir el numero de días de vacas entre 7 y multiplicar por 3, eso es igual al número máximo de sitios a visitar… que te faltan días… se siente… roba un banco o deja tu curro, adopta un perro y comprate una flauta.
En el estado de Yucatán, no confundir con la península, las normas son bastante estrictas… y se sienten yo diría que orgullosos. Al parecer en este estado no hay prácticamente ningún problema con mafias, maras y ratones nocturnos. Nos lo explicaron de una manera que me hizo entender que todos los hijos de mala madre no llegan ni a juicio y se acaba con ellos como con las plagas … no entro a valorar… lo ciertos es que los yucatecos estan muy orgullosos de lo seguras que son sus calles en comparación con las del vecino estado de Quintana Roo, donde está Cancún, y al parecer campa la delincuencia. Una de las consecuencias directas de esto, es que wn el resto de México puedes comprar alcohol en cualquier lado y sin horario. En Yucatán, son pocos los establecimientos y la hora limite son las 22:00. Ayer nos quedamos con esto, así que hoy, de camino, hemos conprado una neverita, hielo y cerveza por si acaso.
Llegamos a Progreso… sin haber hecho ningún progreso… En Booking no hay naaaa… solo aparece uno en dormitorio compartido. Vamos alli, ni es barato ni estimula. No quiero arrastrar a Jose en mi deriva, a el le vale ese, allí lo dejamos y Sai y yo damos chola en el entorno preguntando por habitación. Cutre y caro, sin habitaciones, caro, sin habitaciones, caro… y en una de esas donde no parece haber nada (posiblemente ni siquiera oficial), perguntamos y un abuelillos nos ofrece 2 a precio razonable. Optamos por la que tiene terraza.
Son en torno a las 19:00. Mensaje a Jose, le pasamos ubicación y pensamos en completar nuestra compra de fin de año. Tras mucha vuelta. terminamos encontrando donde comprar una botellita de Flor de Caña, algo más de cerveza y zumo de piña.
Volvemos a nuestro hostal y nos echamos unas cervecitas, en lo que me ducho y lavo mi ropa. Luego salimos a buscar donde comer y…. no hay nada!!!! Me da cosita por Sai, no porque tenga hambre, sino porque parece que le importa más. A Jose y a mi nos da lo mismo que noche sea, y eso sí, de modo pragmático hay que resolver cuestiones vitales. Terminamos en un Oxxo, que es lo mas parecido a un 7/11… en España un mini market resultón…
Nos vemos cenando unos burritos de frijoles precocinados, después de calentarlos en el microondas del Oxco. Nivelazo! La situación es lo suficientemente esperpéntica, para que a Sai se le pase la pena y se parta la caja de la situación. Viajar es hermoso… pero suele ser duro, hay que acostumbrarse a lo que toca, resignarse y aún así tirar… ey! hablo de viajar… hacer turismo es otra cosa! ; )
Una vez cumplidas las necesidades fisiológicas, nos vamos de cabeza a un puesto de marquesitas. Puesto humilde y local, tipo el de creps, donde la gente del lugar se pide algo goloso. Nos pedimos unas marquesitas de platano, queso, y chocolate. Nos saben a gloria. A partir de ahí deambulamos… Nos encontramos con un compañero de habitación de Jose que se une a nosotros y pasamos el resto del tiempo hablando hasta que se aproxima el cambio de año. Se llama Santiago, es mexicano, doctor en algo relativo a la psicología, parece buen tioo, Sai habla con el un buen rato. Yo por mi parte me caigo tieso… no puedo con mi alma, antes de dar las 12, me siento dormitar un par de veces…
Si no fuese el día que es, estaría durmiendo buen rato ha. Por fin llega el dichoso momento. La cosa se torna divertida, la gente sale al paseo a bailar, una piñata aparece y venga todo dios a darle de hostias. No tardo en pedir tregua, y pico tardamos en coger rumbo al hogar.
Tardo 0 coma…
Feli @ño;;;