Jueves 29 de Diciembre de 2022

Rangers

Salgo de la cama antes de las 9:00, ducha, recoger y dirección mercado, donde sabemos que sale un bus que pasa cerca del aeropuerto. Pa’lla vamos, preguntamos un par de veces hasta dar con el punto desde el que sale. Son las 9:15, a ver si no tarda mucho, que la recogida del coche la pusimos a las 10:00. Esperamos a que venga, a que salga y a que llegue junto al aeropuerto. Caminamos un poco desde la rotonda donde nos deja, hasta el aeropuerto, que luce pequeñito y sin mucho movimiento. Localizamos la agencia de alquiler, que aunque es de Hertz gestiona las reservas hechas con otra 4 compañías.

Sai saca la documentación y empieza nuestro vía crucis… Al parecer no les figura la reserva. Es muy molesto, ya que ayer Sai tuvo que hablar varias veces con ellos, ya que pese a que ya han cargado el pago, decían que no, y tuvo que enviar el comprobante. Pues hoy lo mismo. Sai llama a la empresa y pasa un rato discutiendo. Al parecer la persona a la que ella mando el comprobante dice hoy que ella se negó. Por suerte guardo el nombre, y sobre la marcha manda una captura que confirma que si lo mandó… después de discutir un rato, ahora ya reconocen que sí que se hizo todo correctamente, pero ahora nos dicen el problema es que no hay vehículos disponibles. Sai explota. Por suerte hemos hecho el pago y no una simple reserva, ya no es nuestro problema, y sí su compromiso. Nos ofrecen la devolución, pero no la queremos pues no resuelve nada. La cosa se enreda un rato, ellos que lo sienten que nos devuelvan el dinero y nosotros que queremos el vehículo. Después de algún pico de tensión, nos proponen ponernos en lista de espera, seríamos los primeros, y esperar hasta que falle alguno en la recogida o haya un entrega…

Esperamos y esperamos. Sai está lógicamente de mala hostia y Jose y yo salimos de puntillas al exterior a fumar. Sobre las 12, el gestor de la agencia, le comenta a Sai que hay una posibilidad. En breve deberían recoger un coche, parece que el avión ya ha llegado y la persona no se presenta. La única cosa es que ese modelo es uno de los más caros (9 veces más que nuestro modelo por día), en principio esto no supone sobrecoste, pero si el seguro, que tendríamos que pagarlo y puede ser un gran pellizco…

Esperamos, y esperamos, y, esperamos… sobre las 13:00 se acerca a Sai y le dice el el tiempo de cortesía se acabo, que vamos a probar si no hay ningún problema en el sistema con reasignar ese vehículo… se supone que es tipo pickup o ranchera… a ver…

Nos dicen lo que nos sale el seguro, es una pasta, pero los precios están tan altos y tal demanda que tratar de conseguir un básico nos iba a salir incluso más caro que el sobre coste que esto nos implica, esto es ya, aquí y ahora, y encima debe ser un vehículo mucho mejor. Por otra parte al saber que salimos por Cancún, nos ofrece un día de cortesía y la devolución en Cancún… pues ya ves, eso se agradece y nos ahorrará tiempo y dinero en los últimos días.

Sobre las 14:00 salimos con todos los papeles al parking a por el que va ha ser nuestro transporte durante los próximos 11 dias… y… tachaaaaaan!!! Peazo de trozo de carro!!! Se trata de un Jeep Sáhara, super moderno con todos los extras!!! Durante la espera, hemos llegado a pensar que nos quedábamos sin vehículo, y entonces que íbamos a hacer, que menuo lío… y al final no solo lo tenemos, sino que vamos a parecer de algún cartel… Sai no ha conducido nunca un automático, tiene que hacerse un pocillo a él. Salimos del aeropuerto todos flipados… hemos dejado de ser mochileros, ahora somos rangers!!!

Trazamos ruta hacia los restos arqueológicos de Uxmal. Pero a mitad de camino nos damos cuenta que con todo el tiempo perdido, si vamos a los restos, luego nos puede pillar la noche antes de llegar a algún alojamiento, lo cual tampoco tenemos decidido. Paramos en un puesto de carretera para comer lo que sea y de paso tomar decisiones. No solo comemos bien, sencillo pero bien, también nos decidimos sobre la ruta, optamos por llegar hasta la costa para dormir junto al mar. De los pueblos de costa cercanos a Mérida optamos por Celestun, que está junto a un reserva de la naturaleza, flamencos, playita decente… La ruta nos saca de la autopista que veníamos siquiendo, y pasamos a carreteras secundarias. El trazado es infinitamente recto entre una vegetación que si no hacen algo pronto con ella, va a terminar por cerrar el paso. Muy de vez en cuando pasamos por pueblitos pequeños y tranquilos, con valles en las que deambulan unas pocas personas y unos cuantos perros.

En alguno de ellos empezamos a ver un tipo de construcción que nos llama la atención. Debe tratarse de la casa humilde tradicional. La planta, es un rectángulo de esquinas redondeadas, y el tejado está hecho con algun tipo de planta tipo junco, apiladas capas sobre capas.

Atardeciendo llegamos a Celestun. Pasamos por un puente la ría… muy ancha… pinta bien. Luego nos encontramos un pueblo con cierta vida en comparación con lo que hemos cruzado. Esta zona atrae algo de turismo, sobre todo nacional, que viene a visitar la reserva.

Justo con la puesta de sol llegamos al camping que hemos encontrado, una onda de ecoturismo. Según entramos se nos acerca el que parece llevar aquello. Un tipo simpático. Nos muestra las opciones: la carpa (caseta de campaña) o las hamacas. Si va a hacer calor (que en aquel momento lo hace) no me apetece caseta. Nunca he dormido una noche completa en hamaca, pero no me parece mal plan. Así que al final los 3 optamos por hamaca. La hamaca es de las que tienen mosquitera con cremallera por arriba, aunque nos advierte que por debajo, los mosquitos pueden llegar a picar. Perfecto. No perdemos ni un segundo más y nos vamos junto a la orilla a disfrutar del resto del atardecer, ya que el sol se ha puesto hace nada, con un par de cervecitas que hemos comprado segun llegabamos al pueblo.

El Golfo de México es una balsa de aceite, las luces del atardecer de fuego eterno. La luna ya a medias creciente esta alineada con… Júpiter, Neptuno, Saturno, Marte y Mercurio… peculiar? Pasamos mas de media hora allí, disfrutando el momento, hasta que cae la noche cerrada. Decidimos dar un paseo por el pueblito. De entrada me esperaba casas dispersas entre calles embarradas, de hecho Sai sugirió salir en coche, pero la principal nos llevo hacia un centro, que aun pequeño, estaba lleno de vida y ambientillos local.

Después de un par de vueltas, terminamos en un local en esquina, en la plaza, junto a la iglesia. Los 3 comemos comida local muy bien, hasta Jose se queda satisfecho, nosotros incluso una sopita de pollo, que nos sabe a gloria. Jose vuelve al hostal, Sai y yo nos quedamos un poco más antes de volver.

A la vuelta nos sentamos con el del camping en el espacio que tiene montado en torno a «su casa», una balsa de rescate de plataforma petrolera, que más bien me recuerda al submarino amarillo de los Beatles. Aguantamos poco. Sai antes, y al rato yo, nos vamos a la… hamaca. Yo tengo tanto sueño que no tengo calma ni paciencia pa’ ir al coche a sacar el saco sábana, ni naaa… me meto tal cual en la hamaca y me quedo frito ipso facto.

Dormirrrrr….

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *