Miércoles 21 de Diciembre de 2022

Chamula

Anoche a las 22:00 y pico ya roncaba, y del tirón hasta las 9:30. Desayunar en la terraza con las vistas sobre San Cristóbal de las Casas, pero hoy el día ha amanecido gris y se mantiene fresquito todo el día. Una hora más tarde estamos saliendo.

La idea es movernos hasta alguna de las comunidades cercanas. Por internet habíamos visto que cerca de aquí hay un par de ellas bastante visitadas: San Juan Chamula y Zinacantán. Nos tenemos claro a cual ir, así que vamos a un puesto de información, pero lo encontramos cerrado. Buscamos donde salen los colectivos (furgonetas) y vemos que salen desde Mercado Viejo o Central. Después de unas vueltas, damos con el punto de salida de los que van a Chamula, casi oculto por la exuberancia de la calle. Son 20 pesos. Esperamos.

Al ser la zona del mercado, el colapso de la calle parece insuperable. Tardaremos más en salir del mercado que en llegar a Chamula. Poco a poco avanzamos, saliendo de la zona central y turistica, lo cual nos da la oportunidad de hacernos una idea de como es el resto de la ciudad, más humilde, menos lustrosa, pero igualmente ajetreada.

San Cristóbal está a 2200 metros de altitud. Se haya en el medio de un valle no demasiado amplio, rodeado por colinas, que pueden ascender unos 300 metros más. El clima es frío, sobre todo de noche, o si el sol está oculto tras las nubes como hoy. Todo el entorno de colinas está ocupado por frondoso pinares. El colectivo sale por una de las partes bajas del valle, y pasamos a una zona con terreno ondulado, salpicado de colinas con pinos y bajos con praderas de verde hierba. Nuestro destino no está muy lejos. Al llegar nos avisa el chófer y bajamos.

Nos deja en las afueras y entramos bajando la avenida principal, llena de puestos de artesanía, tiendas de víveres y algun que otro puesto de comida. Llegamos directos a la plaza donde está su importante iglesia y otros edificios singulares en torno a una extensa plaza, en parte cubierta por puestos de comida. Lo cierto es que lo más interesante que encontramos son los propios indígenas. Es fácil oir conversaciones entre ellos en sus lenguas maternas. Sentimos complejo de gigantes a ratos al caminar entre ellos. Algunos visten unas pieles que parecen de largo pelo negro de cabra negra. La iglesia que por lo que nos han contado anda a medio camino entre cristianimo y ritos mayas, es bastante peculiar con sus adornos pintados en tonos verde-azulados. En su fachada muestra su fecha de construcción 1522-1526… nos sorprende lo temprano en lo que se construyó.

A parte de esto, no encontramos mayor atractivo en el lugar. Probamos a buscar donde comer algo, pero al igual que otros días no nos es fácil encontrar un sitio donde comer los dos y finalmente optamos por volver a San Cristóbal.

Al llegar, exploramos a pie, las parte alejada del centro, por la que esta mañana salíamos en el colectivo. Nos pareció que podía haber sitios más locales para comer, aunque después de un rato volvemos. Yo busco donde echar un pis, no lo veo claro y pregunto, me indican por una transversal, pergunto y eco, pago 5 pesos y espero mí turno. Hay mucha gente que parece dedicarse a ganar pasta con una pequeña letrina.

Volvemos al hostal y pasamos un par de horas en la terraza tranquilamente, a la par que decidimos un poco que hacer, y Jose compra su billete para Palenque (yo lo había comprado con antelación). Finalmente hemos decidido hacer mañana una excursión para visitar el Cañon del Sumidero, con paseíto en barco, los miradores y finalmente visita a la población de Chiapa de Corzo, que da nombre a la región. Después de visitar algo más de 10 oficinas de tour optamos directamente por la más económica, ya que no parece haber valor añadido entre otras que casi doblan el precio.

En lo que buscabamos nuestro billete, nos encontró a nosotros un restaurante, con varios menus al uso, uno de ellos vegetarianos, de modo que al terminar con los billetes vamos allá a cenar. Pedimos caldo/crema de primero que nos sienta genial con el fresquito que hace. Los segundos también están bien, papa rellena/ puntas de ternera, acompañados de tortillas.

Al salir de allí nos separamos. Son algo más de las 19:00. Jose quiere irse al hostal y yo tengo ganas de sentarme en un sitio agradable a tomar algo mientras escribo esto. Después de ojear un par de ellos que nos han ido recomendando termino sentándome un rato en el Revolución. Agradable de ambiente y buena música. Son casi las 21:00, en breve me recojo, así que dejo esto aquí por hoy…

Hasta mañana!

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