Lunes 19 de Agosto de 2024
Durian
Pasadas las 8:30 nos levantamos, nos metemos un buen desayuno en el buffet del hotel. Nos llama la atención el personal del hotel, es atento hasta la saciedad, que si estamos bien, que si hemos dormido bien, que que vamos a hacer hoy, que cualquier cosa que les digamos… y esta cantinela varias veces al día…





























Pensabamos ir a la zona más alejada, del lago y lo mismo hacer luego el mausoleo. Pero respondiendo al interrogatorio del personal del hotel nos enteramos que los lunes no se puede ver a Ho Chi Minh. Así que optamos por ir a la zona del Templo de la Literatura. Antes de eso vamos al Café Gian, a tomarnos uno de sus famosos cafés… pero al llegar Sai me dice que pocas ganas después de desayunar y yo siento la llamada de la selva… decidimos volver, yo paso por el baño del hotel y mientras, Sai va a la calle de los sellos de caucho a ver si puede hacerles unos sellos a sus sobris. Compartimos ubicación en tiempo real por WhatsApp, lo cual es muy cómodo en estas situaciones… al poco doy con ella. Ya tiene hechos los encargos, se los dan esta tarde a las 5.
Pillamos un Grab, que nos deja en la misma puerta del Templo de la Literatura. Según entramos empieza a llover. Según entramos siento que conecto… me gusta… es el equivalente al que visité en China, en Jianshui, tantos días atrás, o acaso fue en otra vida… En estos lugares de culto a la cultura, se realizaban las «oposiciones a funcionario». El confusionismo impregnó profundamente la metodología y el fondo… si bien fue algo inicialmente reservado para las élites, pronto se abrió a toda la población, aunque sólo a los mejores.
En lo que recorremos la primera parte arranca a llover con ganas. Nos sentamos en un pórtico y disfrutamos de la paz del momento. Luego nos echamos unas risas… ha llovido tanto que el suelo está totalmente anegado… los grupos de turistas tratan de retomar su visita a poco que amaina… hay locales, europeos pijos, mochileros, indues e incluso negros… cada grupo enfrenta el charco de forma diferente… nos diviertenten los negros que se quitan el calzado y andan descalzos, o los locales que con su calzado todo goma les da lo mismo todo…
Contunuamos pasando por los distintos pabellones, que como es habitual ganan encanto con la lluvia, a parte de suponer un espacio de paz en esta ciudad. Salimos y vamos hasta el frente del Templo, donde hay un mini lago con una isla… tiene encanto… no hay nadie, pero pinta que a la noche estará a tope… esa es una de las características de estas ciudades… como Bangkok… un mismo espacio en la acera da cobijo a 3 negocios distintos… por la mañana lo mismo estan vendiendo comida, a mediodía hay un puesto de camisetas y a la noche un chiringuito con música y erveza fría… no es broma y el cambio es tan radical, que puedes pasar por una misma alle y no reconocerla…
De allí vamos a la calle de los libros… está muy apagada, pero igualmente pensamos que no es la hora… en cualquier caso, conseguimos comprar «El Principito» para nuestra colección, esta vez en vietnamita y Sai pilla unos cuentos para sus sobris. De allí vamos hasta la catedral y en uno de los cafes de los laterales nos sentamos a tomar un café y relajarnos.
Son las 3 de la tarde cuando continuamos. Le vamos pillando el pulso a esto, aquí hay que parar de rato en rato, cafecito o te, y andar «tan tranquilamente» como el tráfico te permita. Volvemos al barrio antiguo, que vale la pena ver de poco a poco, porque está todo muy concentrado y el tráfico abruma. Nos dirigimos al mercado. Donde anoche había un mercado nocturno alrededor del edificio del mercado, hoy había un mercado abierto, pero tan tan tan sobrecargado que a la media hora volvemos hacia el hotel.
Yo me he quedado fuera, tomando unas bia hoi mientras acanzo el relato y Sai ha subido a la piscina. Van a ser las 6 de la tarde, subo a darme un chapuzón. La piscina es una bendición… nos relajamos y dejamos que el estrés se diluya en el agua… el sol cae y se deja ver por debajo de la capa de nubes, la bruma y la polución… baja hasta el horizonte recortando la silueta de edificios lejanos… vislumbra esta estampa metidos en el agua… el contraste es tan grande que sentimos paz…
A las 19:00 bajamos a la habitación y con las mismas vamos a cenar a un sitio que ha buscado Sai. No queda muy lejos, aunque como otras veces, el GPS hace cosas mu raras y damos un par de vueltas hasta que damos con él. Según llegamos nos da buena impresión… pinta bien. Es una casa, subimos a la segunda planta. El chico que nos atiende nos recimienda el cerdo cocido en estuche de bambú, añadimos un pollo con verduras y unos rollitos variados. nos gusta todo más de lo habitual… puede que repitamos mañana…
Volvemos tranquilamente al barrio antiguo… huelo durian… uhmm… dudo, continuo y retrocedo… quiero durian. Es un puestito, me quieren vender un entero (ya pelado), menos, le digo… que cosa más rica… pese a su olor tiene la textura de un postre elaborado… una crema pastelera, dulce, muy cremosa y con otros toques indescriptibles…
Parece que nos vamos haciendo con esta locura… después de pasear un poco terminamos junto al hotel tomando unas bia hoi… Son las 21:45 sospecho que no vamos a durar mucho aquí… lo voy dejando por hoy… mañana más!!!
Buenas noches!!!