Sábado 17 de Agosto de 2024
Que corra la bia hoi
Tranquilamente nos levantamos antes de las 9. Sai hace la mochila y pide desayuno. Desayunamos, preparo la mochila y me meto en la piscina. Poco antes de que pasen a recogeros a las 10:30, me doy una duchita y listos.





















La furgo que nos lleva es una auténtica limusina… lo flipamos, el asiento tiene hasta masaje? Yo me duermo al instante y despierto ya en Hanoi. Como de costumbre, cual paquetería, nos van soltando a cada cual en su hotel.
En nuestro nos decepciona, la habitación está muy bien, pero la de Cat Ba estaba mejor y valía menos de la mitad. Tiene piscina, pero de 7 a 7 no se yo si la disfrutaremos. Seguiría siendo un hotel barato en España, pero esperabamos un poco más para nuestro últimos días.
Revisamos sobre mapa cosas que tenemos apuntadas para ver y salimos. Es la 1 del medio día y hace muuuuucho bochorno. Arrancamos a caminar por el barrio antiguo, que es donde nos quedamos, pero luego enfilamos hacia el lago con intensión de rodearlo, las calles adyacentes están cortadas, de modo que son peatonales… oye, lo que se agradece en medio de esta locura. Por lo que vamos pillando en breve va a haber algún tipo de celebración. La proclamación de la República fue un 8 de Septiembre, pero la Victoria o fecha similar fue el 19 de Agosto del 45… 79 años… No sabemos aún que se celebra pero nos va a pillar aquí… a ver…
Según llegamos a la parte baja del lago vemos al fondo el palacio de la ópera y tiramos para allá porque recordamos que el bus turístico salía de allí, y es algo que hemos pensado hacer para situarnos en la ciudad. Ibamos con intensión de preguntar, pero terminamos pillando los tickets de 24 horas, así nos lo hacemos todo ahora del tirón y ya mañana vamos bajando y subiendo en las distintas paradas.
El paseo está bien, pero con los cortes de tráfico, algunas paradas han cambiado y la locución en español no cuadra bien, de modo que no me entero mucho de cuales son los sitios señalados. Nos gusta la calle del tren, una calle por la que pasa el tren y se ha llenado de cafes con mucho encanto. También nos gusta la zona que rodea el mayor de los lagos de Hanoi, con casi 20 km de perímetro.
Nos bajamos en La Opera, y damos tumbos. Va a ser las 4 de la tarde, no hemos comido y tampoco hay muchas ganas de caminar demasiado con este bochorno. Decidimos coger el bus en otro punto cercano para ir hasta la calle del tren. El acceso a la misma a través de una transversal está cerrado con una valla y un policía hace guardia. Luego nos enteraríamos hablando con Pello y Judit, que alrededor hay gente que te lleva hasta los cafés a través de callejones, previa comisión.
De allí enfilamos hacía nuestra zona, el barrio antiguo. Pasamos por callejas increibles, algunas con puestos de lo más curiosos, organizados por gremios, la calle de los fontaneros, la de los sellos de caucho, etc. Probamos a sentarnos en un cafe en una segunda planta que da al lago. Para acceder al mismo, cruzamos por un estrechísimo callejon, luego pasamos junto a la cocina de un restaurante, subimos por las escaleras de vecinos, en medio de un caos de objetos de lo más variopintos. Sai se pide un yogur de cafe o algo así, yo no pido porque el local es muy de cerveza tradicional y no es precisamente barato.
Yo voy bastante cansado, tal vez debimos darnos un bañito en la piscina antes de salir, lo cierto es que me falta arrastrar las piernas. Buscamos una terraza dinde sentarnos a descansar, pedir una cervezas y empezar con el relato. Buscamos la famosa Beer Street… resulta que está en la mismísima calle de nuestro hotel. Esta zona es famosa por tener la cerveza local muy barata, Bia Hoi, o cerveza suave. Alli que nos sentamos, son en torno a las 18:00… cae la tarde.
Sobre las 18:30, Sai pide un Grab y se va hasta el bus para hacer el recorrido nocturno. Yo he recibido un mensaje de Judit, ella y Peyo acaban de llegar de Sapa. Quedamos allí mismo, donde estoy. Al rato aparecen y nos pasamos toda la tarde noche de cervecitas. Sai vuelve al rato del Bus Nocturno, bastante contenta de su paseo, parece que ya se ha aclarado un poco más con las locuciones y le ha gustado sobre todo el ambiente nocturno en torno a la catedral. Nos lo pasamos pipa con un karaoke ambulante, el hombre va con un altavoz enorme, una tablet y 2 micros. Nos cantamos un par de temas, La flaca entre ellos. Al público le gusta porque nos subvencionan, pero al hombre parece que no y no nos deja repetir.
Judit y Peyo se van y nosotros seguimos un rato por alli hasta casi la una, que volvemos reventados al hotel. Tanto que ni termino el relato…
Dormir… duermo… durmamos… duerman