Domingo 2 de Febrero de 2020

La Paz no está en Bolivia…

Despertar ganso a las 8:30. Desayuno cual señor, arroz y berenjenas ricas ricas. En este homestay nos dan de comer muy bien, pero además de forma sospechosamente copiosa… nos querrán merendar?

A las 9:15 aparece un barquero que entendemos que es el que la italianas habían pedido pra las 10. Estan preocupadas por que la barca es alta y no tiene escaleras y ellas deben rondar los ochenta años y no están pa subir de brazos. Intermedio en indonesio, ya que aquí no habla ni dios engris. Consigo que me entiendan, el barquero desaparece no sabemos si se ha aburrido o que. Luego aparece con una escalera que pensamos que la habrá robado de una piscina… Jjjj. No muy convencidas se suben, nos subimos.

La barca no está como para travesías, así que tiene que ser un destino cercano, al final repetimos Batu Lima. Que rico estar de nuevo en el mar. Al llegar nos tiramos al agua como podemos. La zona no está mal, hay partes con coral bonito y vemos bichillos, aunque no muchos. Lo más curioso fue un pequeño banco de sepias de 30 cm, nadando a raz. Son curiosas, si no te fijas bien parecen peces. Casi al final vimos una tortuga linda y unos peces Napoleón no muy grandes.

Pudimos estar casi 45 min, hasta que el barquero nos hace señas. Pero al llegar al bote, al que ya se había subido una italiana, nos indica como que vayamos hacia la playa, y no se que de la escalera. A medio camino, cuando miro atrás, veo que la otra italiana no nos sigue. No entiendo muy bien, porque me dió la impresión de que el barquero quería que fueramos allí para que pudiera subir la otra italiana, entiendo que le pudo costar a la primera. Seguimos nadando. Vuelvo a mirar y vuelvo a ver a la italiana enganchada en la escalera. Seguimos nadando… Al rato vemos que se acerca la barca con la italiana enganchada aun a media escalera. Vamos a su rescate. Sai le agarra la escalera y yo una nalga, y la lanzamos pa’dentro… Luego cada uno por un lado subimos Sai y yo a la vez para no volcar. Pero al subir sigue atorada la italiana que parece andar aun superando el mal transe…

Vamos a otro punto… las italianas no estan muy por la labor… preguntan una y otra vez si hay escalera. El barquero, que no quiere verse otra vez en las mismas, nos lleva de vuelta a nuestra isla, a una zona donde podemos salir por un jetty. El trayecto no nos dice nada, lo hacemos del tirón y salimos. Una de las italianas sale como puede, pero muy dignamente y la otra nada hasta la cercana orilla, que ya ha tenido bastante.

Al volver son casi las 12… mi madre, otra vez a comer. Nos sirven pollo, con verduras, papas con zanahoria y guisantes, y arrocito. Cae un buen plato, un té y pal agua o caemos fritos.

Cogemos dos neumáticos de camión que tienen por aquí inflados, las aletas y con la marea tirando a baja nos adentramos. Y nos adentramos… y pasamos el primer islote y seguimos… hasta llegar al segundo, ya al borde de la enorme extensión que ocupa el arrecife mayormente de arena. Luego nos dejamos mecer por la corriente, echándonos agua por arriba de vez en cuando, para no morir torrados. Nos metemos casi dos horas así, son las 15:00. Luego duchita, con champú y gel (oooooleeeeeee ; ) y nos tiramos en el porche a gansear. Nos acordamos de que debemos ir pillando algo para la noche del martes 4 en Sorong y nos ponemos a buscar. Al final optamos por uno económico que nos comentó Sonya y que parece bastante correcto.

En una de esas, Jess uno de los chicos de aquí, se trepa por la palmera hasta el infinito, y empieza a cortar y tirar cocos. Al rato baja haciendo pasos de rana, pero al revés. Al poco Sherly nos trae dos cocos con pajita. Woooowwww…. terima kasih!!! Lujazo!!!

Sobre las 17:00 ya cae la tarde y no aprieta tanto el calor, así que nos vamos de paseo por el pueblo. Es domingo tarde, la tarde está bonita y todo resulta apacible… tranquilo… el segundero parece detenerse… Vamos hacia la tienda a por unos refrescos y cerveza, por el camino se nos unen otras personas. Al llegar a la tienda, vemos que justo al lado, en un patio cubierto, han puesto unas 20 y pico sillas, de las que ya hay ocupadas más de la mitad. Los que venían por el mismo sendero se unen a ellos. No sabemos con seguridad, pero parece una reunión religiosa (misa no porque tienen iglesia). Saludamos y todos nos devuelven amablemente el saludo. Juraría que esta gente es más simpática ahora que cuando llegamos…

Compramos y seguimos la ronda. Vamos hasta el pantalán y curioseamos los bichos marinos que se arremolinan con claridad junto a el. Que tarde mas linda, que paz… que pena irnos mañana… ah no! que es pasado mañana! Me inunda la felicidad de saberme otro día más aquí. Seguimos. Cruzamos el pueblo en el otro sentido hasta la otra costa y bordeando volvemos hacia nuestra cabaña… justo nos pilla el atardecer… foto foto foto foto…

Al llegar son casi las 19:00 … dios mío, comer otra vez!!! Por suerte, se les fastidia el motor, y con las penumbras la cena se retrasa hasta casi las 20:00 cosa que agradecemos. El rato que pasamos a oscuras junto al mar, apenas iluminado por la luna nos conmueve… que paz. Luego nos acordamos de las italianas, que ya se han ido en su barco de 10 dias y nos entra un ataque de risa. Ojalá tenga uno esos ánimos a su edad!

Nos traen montaña de arroz, montaña de fideos fritos, tortitas de millo y huevos duros en salsa… lo sentimos, pero comemos solo un poco, pero más de lo que hubieramos comido, sin compromiso.

Ahora mismo son las 21:15. Sai se ha retirado a ver una serie en la cama, yo he seguido en la cabaña comedor escribiendo y supongo que me echaré a ver algo también en breve.

Aun desde naciente… buenas noches!!!

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