Martes 14 de Agosto de 2018
Toma ya!!!
En nuestro cutre hostal, que para nosotros es un templo, hay una neverita justo en la puerta de entrada al piso-hostal. Anoche nos subimos unas zerbs, y allá afuera, en unas sillitas, en medio de la colmena humana que es el edificio, escribí el relato mientras sudaba la gota gorda.






























A las 10:30 nos ponemos en marcha. Tratamos de lavar la ropa, pero el del hostal (son todos indues), no responde a las indicaciones que me dió el hombre ayer. Pregunto en el piso-hostal que hay al lado. Me dicen que pregunte en la planta de abajo. Bajamos. Los indues que te buscan para venderte oro y hacerte un traje a medida, nos van indicando. Para nuestra sorpresa llegamos. Volvemos al hostal a por la ropa y la dejamos. Son 2 kg, 4€ al cambio, para mañana a las 13:00.
Tiramos hacia la costa. Estamos en Kowloon, que esta en el continente, frente a la isla de Hong Kong (todo es HK, pero son como distritos). Al llegar junto a la costa nos encontramos con que el paseo de las estrellas, una suerte de copia del de Hollywood, esta cerrado por obras, así que por llegar a la costa y disfrutar de la vista urbana de HK desde nuestro lado, rodeamos los hoteles hasta dar junto al mar… mar… ainsss… caigo en la cuenta de que es la primera vez este año… se echa de menos, aunque no te des cuenta…
Estando allí nos tropezamos con el típico bus turístico de dos planta… why not? Una chica que algo habla de español, nos vende las entradas, que por el precio de un día nos valen para dos, y nos da pases extra para el barco que cruza a la isla. Pues bien!. Son tres buses que hacen rutas distintas, cada una dura una hora y pico, con locuciones en español.
Hacemos la de nuestro lado. Bien. Nos paramos cerca del embarcadero y cruzamos. Que vistas! Justo al otro lado, está un sitio que nos ha recomendado, Teresa, una amiga que conocí por Paz, y con la que quedaremos mañana. Es un restaurante salado, que a ella le encanta y está dentro de un mall (Centro Comercial). Llegamos y nos dicen que está a punto de cerrar la cocina. 10 min para pedir. Nos liamos y pedimos menú degustación. Muy rico, tal vez soso, para el nivel que traemos de China, y a la vez saladitooo…
Cogemos la ruta de bus de este lado y nos bajamos en la entrada de una especie de tren de cremallera que sube hasta una de las colinas mas altas de HK. No pagamos pir llevar el ticket del bus, la cola es mas corta, pero aún así tardamos unos 30 min en montar.
Yeah! El tren coge casi 45°, y deja a toda la ciudad debajo. Impresionante. Fotos y mas fotos. Al llegar arriba, tenemos que cruzar un centro comercial de casi 6 plantas, para llegar a la azotea y disfrutar de las vistas. Fotos y fotos. Los nubarrones, que amenazan la ciudad (que está en alerta 3, por un tifón que quiere besarla), empiezan a descargar en la lejanía, y no tardan ni 15 min en llegar a nosotros. Todo el mundo corre de la terraza hacía las escaleras mecánicas para escapar. Un guardia da gritos como poseso, para que bajemos ordenadamente.
Salimos después de tratar de tomarnos una birra a precio de oro y tratar de vendernos un vaso lleno de espuma. En la calle cae un piti, disfrutando de la vista que mira al otro lado de la isla. Es impresionante, porque la HK tiene una de las mayores densidades del mundo, pero la isla tiene una gran extensión de naturaleza virgen y exuberante. Damos unos paseos por la zona, fotos y mas fotos. Cola de vuelta, bajar y de vuelta al bus turístico, hasta la zona «vieja».
Por aquí seguimos. Hemos cenado muy bien a base de pinchitos y por fin en una zona de marcha y terracitas. Lan Kwai Fong, es uno de los centros de vida nocturna. Caen unos gins en lo que escribo esto, y aquí dejo para disfrutarlo a tope.
Besos enormes desde Hong Kong!!!