Martes 3 de Octubre – 17,6 km
Reajustando la etapa
*Gondar: Dormimos en Castroverde, pero caminamos 9 km más, hasta Gondar para equilibrar dos etapas muy dispares.
Anoche, sabiéndome solo en la habitación, duermo a pierna suelta. Duermo y dejo dormir. A las 8:00 me despierta mi padre, me demoro otros 5 min antes de decidirme a salir de la cama. Ducha, recoger y al bar a desayunar.
Gianni y mi padre están ya sentados a la mesa. Hoy para desayunar toca cafe, tostadas y… acordeón!!! No se como ha ocurrido. Mientras salgo a echarme un piti a la puerta del bar, de repente oigo un acordeón… es mi padre tocando Islas Canarias!!! Jajajajjaja!!!
Sobre las 9:15 nos ponemos en marcha. Empezamos descendiendo un poco, le sigue una cuesta potente pero breve, y en general el resto del día va en suave descenso.
Después de hora y pico llegamos a un cruce. En ambos lados hay mojones, pero el de la izquierda está derribado y sobre la pista han rayado con un palo «XXXXX NO». Hay un plano explicativo, la izquierda parece la oficial. El mojon de la derecha pone «Camino Complementario». Pero la guía parece no hablar del de la izquierda… ?! Qué lío no?!
Finalmente optamos por el de la derecha, pese a ser un pelín más largo. Nos preguntamos a qué vendrá todo esto? Si él de la derecha venía en la guía, debe ser que se ha estado haciendo, al menos durante los últimos años. Pensamos que tal vez la Xunta haya hecho una variante y a alguien le han fastidiado el negocio. Uhmm… que curiosidad!
Más adelante nos encontramos con Vilabade. Un pueblo bonito a escala local, una aldea en otras latitudes. Su iglesia nos sorprende por sus dimensiones y laboriosidad en el diseño. En frente, un puesto ambulante y una mujer, que amablemente nos aborda. Se ofrece a enseñarnos la iglesia y darnos información de Lugo y que comamos algo que nos dan recuerdo único del camino, blaublau, blaublau. En esas nos alcanza un grupo al que habíamos adelantado y se suman a la visita.
La iglesia nos sorprende, no tanto en valor absoluto como en relación al lugar. Todo el frente está aporticado, de manera que hay un espacio cubierto de un ancho de al menos 4 metros en torno a la puerta de entrada. Genial para los antiguos peregrinos, pensamos.
Al entrar nos sorprende aun más su retablo gótico labrado en roble. La mujer nos hace entrar y sentarnos en los primeros bancos. Nos echa su charla, que va poco más allá de la enumeración de santos y un par de fechas. Fue construida a mediados del s. XV. Me llama la atención que el autor del retablo también trabajó en la catedral de Santiago.
Mientras la mujer apunta nuestra procedencia en un formulario, oímos decir a alguien que es de Tenerife. Terminamos hablando con él. Es de Santa Cruz y ha venido con sus compis de facultad que celebran el 40 aniversario de su promoción. Intuimos que ya está jubilado, pero trabajó en Caja Siete. Mi padre ata rápido y le pregunta si conoce a mi prima Susana, que trabaja allí – ¿Susi Reyes? Pues claro! -. El hombre parece feliz del encuentro. Nos hacemos una foto juntos. Luego me enteraría que fue su jefe de zona hasta hacía pocos meses ; )
El grupo se va y le digo a mi padre de tomarnos algo en el puesto ambulante. La curiosidad me puede. La mujer y el hombre nos dan coba, pero son amables. Nos tomamos unos acuarius y un pincho de tortilla a medias. Hablamos del camino, de que a ella le habían renovado allí y que él, que resulta ser su marido, se quedó en paro y montó el chiringuito hace poco.
Les pregunto por lo que hemos visto en la división de caminos. Dicen saber algo, pero desconocían que uno de los mojones estuviese tumbado. Bajan a tierra y nos cuentan parte de la problemática. Al parecer este fue siempre el camino. Esa iglesia está allí porque hubo una abadía de franciscanos, que no es poca cosa, y que de buenas a primera la Xunta decidió cambiar el trazado de forma incomprensible, ya que en comparación, por la otra ruta no hay nada de interés. Lo que dicen tiene sentido, pero claro está que disponemos de información parcial.
Pagamos y nos regalan un magnifico boli, recuerdo del Camino Primitivo… lo atesoraré ; ). Despedidas plagadas de buenos deseos y seguimos. No tardamos en llegar a Castroverde.
Son las 12:00 y después de los meneitos que nos hemos dado montaña arriba y abajo en Asturias, esto es demasiado breve. Decidimos seguir. Peeeeeero, el albergue no abre hasta las 13:00, así que esperamos por fuera, leyendo con preocupación las noticias del día. Hace sol, calor y leer nos amodorra, pero resistimos.
A la una, mi padre recoge su mochila en la librería donde se la dejo el servicio de transportes. Tramites habituales de entrada al albergue y salimos sobre la marcha. Pero no hemos comido y por delante no hay nada. No se trata de comer-comer, pero si de engañar las tripillas pa’ aguantar hasta las ocho. Lo intentamos en varios bares pero todo nos conduce a menú, y queremos algo sencillo para seguir caminando. Al final pillamos en un Dia un pan de leña, jamón serrano, queso amarillo y un brick de gazpacho, y tiramos millas.
Hasta Castroverde habíamos hecho 8,6 km. Es demasiado poco, pero hasta Lugo hubiesen sido 30,5 kilómetros, más de lo que nuestros cuerpeciños hubiesen soportado. Optamos por la fórmula ya empleada anteriormente: seguiremos caminando 9 km, desde allí volveremos en taxi hasta el albergue, y mañana, para no repetir, iremos hasta allí en taxi.
Por el camino damos con un arroyo con algo de sombra y preparamos nuestro bocata di cardinale! Nos sabe a gloria. En menos de 20 minutos seguimos. El camino es suave, casi todo bajada y mayormente a la sobra. Menos mal, porque el sol pega duro.
Pasamos un par de aldeas y en la tercera decidimos que es suficiente. Supuestamente hay un bar donde repostar, pero nos liamos entre las casas y no lo encontramos. Nos encuentra un paisano con ganas de charlar, que después de revisar el estado del tiempo y explicarnos la conducta casi humana de su can, nos cuenta que sirvió en El Aaiún, que sus compis canarios eran mu buena gente, y que a la vuelta pudo pasar medio día en Las Palmas, antes de coger su vuelo. Que personaje! Nos despedimos.
Al final encontramos un puesto de vending muy bien pertrechado. Bebidas, bocatas e incluso souvenirs del camino!!! Llamamos al taxi, pero nos dice que tardará una hora. Empiezo a escribir un poco del relato, pero estoy a punto de quedarme sin batería… yo, y el móvil también.
Descansamos y hasta damos una cabezada allí sentados. Se pasa volando y a la hora acordada, puntualmente llega el taxi. Volvemos al albergue.
Toca ducha y ponerse rápido a escribir, porque este albergue es de la Xunta, y aquí no se andan con medias tintas. A las 22:00 cerramos, significa que que si llegas a 22:00:01, tu brazo duerme en el albergue y el resto fuera!!!
Me muevo hasta el primer bar que encuentro y me siento en la terraza al sol. Comienza el ritual del blog. Sobre las 19:30 pasan Gianni y mi padre por allí, van a explorar donde cenar. Al poco me dicen donde están y me acerco.
Cuando llego ya han pedido. Gianni está a dieta, y mi padre también debe estarlo porque se han pedido 3 platos para cenar. Yo me conformo con 2, pero acabo comiéndome lo que ellos no. La cena transcurre a la par que debatimos sobre el estado de la «nación». Reflexiones muy interesantes, pero que les ahorraré por versar sobre cuestión tan enojosa.
Ellos se van. Yo apuro el blog. Se me acaba el tiempo. Corro, pero llego a tiempo de no dejar parte alguna de mi ser, durmiendo fuera del albergue. Mi padre me ayuda. Entre los dos cojemos un colchón y lo arrastramos a una de las zonas comunes. Pa’que duerman otros fuera, me voy yo, no?
Siento oír a la hospitalera con algunos del albergue. -Por ahí hay alguno que se ha sacado el colchón fuera. – ¿Pero fuera del albergue? -. Les oigo decir. No nos cruzamos. Alguien me dice luego, que con que todo esté en su sitio a las 8, ok.
A las diez en punto, se bajan las compuertas, se apagan las luces y suena la alarma: inmersión!!!
A las 22:45 ya tengo esto más o menos listo. Les dejo por hoy, que aun me queda mucho fleco.
Boa noite!!!
… Levi runs free… This night he snores as much as he can… expecting for the right response…