Sabado 30 de Septiembre – 22,6 km
Manejando imprevistos
*Castro: Caminamos hasta Castro pero dormimos en Grandas de Salime (más atrás). Justamente hoy cerraba el albergue, porque estaban de celebración.
Ayer tenía que acabar rápido la entrada del blog, porque la hospitalera nos preparaba la cena en su casa a las 19:30 y no quería llegar tarde, la cobertura en el albergue no era buena y no quería subirme al monte otra vez. Conseguí subirlo a las 19:50, sentado en un banco a media ladera y ya estaba tiritando (14°).
Corro de frío hasta la primera casa de la aldea y compruebo aliviado que no llego demasiado tarde. Todos los del albergue (unos 14) sentados en una mesa grande en la cocina de su casa. Me pierdo el inicio del picoteo, queso y chorizo, pero me tomo unos cuantos platos de sopa de ajo que me quitan la tiritera al instante.
Sopa y vino, surten efecto extra. Le sigue un plato de ternera cortada en tiras con verdura, papas cocidas y pisto… delicious!!! En la mesa se habla español, francés e inglés.
Cristina, la hospitalera, tiene que ir a sus labores con las vacas, y nos deja con Raquel, una andaluza de Almería de 31, que vino aqui a trabajar en un proyecto de desarrollo rural y le echa un cabo de vez en cuando.
Su relato sobre el choque cultural entre Andalucía y Asturias, se convierte en tema de interés sobre todo para los extranjeros, que estas cosas les llaman mucho la atención.
Detras de la comida, Raquel saca una frasca de orujo más Potemkim que el acorazado. Raquel, andaluza y dicharachera, nos cuenta su difícil adaptación a un medio tan distinto al suyo. Gente buena, pero que requiere trato antes de ganar su confianza. Gente que atada a sus vaquitas no salido nunca de la aldea. Es todo tan rural, que si tienes un problema, llamas al 112 y viene el helicóptero, porque el centro de salud esta a cienes y cienes de kilómetros…
Parte de esto lo hablamos con ella, Gianni, mi padre y yo, ya que el resto se ha ido rumbo al albergue. Son las 21:00. En 20 minutos estoy metido en mi cama y a las 22:00 se apaga la luz.
Como siempre procuro dormirme el último. Hay gente que una vez se duerme no es fácil despertarla. Yo me siento como si fuera el maquinista de la maquina de gas, de aquellos peculiares hoteles que montaron los nazis… vais a morir todos!!!
Duermo en la cama de arriba de la litera, así que algún meneito siento durante la noche. En uno de ellos, miro la hora y son las 5. Al mirar al otro lado, veo que en las camas faltan los colchones… jajajaja… alguien ha salido al pasillo a dormir…
Me despierto a las 7:10 y no voy a desayunar pensando que era tarde. Podría haber ido, segun me dicen después. Tengo todo preparado para cuando vuelven. A las 8:10 ya estamos en marcha mi padre y yo. Gianni a su ritmo arranca atrás.
Su p*ta mad*e la salida del pueblo. Es solo media hora, pero en frío y esas pendientes? Quien inventó las pendientes?!! Pero se salvan a buen ritmo, y luego toca bajar y bajar.
Antes de una hora encontramos un desvío por un incendio que hubo en abril de este año. Es 2 km más largo que el camino original, pero también con una pendiente menos pronunciada… no quiero ver el otro, porque la bajada hasta el Embalse de Salime, es curiosa.
A mitad de camino llamo al albergue, porque aunque sea público, según me ha dicho Gianni, se puede reservar. Gracias a ello, descubrimos que justo hoy está cerrado?! Así que me veo en medio del bosque revisando mis datos, ver donde podemos quedarnos, calculando implicaciones para hoy y mañana… Al final lo de siempre, es mayor el drama de la película que se monta uno en la cabeza, que lo que acontece. Encuentro albergue en un pueblo anterior, aviso a los de las mochilas para que las manden allí y listo.
El camino no nos hace mucho tilín. Vamos casi en silencio. Hemos salido inmersos en la niebla y no da tregua hasta que empezamos a bajar hacia el embalse. En un momento dado, creemos avistar la parte frontal de la presa. En pocos minutos, a ojos vista, vemos como la niebla se abre, y en su ascenso, nos muestra el fondo del valle.
La bajada es fuerte, pero al menos no es un pedregal como el de ayer. Ello me hace recordar el Camino Francés, donde en una etapa de fuerte bajada, practiqué el pétreo sky. Zigzagueo de un lado al otro de la senda con los bastones, para reducir de ese modo la pendiente y su impacto.
La presa se sale (como todas) y merece fotos varias. Pero bajar abruptamente al cause anuncia un ascenso similar… y las profecías se cumplen. La rampa transcurre por asfalto y se hace querer.
Por suerte hay un bar (el primero en 11 km) y paramos. Pincho de tortilla, zumo de naranja, y cafe con leche, es suficiente gasolina para esta máquina llamada cuerpo. Allí encontramos peregrinos conocidos, que alegres nos saludan. Nos queda más de una semana… terminaremos siendo parte de una trashumante familia.
La subida es fuerte. Flipo con mi padre. El ejercicio semanal que hace en su finca, lo mantiene en muy buena forma. Me sigue, con 29 años más, sin rechistar.
En unas 2 horas terminamos de salir del valle que ciñe el embalse. Hemos recuperado prácticamente toda la altitud que perdimos y nos adentramos en una meseta, abandonamos la carretera y pasamos a sendero. Se intuye Grandas de Salime, y en media hora llegamos.
El cambio de final de ruta nos complica los días venideros. Problema? Solución! Soltamos las cosas en el albergue y seguimos caminando hasta el previsto final de etapa: Castro.
Empezamos a andar sobre las 14:30 y llegamos a las 16:00. El paseo es lo mejor del día, pastizales, arboledas dispersas, caseríos. El tiempo ha cambiado, nubes dispersas, cálido sol y azul vibrante, nos acompañan.
Al llegar a Castro entendemos porqué no abría hoy el albergue. Nos lo confirma una de las dueñas. Hacen una fiesta anual de celebración y tocaba hoy. Escenario, gaiteros, una parrilla con al menos 4~6 cochinillos… Le tuve que preguntar 3 veces si era algo privado, antes de darme la vuelta, cabizbajo y salivando…
Pero bueno, hemos hecho lo que queríamos, llegar a Castro. Llamamos a un taxi que nos lleva a Grandas de Salime, y mañana nos devolverá a allí, con lo cual ni hacemos trampas, ni tenemos que rehacer la ruta.
A la vuelta nos deja en un bareto y nos comemos una ración de pulpo. Ya casi estamos en Galicia!!! Luego llega Gianni y se pide otra ración. Charlamos. Luego se van ambos a ver el museo etnografía que al parecer es una joya.
Empiezo con este relato, que hoy es un rollo tremendo y me dan las uvas. Me encuentro con mi padre en el albergue, que baja a cenar. A mi me toca asearme, poner nuestras lavadoras y secadoras y luego bajo a cenar.
Son las 23:00, ya hace un rato que han vuelto al albergue, y yo dejo esto o no duermo.
Dulces sueños!!!
… Levi, aprende español, porque no tengo tiempo para pensar en inglés. Esta noche duermo yo solo en una habitación… haz lo que te venga en gana!!! …