Domingo 20 de Julio de 2025
Rizando el rizo
Sai se levanta a las 7:30 y se ducha, yo voy detrás. A las 8:15 estamos en nuestro restaurante de cabecera pidiendo el desayuno. Tenemos suerte y no tardan tanto como ayer. Tostadas con huevos revueltos, zumos de maracuyá, café y té con leche. Todo rico… lo único es el té con leche de Sai. Primero porque se olvidan, y segundo porque le ponen un tazón de leche con una bolsita de té.



































Simón resuella tarde, estamos casi acabando el desayuno cuando manda mensajito. Anoche él y Aruna se pusieron a ver una peli de miedo hasta la una y pico. A mí me dio envidia y también me puse a ver una serie… e igualmente me dormí tarde.
Al terminar el desayuno vamos a la habitación de Simón… está con la espátula, tratando de sacar a Aruna de la cama. Se levanta con cara de profundamente dormida. Simón dice que le dura un rato la transmisión de hombre mayor de Murcia a la genuina Aruna, por el carácter poco locuaz que tiene al despertar. Sai aprovecha, la taza de leche con té, más que despertarla, era la adecuada para irse a la cama… Nos hacemos unos cafés solubles, aprovechando que ellos tienen tetera eléctrica.
Son casi las 10 cuando salimos a buscar a alguien que nos alquile moto para Sai y para mí, y para Simón y Aruna, tal vez una becak (es como un tuk tuk, pero con la moto al lado, en lugar de delante). La tienda de enfrente está cerrada… vaya, ahí pensábamos Sai y yo pillar la moto. Pero hay un hombre del hotel que nos pregunta si necesitamos algo. Le explicamos lo que queremos y hace unas llamadas.
Al poco aparece alguien con una becak. Le contamos y nos dice lo mismo que nos dijeron hace unos días… debe haber habido un derrumbe o algo similar que impide que los vehículos grandes puedan pasar a la parte sur de la isla. De entrada nos propone hacer lo que ya hemos hecho hace 2 días, pero le decimos que no, que ya lo hicimos y ahora queremos ver el sur. Da la impresión de que solo va a ser posible en moto, pero Simón no va a conducir una. La solución final es pillar una moto con driver para Simón y Aruna. Al final, parece que así les parece bien y a nosotros también.
La idea es estar de rule rumbo al sur de la isla. Los drivers a priori no están muy seguros de qué hacer porque los puntos a visitar típicos son otros, pero nosotros simplemente queremos recorrer la zona… si hay algo bonito paramos y si no, simplemente paseamos. En lugar de ir Sai y yo en la moto, pensamos que mejor vaya Aruna con Sai, y Simón y yo con los drivers, que estarán más sueltos para cargar con nosotros.
Nuestra primera parada es Tomok. Está muy cerquita de TukTuk y es otra población con casas tradicionales y museo batak… pero eso lo tenemos un poco visto y ni siquiera es mejor que los que visitamos anteayer, de modo que paseamos pero sin dedicarle demasiado tiempo. Casi que la mayor parte del tiempo la pasamos en un mercadillo donde Simón disfruta regateando con las vendedoras hasta sacar 3 prendas por un precio correcto.
Según vamos hacia nuestras motos, le comento a mi driver que, si sabe de algún sitio, me gustaría comprar tuak, la bebida de palma universal en Indonesia… pero que estaríamos especialmente interesados en poder visitar algún lugar donde lo hagan para ver el proceso y tal y cual. Me dice que ok, y la siguiente parada es Talicual: una warung de carretera donde pregunta y luego me explica que todo ok, que entre las 3 y las 4 podemos volver por aquí y nos llevarán a verlo. Estupendo. No me queda claro si es solo comprar o hay opción de ver algo más, pero ya nos enteraremos.
¡El paisaje nos encanta! Esto no es la séptima maravilla, pero tiene una magia especial. El hecho de que el perfil sea tan abrupto permite que, en nada, estemos a bastante altura con unas vistas increíbles. En esta zona nos paran en un mirador, un warung con unas vistas increíbles sobre el lago. Nos tomamos unos cafés mirando al lago Toba. Vamos sin prisas, no hay museos ni palacios que ver. Todo consiste en sentir el espacio y en cómo transcurre el tiempo entre tus dedos… Terminamos cafés y seguimos.
Nuestros drivers son muy buena gente, noblotes y afables. A poco le digo algo, se arranca a hablar, tiene un inglés justo, pero le pueden las ganas de comunicarse, y cuando eso es así no hay barrera idiomática alguna… Yo le hablo en indonesio, se ríe o me corrige cuando me equivoco.
Seguimos. No tardamos en encontrarnos un pedazo de derrumbe brutal. Según nos cuentan posteriormente, hubo un primer derrumbe hace casi 2 años, que no llegó a arreglarse, y al llegar la estación de lluvias del año siguiente terminó por llevarse prácticamente la carretera completa. Ahora entendemos perfectamente por qué se negaban a hacer esta ruta con otros vehículos. Nos bajamos de las motos que pasan antes. En la parte central han construido una pasarela de madera porque no quedó nada. Pasan motos y detrás nosotros. Da un poquito de yuyu, pero no hay problema.
Luego le preguntaría por la gente del sur de la isla y me confirma que lo que antes hacían en 20 minutos ahora tardan casi 3 horas… Nos han hablado varias veces del problema de lluvia que tienen. Según dicen, hace 3 meses y una semana que no llueve. Lo normal aquí es que llueva como poco una vez cada 7~10 días. Nosotros lo vemos súper bonito, pero si te fijas en cosas como los campos de arroz, con las matas secas, sobre un suelo de barro, sin un dedo de agua, es cuando te das cuenta de que algo no va bien.
Llegamos a un lago que está en la parte alta… esto debe ser una broma… rizando el rizo, el lago tiene una isla dentro… se trata de la isla del lago de la isla de Samosir que está en el lago Toba que está en la isla de Sumatra… la isla del lago de la isla del lago de la isla… ufff…
Desde allí nos llevan al mirador escondido, dicen. Pero justamente es así. Si no vas con un local, jamás saldrías de la carretera principal… no es muy largo, apenas 100 metros de pista y luego… se te corta el hipo… menuda gloria. Las mejores vistas… bufff… me ahorro más superlativos, porque no tengo fin… vean las fotos.
Continuamos un poco, pero son ya las 14:30. Nos sugieren volver. Aceptamos. La vuelta es casi del tirón, de manera que cuando llegamos al derrumbe, tenemos el culo cuadriculado. Pido tregua. Bajamos un momento y estiramos nuestras posaderas. Unas fotos.
La última parada es la del tuak. Al llegar al bar donde pensé que nos lo darían, sale un hombre, coge la moto, le seguimos. Sale de la carretera principal y coge hacia la cordillera de la isla. Nos adentramos en la espesura. El camino se convierte en pista y finalmente en una senda entre la vegetación. ¿A dónde vamos? Mi driver sigue, pero el resto deja las motos y sigue a pie. La persona que nos guiaba se ha parado, parece que hemos llegado.
Me señalan algo. Miro y veo a un hombre descalzo, subido a una palmera. Tiene una especie de andamio hecho de bambú. A nuestro alrededor hay plantas de café y cacao. Mi driver me da una hoja y me dice que la muerda… cinnamon me dice… ¡canela! La hoja sabe deliciosamente a canela, con un toque más fresco pero intenso. Me muestra el árbol. Me esperaba algo con más ramas, pero es una vara espigada, sin apenas ramas, casi parece más un bambú gordo que un árbol.
El hombre que estaba subido a la palmera ha cambiado de palmera. Tal y como nos habían dicho en Tangkahan, cortan la rama de la que penden los «dátiles» y debajo ponen un recipiente, con el que recogen la savia. Al parecer lo hacen cada día. La cubeta de plástico puede tener perfectamente 3~5 litros de tuak, que luego vierte en un bidón de 30 litros o más. Seguidamente, con un machete corta un poco del extremo de la rama y vuelve a colocar el recipiente. Con ello consiguen que vuelva a brotar bien la savia. Esta operación se repite hasta que ya no hay más rama que cortar.
Mi driver nos hace ver que la palmera da 2 tipos de «dátiles». La rama de la que extraen el tuak tiene los dátiles más pequeños y, en lugar de estar arracimados, están dispuestos de forma lineal. Los otros dátiles son más gordotes y forman un poco más de racimo. Nos dice que no toquemos esos, ya que según entiendo son urticantes.
Pasamos un rato viendo todo aquello. Flipamos… es de esas cosas que mola ver, no es fácil, salvo que pases un tiempo y vayas haciendo coleguitas locales. Al rato, el hombre baja con otro recipiente, rellena el bidón y seguidamente toma de la palmera un puñado de esa especie de estopa de fibra que se produce en el tronco entre ramas, hace una bola que pone en el bidón a modo de tapón. Luego toma una botella de plástico y la rellena de tuak desde el bidón. El tapón de estopa, realmente, hace las veces de filtro, y la botella se llena de tuak lechoso y bien limpio. Lo pruebo, está rico… tiene un sabor suave y un ligero olor a sidra, de la fermentación. Todos lo prueban y les gusta. Le pedimos una botella grande, y damos por concluida la visita. Volvemos al alojamiento. Pagamos y damos propina a ambos drivers. Se han portado muy bien.
Sai y yo, como tenemos la moto alquilada, damos un par de vueltas. En una tiendita vemos una fruta y compramos una piña. Al rato volvemos al hostal, pelamos la piña y nos la comemos entre los 4 en un pis pas. Podría estar aún más madura, pero aun así está muy dulcita y jugosa.
Son las 6 de la tarde. Simón tiene una teleconferencia. Las chicas llaman a las del masaje y yo pillo una cerveza y me siento junto al lago a escribir. Simón termina y se sienta conmigo, hasta que media hora más tarde salen las chicas. Son las 20:00 cuando tiramos a cenar.
No hemos comido durante el día, más allá de picotear algo, así que pedimos comida generosamente… nos ponemos hasta las cejas. Repetimos rendang de ternera, papas fritas, calamares fritos, pollo al curry, unas verduras en salsa y los correspondientes zumos de frutas. ¡Wow! ¡Qué bien comemos!
Después de la cena nos ponemos todos a hacer mochilas, ya que mañana el bote nos recogerá a las 8:30. Al terminar nos sentamos fuera y continúo el relato. Al poco se retiran todos, yo aguanto un poco pero a las 23:30 me voy a la cama. No he podido terminar el relato, pero lo puedo hacer mañana en el trayecto a Medan… ahora toca descansar.
¡Buenas noches a todos! Selamat malam!!!