Miércoles 30 de Julio de 2025

Selamat tinggal Indonesia!

El despertador suena a las 6 de la mañana. Nos vienen a recoger a las 7 en becak. Sai ya tiene un café preparado cuando me levanto. Salimos a la terraza y nos lo tomamos viendo amanecer. Tenemos todo el mar ante nosotros… poco a poco el sol surge de él, junto a la palmera que tenemos a un lado. ¡Qué bonito!

El café era de polvos… pero en su síntesis retuvieron la mágica esencia que obliga a tu cuerpo a cumplir con los rituales diarios. Perfecto… como quien dice, con todo ello uno gana un margen de seguridad en horas. Lo cierto es que los dos últimos días hemos comido solo una vez al día, pero nos hemos puesto finos.

Poco antes de las 7 estamos pagando nuestras deudas en recepción, todo ok. Salimos y ya está aquí nuestro becak. Rumbo al puerto. Como ya he comentado otros días, nos encanta el becak… no creo que pasemos de 30 km/h… a ese ritmo nos lleva un buen rato llegar, al tran tran, disfrutando de los primeros rayos del día.

Llegamos a puerto y compramos billetes en el ferry lento… son 2 horas pero no hay prisa… nos gusta así… es una bonita forma de despedirte… una cosa se va alejando poco a poco y otra se acerca… se acerca el fin del viaje y me gusta paladear los momentos dulces…

David, a quien conocimos en Berastagi y volvimos a ver en Lago Toba, nos ha escrito… justamente ha cogido el mismo ferry pero en sentido contrario. Va a pasar unos días en Pulau Weh. Nos vamos a cruzar en altamar. Me paso todo el rato oteando el horizonte hasta que veo el ferry. Con la cámara del móvil al máximo zoom me paso un rato buscándolo. Cuando nos cruzamos, saco fotos de todo el costado… saludo al viento por si me ve y yo no… pero el muy cabrón no está… Sé que me lees así que te mando una colleja… ese encuentro en altamar valía la pena… ¡qué pena!

Al llegar nos esperan. Nuestro driver de becak nos ha endiñado a su hermano para los paseitos de turno hoy. Aunque nos dijo 200, el hermano nos dice que tal vez 250 estaría mejor… para él, claro… y 350 o 500 mil… sin embargo, tiene una sonrisa dulce de buen tipo que me gana, y se muestra totalmente receptivo a nuestro plan. Van a ser las 10:30, nuestro vuelo es a las 16:45. Proponemos pasar la mañana visitando los spots más importantes y luego que nos lleve al aeropuerto, para estar en torno a las 13:30 y llegar con calma suficiente. En el mapa, Sai le muestra lo que queremos ver:

Un barco tipo carguero que durante el tsunami fue arrastrado varios kilómetros tierra adentro, y que ahora está acondicionado tipo museo.

El mercado central y la mezquita, que fue de los pocos edificios que se mantuvo en pie.

Otro barco, que al bajar las aguas quedó situado sobre el tejado de una casa.

Curiosamente, esta mañana al levantarnos hemos leído noticias de un terremoto en Kamchatka; toda la costa del Pacífico está en alerta de tsunami, incluida Sudamérica. Recibimos mensajes de amigos y familiares… no, aquí no pasa nada… estamos con un pie casi metido en el Océano Índico… aquí no va a llegar nada.

Increíble. Pago simbólico. No es un petrolero ni un carguero, pero es un barco bastante grande. Entramos… es un pequeño museo, con algunas pantallas y animaciones explicativas sobre los tsunamis. Estar dentro de aquel barco que sobrevivió cabalgando el tsunami es inquietante…

1.B. Visita no planeada, sugerida por el driver. Está muy cerca, son otros 2 barcos entre casas. Son mucho más pequeños, pero al estar en el jardín de la gente, casi impacta más. Fotos.

El mercado central lo recorremos, pero es todo ropa y textiles. Nada que me interese. Sai compra camisetas para sus sobris. Salimos y vamos a la Mezquita principal de Banda Aceh… es impresionante. Finamente construida en mármoles blancos… tanto que a esas horas me deslumbra, voy casi a ciegas. Al entrar dejamos los zapatos y nos dan un batín para cubrirnos. Me preguntan si soy musulmán. Les digo que no. Me dicen que podemos recorrer el exterior pero no entrar… ¡Oki! Muchas fotos.

Larga caminata. Este barco terminó sobre una casa. Puedes entrar, pasar por debajo… la casa de al lado está entera. Una mujer por allí nos saluda, pero no le prestamos mucha atención. Luego, al salir, donde están las urnas de donaciones, vemos varios libros sobre la tragedia. En uno aparece la mujer de antes; suponemos que es la dueña de la casa, que ahora hace de parking al barco… Son las 12:30, hemos visto casi todo lo previsto. Decimos al driver que podemos ir al aeropuerto. Vamos en un becak sin techo y con la moto tipo scooter, así que vamos a ritmo de caracol. Trayecto largo pero lo disfrutamos.

Casi llegando al aeropuerto, el becak empieza a hacer un ruido raro… ¡Ay va la hostia! ¡Hemos pinchado! El conductor se disculpa y sigue hasta dar con un taller. Nos bajamos y presenciamos cómo se gestionan las averías: sacan la cubierta en un tris, dentro había una cámara destrozada. El driver cruza la carretera y pregunta en otro taller, pero en 15 minutos estamos de vuelta y 10 min después llegamos al aeropuerto. Nos despedimos del conductor con cariño, pese al poco tiempo pasado.

Entramos al aeropuerto. Apenas hay cola para el vuelo. Tenemos el check-in online hecho, pero pasamos para recoger la tarjeta en papel. Vamos hacia la terminal internacional… pero ¡está cerrada! Tan pocos vuelos que hasta la parte internacional está fuera de servicio y hay que esperar fuera. Intentamos comer algo fuera. Pedimos sopas, nos saben a gloria.

Por fin abren la parte internacional, pasamos control y esperamos. Charlamos un rato con una andaluza que lleva 3 meses viajando, pero no le pillo el punto… un poco rara.

El vuelo sale con 30 minutos de retraso, pero sale. Como es costumbre casi duermo antes de despegar. Dura una hora, pero con el cambio horario son 2 de diferencia. Vamos en la fila 7, así que salimos rápido: controles y equipaje en 11 minutos. Ya tenemos activas las eSIM de Holafly antes de bajar del avión. Sacamos efectivo del cajero y pedimos un Grab. A las 20:30 llegamos al hotel.

En el trayecto charlamos con el taxista… se me había olvidado lo dicharacheros que son en Malasia… ¿serán espías del gobierno?

Atravesando la zona Petronas hasta el hotel. Nuestro hotel es pijorro: suite de 90m² por oferta en Agoda, con su tara seguro, pero lujo guapo. Últimos cartuchos: 2 días a lo grande.

A las 22:00 Grab hacia Bukit Bintang, calle principal de street food. Sai busca algo distinto al marisco. Al final pedimos varios platos y un mariscazo para mí. Yo no quería cenar mucho, pero Sai deja comida y claro… me toca rematar. Nos ponemos tibios.

Sai encuentra un masaje cerca; mientras va yo me tomo una cerveza y empiezo el relato. Cuando llega volvemos al hotel. Sobre las 00:30. Sai pelea con la bañera hidrotermal y yo con la nevera, que no enfría las latas. Son las tantas, toca cortar que mañana no llego al desayuno.

Buenas noches desde Malasia… Selamat malam!!!

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