Jueves 17 de Julio de 2025
La isla dentro de la isla
Nos levantamos a las 7:15. Hemos quedado a las 9 para salir en una furgo rumbo a Lago Toba. Nos levantamos temprano para poder salir a desayunar y tener tiempo suficiente para pasar por el baño… lo cierto es que a mitad de camino tengo que dar media vuelta antes de llegar a catar el café… ainss… Resuelta la contingencia, opto por pedir un café en el propio hostal. No sé ni cómo calificarlo, el nivel puede ser inferior a cualquier puesto de la calle… no tienen ni leche, pero al menos es café, con borras, pero café. Me tomo uno, me sabe a poco y repito. Al poco aparece Simón y Aruna con su equipaje. Ellos van con Sai al mercado a comprar algo de fruta, yo hago la última visita de seguridad al baño y quedamos en la oficina de turismo.































Llego antes que ellos. El hombre de la oficina de estos días anteriores me ve y me acompaña hasta la furgo donde dejo las cosas. Al poco aparecen ellos, meten todos sus trastos y en marcha. Hemos pactado 3 paradas durante el camino. La primera parte no tiene mayor interés. Los paisajes no son amplios, casas muy humildes en estado de semi-ruina, el manto de suciedad ya comentada. Vamos hablando los 4 animadamente, no estoy muy atento pero veo que el chófer abandona la carretera principal y termina por llevarnos entre calles más angostas de una población. Entiendo que estamos llegando a nuestra primera parada, el poblado de Dokan, en la que paramos para ver las casas tradicionales.
Bajamos del coche y andamos unos 20 minutos por la zona. En realidad la mayoría de las casas son normales, y solo se han conservado unas 8 o 10. No sabría describirlas con precisión, mejor ver fotos. Son de madera, y muy altas, casi como un piso de 3 plantas. Ligeramente alargadas, con el lado frontal y el posterior inclinados hacia el frente… como si no quisieran que la fachada se mojase por la lluvia. En general están deterioradas, pero tienen solera, no parece que sea por descuido, de hecho algunas partes han sido restauradas levemente. Paseamos haciéndonos fotos entre ellas, hasta que alguien nos sugiere/invita a entrar, y allá vamos.
El interior está bastante oscuro. No es diáfano, pero no hay grandes divisiones. Un fuego y elementos de cocina en la zona central, y grandes esterillas sobre el suelo en las cuatro esquinas. Directamente sobre nuestras cabezas hay otro espacio con mucha más altura. Trato de entenderme algo con la mujer, una anciana. No habla inglés pero por lo que me cuenta en indonesio, averiguo que allí viven 4 familias. En una zona apartada, separada apenas por unos paños que cuelgan, hay una cama, en la que me dice que dormían sus padres. Ella de niña dormía sobre la esterilla en la que nos encontramos. Le pregunto por la parte de arriba y me señala el bambú y maderas… no la entiendo pero entiendo que toda esa parte está destinada a guardar leña así como parte de la cosecha. Por señas también le entiendo que toda la construcción está realizada sin clavos, únicamente mediante el engarce de unas maderas con otras, según el corte de sus perfiles. Continuamos.
El paisaje mejora. Ya no es el continuo desfile de casuchas junto a la carretera. Hay menos naturaleza salvaje, pero el paisaje es más rural… campos labrados, y casas dispersas por el paisaje. Es un valle con montañas al fondo, aunque no es llano, va formando ligeras colinas que suavemente suben y bajan. Sobre las 12 llegamos a nuestra siguiente parada, Sipiso Piso… curioso nombre para una hermosa cascada, que no llegamos a pisar pero vemos desde la distancia. Damos un pasito corto por una serie de miradores cercanos. Me gusta, pero lo que realmente me fascina es ver por primera vez el Lago Toba. Me sorprende lo abruptas que son las orillas… pero tiene todo el sentido del mundo. Aquello es una de las mayores calderas volcánicas del mundo. Algunos estudios asocian la explosión de este volcán al periodo de mini glaciación de hace unos 70.000 años que provocó casi la extinción de la humanidad… generando un cuello de botella que hizo que ahora mismo toda la humanidad descienda de unos pocos… De todo aquello solo queda una caldera de más de 100 km de largo, ocupada por un lago de más de 500 metros de profundidad y la isla de Samosir en su interior.
Continuamos ya bordeando el contorno del lago en dirección Parapat, el puerto desde el que cruzaremos el lago para acceder a la isla. El paisaje es curioso, desconozco a qué altitud estamos… no tanto como en Berastagi, pero lo suficiente como para que la temperatura sea bastante agradable y que con tanto pino el ambiente parezca de montaña. Una parada para café y disfrutar de las vistas. Seguimos y en torno a las 13:30 estamos ya en el puerto de Parapat. Me sorprende un poco porque por primera vez encuentro todo un poquito más cuidado. En nada subimos y estamos cruzando el lago. Empezamos a hacer algo de hambre, así que tiramos de la fruta que han comprado por la mañana… los lichis están buenísimos y el mangostán aún más. Este último lo había probado alguna vez, pero no ni lo recordaba….
Llegamos sobre las 14:00 a puerto. Supuestamente en el barco te preguntan dónde quedas y te acercan… nos preguntaron pero nos dejaron tirados en el primer muelle. El del barco además quiso hacerle la pirula a Sai con las vueltas. Que se quedó mirándolo perpleja, y le fue entregando más dinero de las vueltas según lo miraba con peor cara. Al darnos cuenta que estamos los 4 a más de 1 km con todo el equipaje y un sol de justicia. ¿Qué hacemos? Desde luego que no es mucha distancia, pero es un pateo innecesario. Tratamos de localizar/escribir/llamar a la gente de nuestro hostal. Finalmente, sacamos de Google Maps el teléfono y los llamo por Whatsapp. En 10 minutos vienen. En ese interín Sai, curioseando por la zona, saca fotos de los precios de los tours, alquiler de motos, etc., que nos pueden valer de referencia. En nada nos recogen y en nada estamos en nuestro nuevo alojamiento que… ¡es cojonudo!
¡Bueeeeeeeno! Ya nos tocaba!!! La verdad es que desde que llegué a Parapat me dio esa impresión, y en el recorrido hasta el alojamiento siento más de lo mismo… esto es diferente… parece haber más cariño y cuidado… no es lujo, simplemente no está todo roto, ni hay montañas de basura allá a donde mires… y la confirmación ha sido el alojamiento. Habitaciones sencillas pero sin pero que ponerles. Tenemos un pequeño porche delante de la habitación, pero lo mejor es que el espacio llega hasta el mismo lago, unas pérgolas cerca del agua para sentarte a la sombra y disfrutar de las vistas. No hay un acceso al agua, pero te puedes tirar desde el murete y luego subir, con algo de cuidado. Simón opta por bajar por unas escaleras y casi tenemos una desgracia… vuela, se pone horizontal y cae de costado limpiamente… su cabeza a un palmo de un filo… todo queda en el susto.
Un bañito en el lago y con el sol de la tarde, más suave y gentil, charlamos un rato. Estamos encantados. Suspiro aliviado porque elegí este sitio para todos… En los montes más allá del lago vemos fuegos. Algunos parecen normales, pero otros parecen un tanto descontrolados. Luego nos dirían que es día de quema, e incluso Simón comentaba haber visto bomberos preparados. Atardece y decidimos salir a apatrullar la zona. Entre otras cosas deberíamos resolver qué hacer mañana. Nuestra idea inicial es hacer un tour por la isla, pero salvando lo primero que vimos no tenemos más info. Aruna se queda a su bola en la habitación y salimos nosotros 3.
La zona tiene un encanto especial, es tranquila, pero por suerte no estamos aislados: hay locales donde comer y comprar. No hay multitudes, pero tampoco ese punto gris que tienen las zonas turísticas cuando no hay nadie. La zona transpira paz y caminar relajadamente al anochecer es muy agradable. Vemos varios puntos donde alquilar motos, lavanderías para restaurar al menos en parte la dignidad de nuestros trapitos, pero no vemos nada de agencias… eso da una medida de lo poco explotado que está esto ahora mismo… ¡me encanta! Finalmente optamos por las opciones que tenemos justo al lado de nuestro alojamiento, por comodidad y porque no vemos nada mejor. Justo a la vuelta vemos en una tienda el mismo cartel de tours que vimos al llegar al muelle, pero con precios significativamente más bajos. Preguntamos… el hombre no se molestó ni en levantarse del sofá… finalmente la mujer de la casa sale y se curra los guisantes de la familia, revisando los sitios a visitar, mientras el hijo y el marido, bien cómodos ellos, nos sonríen desde el sofá… ¡Todo resuelto!
Volvemos a nuestro hostel, cogemos la ropa sucia, la dejamos en la casa de al lado y buscamos dónde cenar. No nos complicamos, terminamos donde mismo hemos almorzado hoy, ya que hay otro con buena pinta al lado, pero está lleno. Según nos sentamos, oigo a alguien a mi lado hablar en español. Me giro y veo a David. ¡Anda! ¡Qué alegría! Al parecer ha escrito a Sai, pero ella ni se ha enterado. Entre otras cosas nos recomendaba justamente el sitio en el que estamos para cenar. Son las 22:30, me da pena, pero me tengo que desconectar y ponerme a escribir o si no luego el que no duerme soy yo. Charlan animados, me pongo los cascos con música y me aíslo o no voy a poder centrarme. Piden de comer, y al llegar la comida paro un poco para comer algo… está muy muy buena…
Tengo que decir una cosa, así como hasta el momento he tenido una impresión peor en cuanto al cuidado y la limpieza en general, creo que este es el viaje a Indonesia en el que mejor estoy comiendo… apenas he comido nasi goreng (que está muy rico… pero no todos los días durante 4 semanas). Otra cosa, ya que me pongo… ¡la gente es de 10! En general es así, pero por ejemplo Jose y yo no tuvimos mucha suerte en la interacción con la gente durante nuestro viaje por Flores. En Sumatra, quitando los piratillas que rondan turistas, la gente es maravillosa, solo por eso volvería una y otra vez.
Nos volvemos al alojamiento con un par de birras y nos sentamos junto al lago… me encanta… me encanta ver las luces en la orilla, de los hostales que nos rodean reflejadas en la superficie del lago, meciéndose… me puse música para poder aislarme… pero oír “Wild Horses” de los Rolling mientras escribo y vivo esto me pone los pelos de punta…
Bueno gente, son las 23:10 y aún me quedan las fotos y montar el post. ¡Un beso grande!
Selamat malam!!!