Lunes 13 de Enero de 2025

Rumbo a poniente

Poco antes de las 8:00 nos ponemos en pie. Anoche no hicimos la mochilas, ni nos duchamos. Así que nos entretenemos en ello. Nuestras mochila cumplen las medidas pero siempre vamos al límite (por decir algo) respecto al peso. Nos ponemos la ropa de frío polar que parece que nos espera en Madrid y sacamos lo pesado y problemático de cara a los controles de seguridad, ya nos dieron mucha guerra cuando salimos de aquí a Sri Lanka y vamos sobre aviso.

Algo antes de las 9:00 salimos a desayunar, similar a ayer aunque sin hommus. En menos de 30 minutos estamos ya en la calle. El vuelo sale a las 4 pm, Ryanair nos dice que 3 horas antes abren el checking y tardamos 1 hora en llegar, total, a las 12 el taxi y por tanto tenemos unas 2 horas y pico para callejear.

Vamos directos al zoco. Recorremos parte de lo recorrido ayer y más, y con más calma. Nos quedan 30 dinares, que no es poco, pero lo que compramos cuesta apenas unos dinares. Compramos el libro de El Principito, como en todos nuestros viajes, esta vez en árabe. Tomamos zumo de granada con pomelo, compramos el dulce más famoso de Amaman en el sitio más famoso, compramos algo de especias, y una pasta de tahine y pistachos que conozco por amigos palestinos, que me encanta. Compramos unos shawarma (tipo durums) para el avión, ya que vamos con Ryanair, y aunque el vuelo dure 6 horas… nasti de plasti… la comida se paga. Al final, pese a todos nuestroa intentos, llegamos de vuelta al hostal sobre las 11:30 con unos 10 € en dinero local.

Al llegar pasamos al cuarto, está todo recogido, así que pasar por el baño y sacar las cosas y esperar tranquilamente al taxi. Yo salgo a la calle a echarme un piti. A penas pasadas las 12 llega un coche. El chaval del hostel y el se saludan muy afectuosamente, dándose muchos besos y abrazos. Nos montamos y… no no, me dice, atrás no, tu alante, que esto no es un taxi, que si nos ve la policía me paran y me cae un paquete… Vaaaleee… lo pillo… ayer cuando le dijimos que ibamos a ir con Uber que nos permitía pagar con tarjeta y nos salía más barato, nos dijeron que no hay problema, que ellos igualan precio y que pagaramos con tarjeta. Al final el chaval de hotel ha llamado a su amigo, que no es taxista y por eso debe guardar las formas por si lo pilla la poli.

El viaje al aeropuerto es una fiesta. El chaval chaputrea inglés como nosotros, nos pone música árabe, muy buena, da palmas y canta. Conduce con el pie izquierdo sobre el asiento y no suelta el móvil. A todo esto, no vamos por una autopista… que vamos subiendo y bajando cuestas por las  colinas de Amman, entre barrios humildes y muy peculiares. Nos va poniendo canciones, realmente videos, en la pantalla de su coche… palmas y risas… bfff… espero jo morir antes de llegar al aeropuerto… Finalmente llegamos al aeropuerto sanos y salvos y de muy buen rollito. Nos despedimos y empezamos el temido cruce de la muerte… 

Empezamos peor que la vez anterior. En el control que hay nada más entrar nos retienen casi media hora revisando mil tontunas. Parecen  un equipo de seguridad de aficionado que quieren encontrar algo, revisan todo sin sentido, se paran en cosas estupidas, hasta el punto que al final pasamos todo menos los 2 estuches de inciensos que traemos de Sri Lanka… de esos, los peligrosos y explosivos, los que venden los monjes en Sri Lanka para matar sin piedad… eso sí, el mechero lo pasé sin problema?

Sabiendo que ese es el problema, los cojo los 2 paquetes de incienso, los rompo por por la mitad, los tiro con rabia en una papelera cercana y les pregunto que si ya estan todos los problemas resueltos… me miran con cara estupefacta… entiendo que están entre: dejalo irse ya, o mételo en chirona unos días a ver si se le pasa…

Salimos de malas maneras, echando pestes, buscando algún sitio cómodo para volver a recomponer la mochila, después de habérnoslas puesto del revés. Pero lo cierto es que tenemos seguidamente el control de pasaporte y luego otro control de seguridad. Justo en ese fue donde la última vez nos tuvieron 1 hora, de modo ni nos esforzamos en montar demasiado bien las mochilas.

El control de pasaporte va sin problema, pero el de seguridad de nuevo es un infierno. Les vuelve a desquisiar la cámara de fotos, y al igual que la última vez, le pegan pegatinas de esas que luego meten en una máquina para comprobar la existencia de drogas o explosivos… lo flipamos… todo lo que no revisaron antes, lo revisan ahora, todos los medicamentos, los espray anti mosquitos, las especias… están zumbados!!!?? Encuentran los frontales y como una tribu de monos los encienden y apagan iluminando con ellos el suelo y el techo… luego le toca el turno a mi cordino … llevo mas de 10 años viajando con él. Es una cuerda fina, del tipo de las cuerdas de escalada, que llevo para lo que sea… la mayor parte de las veces la he empleado para hacer tendederos donde colgar la colada después de lavar la ropa, otra para colgar la mosquitera… en fins… que se ceban con ella, que cuantos metros tiene… y yo: pero que más da cuantos metros tenga?! Que coño pasa!!! 5 metros de cordino es legal y 7 no… que tan asesino es un cordino de 7 metros, que no sea el de 5… ainsss… si fuera un semidios y tuviese un lanzallamas, hoy hubiera hecho una escabechina bíblica… por el bien de la calidad del ADN de la especie… 

Por último, pero con más criterio, nos quitan 2 cuchillos que teniamos en un juego de cubiertos, con los que admito que planeaba matar al piloto…me tendré que conformar con desmembrar a las azafatas con las cucharas que nos han dejado y empalar al sobrecargo con el tenedor…

Pasada esta crisis, terminamos descojonados por lo absolutamente irreal y absurdo de todo, y también porque en el fondo lo único importante que nos han robado, son 2 horas de nuestra vida. Lo que sigue ya es normalidad. Buscar la puerta, justo al lado una sala de fumadores y un bar donde echar unas birras, casi más baratas que en la propia Jordania… A las 15:15 empieza el embarque, nos sentamos rápido y pese a que vamos con Ryanair, tenemos la suerte de ir solos los 2 en el grupo de 3 asientos. Apenas pasadas las 16:00 despegamos.

Me paso las primeras dos horas escribiendo el relato, son 6 horas de vuelo, el resto las durmo profundamente. Me despierto sobre Madrid, ya de noche, son las 19:40 hora local cuando aterrizamos. Entrar a un aeropuerto suele ser menos complejo que salir, pero entrar al tuyo es hacerlo por la puerta grande… da gusto volver a casa… que felicidad… una vez más hemos estado expuestos al azar, mil posibles futuros de innarrables tormentos podrían haber acaecido, pero nosotros llegamos felices y «casi» enteros… mi tobillo no ha sido una limitación así que ni me quejo.

A poco salimos del aeropuerto llega la madre de Sai a recogernos, esta mujer es una santa, con lo poco que le gusta conducir por aquí, y más de noche… mil gracias Kinita!!! Me acercan a casa, yo me quedo en Madrid que telecurro mañana y ellas siguen a Fuenla, que Sai va al cole mañana…

Entrar en casa y no veo pingüinos por las esquinas. Madrid esta fría, pero nos hemos aclimatado en Jordania. Suelto mochila, pongo calefacción y salgo a la calle a comprar algo para comer y a tomarme la cerveza con la que brindo por este viaje tan grato y por poder seguir viajando hasta el fin….

… y con esto llego al final…
un abrazo a todos y a seguir viajando!!!

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