Sábado 28 de Diciembre de 2024
Paseando a Miss Daisy
Soy un auténtico desecho humano… me levanto tan tan mal, que incluso pienso que me puedo haber puerto malo. Me duele la cabeza, tengo agujetas de subir tanta escalera y el sueño que tengo es abrumador… bfff… Creo que no estoy malo, aunque los síntomas lo parecen… sospecho que tengo la suma de falta de sueño más insolación…







































Vamos a desayunar a las 8, pues quedamos con el dueño ayer en ello. El desayuno consiste en unas tortas de algún cereal, unos bollitos rellenos de coco y miel, unos huevos raros, que no me aclaro aun pero que se ve que los hacen añadiendo algo fermentado y luego a la plancha, parece un huevo frito sin yema, margarina, mermelada, unos olatanos y te. No me entusiasma, pero intuyo que me puede dar energía para un día que empiezo de culo…
Cuando preparé la ruta, apunté mal los kilómetros de este día y no ouse el total, sino la ida. En lugar de 65, nos toca hacer en yorno a 130 km. Pero nada será igual al primer día que hicimos 150 km y empezamos a las 14:00. Serán 2 horitas de mañana y eso sí, al menos 2 horas antes de que anochezca coger camino de vuelta.
En torno a las 9:50 estamos ya en carretera. Sai se empieza a soltar con el tuktuk. El juego de punto muerto, primera y marcha atrás ya empieza a encadenarlo sin problema. Del freno de mano, parece que tampoco se olvida… y ya cuando sea de noche, te diré si sabe encender los faros o vamos a oscuras… ; )
Vamos al tran tran… super relajados, sobre todo Sai, que la veo disfrutar del paisaje, al no tener cuatro ojos en la conducción. El camino es muy agradable, y los paisajes me encantan, pero no voy a entrar en ello ya que tampoco hay cambios respecto a dias previos. Nos llaman la atención atención las señales de peligro elefantes y no dar de comer a animales salvajes… al parecer no es nada extraño encontralos en medio de la carretera!
Antes de llevar media ruta ya vamos un poco incómodos por no encontrar gasolinera… tampoco vemos los tipicos puestos de otros países con las botellas de gasolina a pie de carretera… creemos que nos daría para llegar, pero vamos justos. Otra cosa es que tal vez deberíamos sacar dinero… así que estamos pendientes también de cajeros, que a priori hemos visto con cierta regularidad. Cuando llevamos 3/4 de recorrido damos con el cajero, y poco después la gasolinera. La gente flipa con Sai, su tuktuk, y el señor que va detrás… paseando a Miss Daisy, dice Sai…
Poco antes de llegar, nos paramos en un ouestito de carretera y nos pedimos un coco. La mujer, machete en mano y con maña sublime nos lo prepara. Nunca deja de sorprenderme para cuanto da un coco. Bebemos los dos hasta saciarnos, luego se lo damos a la mujer para que nos lo abra. Amablemente lo corta en dos, y hace varios cortes interiores de manera que sea fácil sacar la carne, a lo cual añade una cuña que extrae de un tajo del mismo coco, para usar como raspador. Lo comemos allí tranquilamente y continuamos.
En torno a las 12:00 estamos en Polonnaruwa. Nos vuelven a marear con el tema de sacar los tickets, que están a tomar por c**o de la entrada. Vamos para alla y pagamos la fortuna… casi 35 euracos al cambio cada uno. Por suerte nos confirman algo que había leído, al complejo de ruinas, se puede entrar en vehículo, ya que estan dispersas en unos 20 km. Mucha gente lo hace en bicicleta, pero nosotros tenemos tuktuk, así que en lugar de 4 horas, es posible que se reduzca el recorrido.
Vamos a la entrada y aparcamos junto al primer conjunto de templos. Muy bonitos todos. El sol aprieta y yo voy renqueando buscando sombra. Menos mal que nos movemos entre areas con tuktuk… hubiera muerto de otro modo, o hubiese visto la mitad. No voy a dedicar más tiempo a la descripción de los templos, que en este caso con las fotos basta. Basta decir, que hace unos 800 años los reyes de Sri Lanka gobernaban el país desde Polonnaruwa. Entre los siglos XI y XIII, esta ciudad fue la capital de la nación cingalesa. Hoy en día se conservan centenares de templos que forman uno de los complejos arqueológicos más importantes del país.
A nosotros nos gustó mucho y hay que decir sobreviví al intento. Visitándola con nuestro tuktuk nos llevó poco mas de 2 horas, y así, en torno a las 14:30, ya estabamos en ruta de vuelta a Sigiriya. De las 3 ciudades conocidas como el triángulo cultural, la única que no veremos, por estar más al norte y forzar demasiado nuestra ruta es Anuradhapura… las otras son Polonnaruwa y Sigiriya.
Del camino de vuelta tampoco hay que describir nada nuevo ya que es el mismo de la ida. Simplemente comentar que volvimos a poner gasolina e la misma gasolinera, ya que nos habian caído simoaticos. De hecho al llegar, el mismo gasolinero llamó a un colega para que se acercara y lo viera con sus propios ojos. Me invento la historia, pero sonaba tal que así: Mira, mira, son los mismos! Lo ves? Cabeza cubo? Ves que era verdad!? La tipa conduce el tuktuk y el tipo va detrás!!! Madre mía!!! ; )
También hacemos una parada para comernos unas piñas de millo codidas en un ouesto a pie de carretera. Me sienta de lujo, ya que voy con algo de hambre. Los tipos, un hombre y fos mujeres flipan con nosotros… seguramente también nos cobran el doble, porque el csrtel pone 50, pero dicen que eso son crudas. Es la primera vez y hablamos de centimos. Nos unterrogan con curiosidad, les damos oas gracias y continuamos. La última parada es para sacarle una foto a Sai junto al tuktuk y la señal de peligro elefantes… Pero lo más gordo estaba por venir… cuando menos lo esperamos, un elefante en nuestro lado de la carretera, comiendo hojas .. de los nervios no me da tiempo de sacar el móvil y robarle una foto .. ainssss… no debemos parar, es la consigna… así que seguimos con la foto mental en la retina… moooooooolaaaa!!!! : )))
Llegamos pronto a Sigiriya y tomamos rumbo a un restaurante que hemos visto que tiene vistas al Lion Rock Son apenas las 16:00 pasadas cuando llegamos allí. No vamos pensando en comer, nos morimos de sed y pedimos unas birras… las disfrutamos en una de las mesas frente a un enorme prado y de fondo el Lion Rock… increíble… Sai hace una video llamada a los suyos, pero al rato empieza a llover y nos retiramos rumbo al homestay, ya que habíamos acordado con el dueño cenar alli a las 19:00.
Sobre las 18:00 llegamos, yo estoy muerto muerto y me echo una siesta hasta las 19:00. La cena no nos gusta nada, es casi un masacote y los curris me dan miedo por lo picantes, no ando bien de tripas y no quiero problemas.
A nuestro lado cena, la otra pareja que se aloja aquí, deben tener unos 5 o 6 años más que nosotros. Ella polaca y el holandés, viviendo en Alemania. Sai saca petroleo de su inglés y conversa un poco con ellos. Al terminar estamos muertos de cansancio y un tanto enfadados entre nosotros por tontunas, los roces del viaje… motivos de sobra para meternos en la cama, dormir y recuperar fuerzas. No son las 20:30 y yo ya ronco… confío en despertar mañana renovado.
Besos grandes y buenas noches!!!