Jueves 25 de Julio de 2024

Rumbo al sur

Anoche caí frito antes de medianoche, pero en torno a las 6 ya estaba medio despierto. Traté de dormir pero pasadas las 7:30 me levanté, pues no hacía sino dar vueltas.

Subí a la planta 23 y desayuné bien, mas comedidamente que ayer, pero más proteico. Al volver a la habitación, preparé la mochila y tenia todo listo antes de las 9:30. Tengo una reserva de tren para Jianshui a las 13:20, asi que me hubiera gustado dormir hasta media mañana y levantarme repuesto, pero lo cierto es que ya levantado, casi que prefiero coger rumbo a la estación y asegurarme de que la reserva es correcta y tengo plaza.

Hago el check out, y le consulto al recepcionista por la estación, yo no estaba seguro, pero me dice que puedo ir a pie, que está cerca. En marcha.

En efecto, la estación está cerca, paso el control de seguridad, y en las taquillas recogen el papel con mi e-ticket y me dan el ticket real. Cruzo otro control y me indican que es en la segunda planta, puerta 5B, la localizo y me quedo ya tranquilo. Encuentro donde fumar, son las 10:30, me quedan 3 largas horas… una pena no haberlas podido dormir, pero también estoy más tranquilo y dedico el tiempo a revisar la ruta.

Sai llega el domingo de madrugada a Kunming y piensa esperar en el aeropuerto hasta que se haga de día y sobre la marcha coger un bus hasta Yuanyang. Viendo lo fácil que me ha resultado todo, le mando toda la información y le propongo que haga lo que yo y nos veamos en Jianshui, y ya sigamos juntos hasta Yuanyang.

Ya me había olvidado, y seguro que de 2018 a ahora el país ha cambiado aún más, pero la sensación de orden y organización que produce China es tremenda. Gestiones que en otros países (incluso el nuestro) pueden suponer un parto, aquí funcionan a la perfección. No hay nada avandonado al caos. La aprehensión inicial, sobre posibles problemas en conexiones y desplazamientos, se esfuma a las pocas horas de llegar.

20 minutos antes de salir el tren, abren puertas y pasamos de la puerta de embarque al andén. He visto a una chica caucásica… si no recuerdo mal, ayer en todo el día solo vi a 3 occidentales, así que es la cuarta! No me aclaro con el billete, y eso que con Google Lens, lo he traducido. Al final se lo voy enseñando a gente que me van indicando hasta llegar a mi asiento. Me siento, y duermo.

Tanto duermo, que abro el ojo veo gente saliendo, otros entrando, miro la hora y es la de llegada. Apresuradamente (mal hecho, suele ser el comienzo de un bonito marrón) recojo la mochila y salgo del tren. Me enciendo un piti, mientras veo como se cierran las puertas. Me quedo mirando mientras pienso, seguro que me he bajado en el lugar adecuado?. Abro el Google Maps… parece que sí, aunque dudo … el tren se pone en marcha y coge camino en sentido inverso… vale, me baje bien, este vuelve ya a Kunming… si me descuido vuelvo a la capital!!!

Salgo y oteo el panorama, no veo acosadores, una parada de taxis de lo más normal y 9 km hasta Jianshui, que cubro rápidamente en taxi 3€). Le he indicado un monumento cercano para simplificar. El taxita me indica el taxímetro, como diciendo, soy legal, eh?! Al poco estamos en el centro… he ido siguiendo la ruta com Maps.me, ya estoy muy cerca y sigo a pie, el entorno de casas antiguas es precioso. Hace mucho calor.

Al llegar al hostal, me atiende una amable mujer. Pasaporte, reserva, pagar y me invita a sentarme a tomar el té, y me sirve sandía fría, que me sabe a gloria. Paso una hora al menos, en una charla sin gran estructura y móvil mediante, en la que nos preguntamos por cosas de lo mas variopintas, pero en un entorno muy relajante… que buen rollito! Finalmente me dirijo a mi habitación, que pese a tener la ventana dando a un patio, se ve ciertamente acogedora y hecha con cariño. Lo digo porque en general los alojamientos chinos son correctos, funcionales, pero carentes de alma… no es el caso en esta ocasión.

Después de organizar mis cosas y darme una buena ducha, salgo a reconocer el terreno. Había leido que la ciudad de Jianshui tiene un bonito centro histórico, muy bien conservado, pero más auténtico y menos turístico que otras ciudades como Lijian o Dali, que vimos en el otro viaje y la verdad es que está bastante bonito, es cierto que no hay ordas de chinos turistas, pero no creo que le falte mucho para convertirse en otro parque temático.

Hay ricones con un sabor tremendo, se siente el tiempo en las piedras talladas, los tejados, los portalones… luego miras a otro lado y ves una calle coqueta y llena de tiendas, una tras otra, y parte del encanto se pierde. Ya tuve esta sensación la última vez… una parte es auténtica y la otra un perfecto decorado que seguro que al golpear con los nudillos suena a cartón piedra…

Deambulo durante 4 horas. Me sorprende, el casco antiguo no es pequeño, pero todo el entramado turístico de alrededor es bastante grande. Me sorprende la puerta de Chaoyang, con una especie de fortaleza arriba, iluminada perfectamente con los colores de la bandera nacional. En la plaza de delante, varios grupos de numerosos bailarines, danzan con ropas y música tradicionales. Por fin encuentro donde tomarme una cerveza, escribo un rato y sigo caminando en busca de un lugar donde comer. Hay muchísimos sitios para comer, pero busco uno donde al menoa haya fotos, y la variedad vaya más allá de patas de gallo, colas de cerdo, y mil cosas que he visto por ahí y de momento no me apetecen…

Me siento en uno, en el exterior. Se rien de mi, yo creo que porque me he sentado en una mesa redonda gigante, de esas rotatorias, donde se sientan grupos grandes, pero ya no hay mucha gente y era la única en el exterior. Consigo traducir con Google Lens la carta y pido una ternera con jengibre y arroz. Vuelven a servirme mucha más comida de la que quisiera, pero está muy rica y termino por comérmelo todo… bfff… se me echa arriba el cansancio, al poco vuelvo al hostal. Ni una cervecita, de las que he dejado en la nevera me tomo. Voy directo a la cama y no son ni las 23:00 cuando caigo muerto.

Desde el reino de Morfeo…
buenas noches!!!

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