Jueves 5 de Enero de 2023
Flipando en colores
Me despierta Sai un tanto molesta, después de la que armé ayer al meterme en la cabaña… por contra ha preparado un desayuno épico que quita el hipo y todo rastro etílico. Unas tostadas, huevo frito, zarangollo (plato murciano a base de cebollita, pimiento y calabacín) y el café de rigor… uhmmm revivo ; )




























El plan hoy es simple… kayak!! Casi del tirón nos metemos en los kayaks. Jose coge uno para el y nosotros uno para los dos. Mis dudas iniciales desaparecen al instante… este va a ser un día épico.
Empieza Sai yendo delante, pero al poco cambiamos y nos va mejor. No es que estemos pa competir, pero mal mal no se nos da. Tomamos rumbo hacia la zona con los estromatolitos que vimos ayer, para que la vea Jose, pero aun con kayak y gafas de snorkel, no llegamos a ver nada. Luego nos decidimos a cruzar el lago hasta las islas de los pajaros. Llegamos antes de lo esperado y una vez allí nos bajamos de los kayak y nadamos un rato. Allí damos pie y tal vez por lo concurrido que puede llegar a ser, el fondo es mas compacto y no tiene ese tacto gelatinoso tan inquietante como otros lados. Que maravilla, que colores, que paz. Nos venimos arriba y decidimos cruzar del todo el lago. El trayecto es más largo y tenemos el viento en contra, pero tampoco tardamos mucho. Lo bueno es que tal y como hemos ido haciendo la ruta, la vuelta puede que sea simplemente dejarse llevar por la corriente. En ese lado el suelo es tan tan esponjoso, que Sai sale del kayak y se hunde hasta casi la rodilla sin pisar firme.
A cada rato paramos, nos echamos un piti y disfrutamos del momento. Desde fuera del lago hubiese parecido que aquello iba a ser una locura de gente, pero lo cierto es que gran parte del tiempo estamos casi a solas y en silencio. Finalmente nos dejamos llevar de vuelta hasta el hostal, arrollados por la corriente y sin prisas.
Son casi las 15:00 cuando llegamos. Sai había dejado preparado el zarangollo esta mañana, pero falta algo de pasta para que podamos comer los 3. Nos damos un salto al centro para comprar pasta y reponer comida para nuestros desayunos. Volver, preparar la comida y comer… se agradece algo distinto!
El cuerpo pide siesta, pero nos liamos con que co*o vamos a hacer mañana. Jose está pensando en Mahahual. Para nosotros está demasiado cerca de aquí y lejos de Cancún. Tenemos apenas 4 días antes de nuestro vuelo, y quisiéramos andar más cerca. Después de descubrir que se puede pasar el coche en ferry a la isla de Cozumel, nos decidimos. Tendremos que comprar el billete sobre la marcha e iremos sin reserva por el mismo motivo… aventura.
Cuando nos damos cuenta el tiempo de siesta ya ha pasado, queremos salir de nuevo con los kayaks a ver el atardecer desde en medio del lago y debemos ir saliendo ya… vaaaaaamoooos!!!
Vamos directos hacia la isla de las aves. No tardamos mucho, y al llegar al acordonado, amarramos nuestros kayaks en los postes de las boyas que delimitan la zona restringida. Al rato aparece Nero con la francesa y poco mas tarde Matías. Nos amarramos unos a otros, y juntos nos deleitamos con los colores de oa laguna y del cielo. El cielo es un escándalo de colores. Parecemos tontos todos, ululando a los cielos. Cuando miramos al otro lado, vemos una inmensa luna casi llena, llena será mañana, y partiendo de ella unas llamaradas de colores… no se explicarlo mejor (ver fotos) pero allá quedamos todos extasiados…
Casi con noche cerrada decidimos retornar al hostal, que aunque ya no hay embarcaciones recorriendo el lago, nadie quiere llegar totalmente a oscuras. Llegamos sin problemas.
Volvemos a ir al centro. No hay mucha hambre, pero puede que mas tarde sí, así que nos pedimos en el mismo sitio que los días anteriores unos tacos y resolvemos la cena. A la vuelta Sai se retira y yo me voy con Jose al pantalán… no se describir lo feliz que me siento ahí sentado, viendo las estrellas, en un cielo que se funde con el lago, apenas interrumpido por la fila línea de la otra orilla. Nero pasa un rato con nosotros. Charlamos de viajes de fotografía (Nero es fotógrafo), de la vida y el mometo. Feliz es la palabra…
Se van todos y yo sigo un rato. Escribo mi relato durante un rato… porque olvido. Temo no recordar tantos momentos bonitos, o malos, me da igual, pero tengo la impresión de que si no los escribo, en nada no me acordaré (Alzheimer?). Por lo pronto escribo estos relatos, que a veces son un rollo sin contenido, pero yo confío en que cuando no me acuerde de nada, me sirvan de hilo del que tirar, y tal vez afloren los recuerdos originales…
Desde esta inmensa belleza y bajo la luna llena… felices sueños!!!