Domingo 14 de Agosto de 2022
Perros
En bolas y sin sábanas. Podría ser el nombre de una película: Un español tan desesperado como descerebrado, lo arriesga todo en un thriller omnírico, en el que ofrece todo su cuerpo como sacrificio al dios de los chupa sangres… Ese fui yo anoche, y milagrosamente no soy hoy un queso grullé, pero esperemos unos días a ver si sigo igual de lozano, y sano.







































Si me dormí antes de las 22:00 y me despierto a las 10:30, cuanto he dormido? Y si un tren lleno de pistachos sale de Sabadell rumbo a Fuenla, hubiese dormido más? Pues no sé… solo sé que nos ponemos en marcha con un gustirrinin en el cuerpo que sólo puede explicarse debido al descanso.
Nos levantamos con energía, pero con el inicio del día a contrapié. Tenemos dos rutas para hoy, una de unas 2 horas y la otra de unas 3. Después de tomarnos un cafecito y picar algo ya son las 11. Si esperamos a la hora local de comer no podemos hacer nada de momento. Si salimos ya ponemos en riesgo poder comer. Lian nos dice que mejor que salgamos ya, que el habla con los del puesto donde cenamos anoche y si hacemos el camino del oeste, sobre las 14:00 podemos estar de vuelta y comer. Nos parece buen plan y salimos sobre la marcha.
No he comentado, pero en Bario estamos por encima de los 1000 metros, asi que el clima es muy distinto. Si llevabamos varios días sin parar de sudar por las temperaturas (+33) y la humedad (+90), aquí estamos en un clima muy tipo Canarias, pero mas bien La Laguna. Si el día se abre y el sol te pega es duro, pero cuando se cubre es fresco y de noche se mete niebla y baja la temperatura.
Hoy por suerte el día tiene un nublado fino, que hace que el aire este más bien freco (~23°) y no haya tanta evaporación como para que se forme un tormentón como el de ayer. Así que con buen ánimo nos echamos a andar rumbo oeste. Vamos por la pista de cemento que une los pueblos del valle. El lado oeste, como ya he dicho está cubierto por arrozales, con casas salteadas aquí y allá. Mayormente son de tablones de madera, algunas muy bien acabadas otras más viejas y destartaladas, aunque también se ven algunos chamizos de chapa metálica. La mayoría tienen tejados a 2 aguas, y muchas son de 2 plantas. El aspecto, reforzado por las rancheras aparcadas en la puerta, nos trae a la cabeza imágenes de EEUU o Canadá, espejismo que se rompe enseguida al ver los arrozales contiguos, la vegetación o a ellos mismos. Me produce una sensación irreal de no saber muy bien donde estamos.
La gente, absolutamente toda, nos saluda sonriendo y levantando una mano. Da lo mismo si van caminando, en moto o en ranchera, todos nos saludan. Bueno, los perros no. Los perros como suelo ver en el Sudeste Asiático, marca mil leches, nos rehuyen y raro es que se acerquen un poco. No se si es temor a una patada o a acabar en el caldero.
Con paradas continúas para hacer fotos avanzamos lentamente hasta el final de la pista, donde comienza el camino hecho un barrizal. Allí mismo vemos un cartel que indica una «rumah panjang» o casa larga que sí que es la construcción tradicional, de las que ya quedan pocas. Retrocedemos y tomamos una desviación que nos hace avanzar hasta el límite del valle, donde el terreno coge altura de forma abrupta y la jungla lo cubre todo. A partir de ahí es territorio sanguijuela. Llevamos ya una hora, así que retrocedemos para no llegar demasiado tarde para comer.
Estamos en las tierras altas de los Kelabit, formada por 14 pueblos/aldeas, estando la mayoría de ellos en el área de Bario. Hasta hace unas 5 décadas, hombres y mujeres se alargaban las orejas y se las perforaban con penachos de plumas. Lian nos ha contado que su mismo padre llevaba así las orejas, y vestía con atuendos tribales típicos. Hace unos 10 años la electricidad era cuestión de generadores de gasoil durante unas pocas horas, y hasta hace 3 no había Internet. Sin embargo el presente parece haber alcanzado esta apartada zona del mundo, pese a lo poco accesible que sigue siendo.
Según empezamos la vuelta, nos tropezamos con una mujer a la que después de saludar, se paró a hacernos las preguntas de rigor. Esta vez nos pregunta si hemos visitado la rumah panjang, y le decimos que hemos visto donde estaba, pero que no hemos entrado Nos anima a acompañarla y visitarla. Volvemos con ella sobre nuestros pies. Una vez allí, nos descalzamos como siempre fuera y entramos…
Ay madre! Flipo en colores! La estacia en la que entramos puede tener 3~4 metro de ancho y… perfectamente 100 metros de largo!!! Le pregunto y me dice que cree que son casi 200, aunque mi estimación me parece más ajustada. Allí a lo lejos unos niños juegan a la pelota. Las paredes están cubiertas a uno y otro lado por fotos familiares, muchas de ellas muy antiguas, con los atuendos tribales y las orejas muy muy alargadas. Otras son mas modernas, hijos con toga y sombreritos de recien titulados. También vemos a los pilotos, ya que 4 de los que hacen la ruta hasta aquí son de Bario, incluida una chica. Nos explica que cada tramo es de una familia, de modo que las fotos que vemos corresponden cada grupo a una familia distinta. Vamos avanzando poco a poco hasta el final sin poder cerrar la boca de asombro, ahora mismo la habitación está prácticamente diáfana, tan solo algunos bancos pegados en la pared. Trato de imaginarme esas veintitantas familias viviendo allí, una al lado de la otra…
Al llegar al final entiendo que hemos acabado, pero abre una puerta. No me había fijado, pero aquella inmensa habitación dispone de puertas cada ~5 metros. La puerta abre a un pequeño corredor con puertas a su vez en el lado derecho. Nos dice que ahí están las habitaciones. Eh?!. Seguimos hasta salir al otro lado en el que vemos el salón como podría ser el de una casa cualquiera, peeeeero… esa estancia es tan larga como la que habíamos caminado, lo que de este lado son todo salones, uno de cada casa, pero sin paredes, uno tras otro y en cada uno una familia en sus que haceres diarios… unos comen, otros cocinan, en otros hay personas en el sofá viendo la tv y así hasta el infinito. Increíble! Antes lo había entendido mal, ahora lo entiendo! Es como si cogieramos una hilera de casas adosadas y le quitaramos la paredes del salon/cocina a todas, quedando así comunicados todos los salones en una estancia enooooooooorme. Entre super salon y el corredor que vimos al principio, cada casa tiene una zona de habitaciones, que en este caso si están separadas entre sí, de hecho hay un pequeño patio entre el bloque de habitaciones de cada famila. Entiendo que sirve tanto para aislar, dar intimidad, como para ventilar e iluminar cada area. Otra cosa que vemos segun vamos violando la intimidad de una familia tras otra, mientras deambulamos por sus salones, es que en medio del salón hay un hogar con chimeneas donde incluso ahora hay muchas familias que siguen haciendo de comer. Vamos paseando hasta el final, saludando a aquellas familias con las que nos cruzamos, que no todas, pues hay muchas en las que ya no habita nadie de forma regular. Al llegar al final le damos las gracias encarecidamente, ya que si no es por su insistencia, nos hubiésemos perdido algo que considero de lo más original y curioso de cuanto he visto en los últimos viajes.
Salimos de allí y con paso ligero volvemos hacia Bario, ya que habíamos quedado en comer entre 14:00 ~ 14:30. Estamos ya casi llegando cuando nos damos cuenta que estamos llegando una hora antes, de modo que nos paramos en la tienda-bar-billar-peluquería a calmar nuestra sed con cerveza vietnamita: Sagota… eso pensé yo, se va a agotar la cerveza si sigo un par de días en Bario. Es curioso, en esta zona el 99% de la población es cristiana y eso se nota en el tema del alcohol, que parece ir siempre ligado al cristianismo. Aunque Malasia es mayoritariamente musulmana, lo viven de forma muy laxa y no es nada difícil encontrar donde tomar un cerveza. Conviven con cristianos sin roce, tu tu rollo y yo al mío.
Sobre las 14:00 nos vamos a comer. Pasamos antes por el hostal y Lian se viene con nosotros. Hoy toca sopa de pollo, el pollo cocido, piña cocida en salsa con huevos duros, arrocito y té para beber. Mu rico too. Hablamos con Lian, que nos explica el camino por el este del valle, que lleva hasta el río y otra aldea.
Casi sin pausa salimos tranquilamente caminando. En seguida vemos que es bastante diferente al otro. El terreno es algo menos llano, la jungla llega hasta la pista y los arrozales desaparecen. El cielo se ha abierto y lorenzo pega. La pista apenas tiene curvas y el entorno selvático, por bello que sea, se torna monótono, y monótona la caminata, que en hora y media nos ofrece pocas distracciones. Vemos unas plantas carnívoras en forma de cono invertido con tapa, una micro serpiente muerta, de apenas palmo y pico de largo y el grosor de un cordino, búfalos temerosos, que huyen con solo vernos, alguna que otra moto y ranchera, que saludan al pasar y poco más en hora y media. Se nos hace un poco pesado. Al llegar a la aldea, tampoco vemos nada que nos haga para y seguimos hacia el río, al que llegamos en torno a las 17:00.
En frente tenemos una pequeña cordillera, que marca el límite con Kalimantan, la parte indonesia de Borneo. Por lo que nos han dicho, la frontera es bastante permeable, no está vigilada y gentes de toda indonesia pasan por aquí al lado malayo. Al parecer en la zona de Bario hay bastante indonesio, son bastante trabajadores a ojos de los locales y muchos hacen plata rápidamente. Y más que harán cuando Indonesia cree la nueva capital en Borneo, abandonado la caótica Jakarta. Eso me decía Lian.
El puente que cruza el río es nuevo, algo de hormigon, tensores de acero y pasarela de madera. El rio no es muy grande, pasa con color chocolate, y aunque tiene su encanto, tampoco nos invita a quedarnos mucho rato. Habíamos leido sobre la posibilidad de hacer kayak en él, pero al preguntarle a Lian nos dijo que la que tenía no era muy buena y se habia roto. Actualmente estan pensando comprar una entre varios guesthouses. En cualquier caso, teniendo por delante otra hora y media para volver, no debemos demorarnos. Así que unas fotitos y vuelta atrás. Por suerte el sol se ha ocultado entre las nubes y la aburrida vuelta se nos hace más leve. Sobre las 18:20 hemos llegado a Bario. De camino pasamos por el local donde hemos estado comiendo para avisar de que no iremos a cenar, no sea que nos estén esperando, y de ahi volvemos al hostal.
Lian nos tiene preparada una piña ya cortada, que nos sabe a gloria. Nos damos una duchita, y nos tomamos un té tranquilamente sentados en el porche. Le preguntamos a Lian si es posible lavar la ropa y nos dice que si. Cogemos la ropa y vamos con el a fuera donde tiene una especie de jata plus, enorme. Parace ser que tarda bastante, de modo que ya la tenderemos cuando volvamos.
Vamos a ir un rato al «pub» del pueblo. Hemos pasado por delante pero no hemos estado de noche. Según entramos todos nos miran con curiosidad y una sonrisa. Saludamos y nos sentamos. Suena la música… es un karaoke! Uno canta otros bailan. El ambiente parece divertido. No pasa mucho antes de empezar el desfile de locales por nuestra mesa. Empiezan los que llevan más copas, desinhibidos y charlatanes. Hacen las preguntas de rigor y se retiran entre risas… que pase el siguiente! Nos pedimos unas cervezas y Sai no tarda en trabar con todo quisqui. Ella no sabrá mucho inglés, pero habla con todos, me parto. No tardan en sacarla a bailar y ella se anima, y con ello anima la fiesta, que es lo que es aquello. Yo me río y disfruto del ambiente, pero me mantengo al margen porque tengo que sacar pa’lante el diario, que voy con un día de retraso y hay mucho que contar. La noche sigue en esa línea, cervecitas, bailes y escribir. Sai incluso se anima a cantar un despacito… que quedó regulinchi, pero yo me partí. Nos llama la atención la cantidad de canciones de música country que ponen, y que se saben los bailes. Por haber, hay incluso uno con sombrero de cowboy… te digo yo que no se en que país ando. Como dato curioso, para entrar al pub hay que dejar fuera el calzado… como hacen pues para entrar al toilet? Muy fácil, en la puerta hay al menos 4 pares de chanclas de tallas diversas, para que puedas hacer tus cositas sin pringarte los pies! Eso sí… No hablemos de hongos!
Después de unas horas volvemos al hostal y seguimos disfrutando de la noche con un té. En torno a las luces se arremolinan los insecto. En eso que vemos uno que suponemos que debe ser un murciélago, pero… por el tipo de vuelo… juraría que es un insecto! Madre de deus!!! Pero que es eso?!!! Me acerco y confirmo: es como una mosca a escala super mega plus… El largo del cuerpo es como una cajetilla de tabaco, el grosor el de un habano de los tochos y con las alas extendidas puede ser casi un palmo mío. Nos liamos a tratar de cazarlo con nuestras cámaras y finalmente lo conseguimos! Yeah!
Sigo escribiendo un poco mas y nos vamos a la cama que hoy se nos han hecho las 2 de la mañana…. mañana más!!!
Selamat malam!