Miércoles 24 de Agosto de 2022
Langostas
No duermo bien pese a que cierro los ojos antes de las 12 y nos levantamos a las 9. El tema de los aires acondicionados es un infierno. No hay manera de ajustarlos a una temperatura razonable, así que si te tampas sudas y si te destampas, catarrazo, y si lo quitas mueres cocido en tu propio zumo. También me ha dolido la cabeza. Entiendo que está relacionado con el tabaco. En España ya solo fumo tabaco sin combustión, que no será bueno, pero yo percibo que me hace mucho menos daño. Cuando viajo no encuentro nada de eso, por lo que suelo volver al tabaco normal… antes de acabar el viaje ya me va pasando factura.








































Tenemos el desayuno incluido, pedimos un ticket en recepción y nos vamos al restaurante anexo. Es simple, hay para elegir de entre unas 8 cosas un total de 4. En recepción nos preguntan si la ropa que dejamos para lavar, que vemos en una bolsa, la queremos planchada, decimos que no. Subimos a la habitación, nos preparamos y salimos, con algo más de ropa para que la laven, ya que no lo han hecha aún.
Cogemos camino al embarcadero. El día está luminoso, genial para un dia de mar, playa y sol. Vamos caminando, ya que el hostal lo hemos cogido cerca, en la zona mochilera, para acceder con facilidad. Al llegar vamos a las ventanillas, donde nos explican que podemos ir a 1, 2, 3 ó 4 islas. Le decimos que queremos hacer snorkel, cual nos recomienda? Nos dice que Sapi, tal vez Mamutik, pero después de miras las mareas nos recomienda que vayamos primero a Sapi y luego a Mamutik, ya que con marea baja no se puede hacer. Perfecto. Pillo aletas, gafas, y Sai sólo aletas. Nos buscan un barquero y nos vamos a esperar. Pasamos por puestos de comida aunque decidimos no llevar nada, hemos desayunado bien. Sobre las 10:15 embarcamos.
Lo repito, voy rebosante de felicidad cada vez que voy montado en un bote calbagando las aguas. Que el día sea tan radiante, no hace sino a crecentar el sentimiento. Moooolaaaa…
Las Islas estan justo frente a KK, a menos de un par de kilómetros, y estan todas juntitas, por lo que los barcos van de unas a otras, supongo que cada compañía se hace cargo de conexiones distintas. Nosotros vamos directos a Sapi, en un bote en el que vamos solos, con un montón de bandejas de comida, que suponemos que serán de un grupo, y este es el bote de apoyo.
Llegamos a la isla, es tan pequeñita como fotogénica. Foto, foto. Salimos y nos explican las zonas donde hacer snorkel. En nada hemos soltado las cosas, y nos hemos calzado aletas y mascaras. Al poco de meternos en el agua, suena un silbato. Salgo del agua y me veo al socorrista haciendonos señas para que salgamos de la zona de boyas… de verdad? Y donde co*o quieren que haga snorkel, en la arena? Salgo encochinado a hablar con el tipo. Me dice que esa la zona con boyas azules está abierta solo durante la marea alta y que ahora solo podemos ir entre las boyas azules y naranjas, que lo hacen porque con tan poca agua mucha gente daña el coral…. buehh… en parte tiene razón, lo que no comparto es que no me dejen alejarme. Del mismo modo que los carteles ponen que «Nada bajo tu responsabilidad» (si te ahogas no me vengas con cuentos), me gustaría hacer snorkel más allá de la zona segura para locales, que se ahogan en un vaso de agua… Acepto la situación y continuamos por la otra playa, que me indica que aun no la han cerrado. Aun así la zona acotada es pequeña, pero lo cierto es que sin ser nada del otro mundo hay coral vivo, y aunque pequeños, muchos pececillos. Suficiente para disfrutar del mar entretenido.
Cambiamos a la otra parte de nuevo y hacemos el pasillo entre boyas. Se salva un 1% pero mola bastante. Que pena no poder entrar al resto, porque puede valer la pena. Tal vez mañana volvamos. Desandamos, o desnadamos lo nadado, y me entretengo en un rinconcito lleno de peces a los que les hago muchas fotos. Entiendo que me pongo pesado, y algún pescecillo le toco los pies y me lo deja claro con un bocado en el antebrazo. Será cabr*n!! No ha sido apenas nada, era pequeñín. Al salir a fuera me miro y veo que si que me ha dejado marcas. De cualquier otro tipo de accidente no hubiese prestado atención, pero recordamos que muchos de los peces que viven entre el coral y comen coral con sustancias irritantes que luego ellos incorporan. Por prudencia se lo comento al socorrista, que me dice que sí, que tiene un spray que puede aplicarme, y además es waterproof… uhmm… interesante. Le sacamos foto para comprarlo para otros viajes.
En la playa Sai traba conversación con una pareja que lleva 3 semanas, y aun les queda otra. Su plan es como suele ser el nuestro. Después de todo el trote viajero, terminar en playa para volver con la mente y el cuerpo suave y terso como un melocotón, que si no a la vuelta necesitamos vacaciones de las vacaciones. Pero como nosotros, no han encontrado nada en el Borneo malayo, que no sea de precios extratosféricos. Asi que este archipiélago es la mejor opción aquí para pasar unos días de playa, aunque haya que ir y volver cada día.
Van a ser las 13:00, hora en la que debemos ir al pantalán para movernos a Mamutik, pero yo vuelo en busca del baño… la llamada de la selva no perdona.
Island hopping, tomamos el bote y aterrizamos en Mamutik, previa parada en Manukan. Estas son 3 de las 5 que conforman el Parque Nacional Tunku Abdul Rahman, la otra que tal vez veamos es Gaya, la mas grande. La última de ellas, Sulung, es privada, y también se puede visitar, previo pago de la estancia en su exclusivo resort.
En Mamutik damos con un sitio que nos sorprende pues los precios son razonables, así que a parte de 3 rondas de té con limón helado, comemos. El día se ha cerrado y de hecho sobre Kota Kinabalu vemos nubarrones y cortinas de lluvia. Sai se baña, y disfruto piti en mano de la vista y saberme aquí y lo lejos que estaré en nada. Contemplación e integración. Luego me animo al bañito, pero en la zona de baño el agua está tan baja que corro el riesgo de arrastrar la tripa por el fondo arenoso. En repenete… me muerden! Quien ha sido?! Joeeee… es el mismo pez rosa palido con alguna rallita que antes! Esta vez no ha sido nada, pero con la marea tan baja, está claro que estamos perturbando su paz y su territorio. Vale, vale! Lo he entendido, me voy… y aun así me llevo un par de besos más antes de salir del agua. Incluso Sai se lleva otro de regalo!
Salimos indemnes. Paseamos un rato en la isla que se ha ido quedando desierta, ya que hemos elegido irnos en el último barco, el de las 16:00. Los lagartos monitores se mueve a sus anchas, buscando restos. La verdad es que no he visto tantos como en este viaje, casi cada día uno o más, y todos bien grandotes (+1m).
Toca volver y nos toca el barquero maquinero, que nos pone música al queso, y allá vamos, surcando las olas, que nos hacen botar. Mooolaaa…
Al llegar al puerto hacemos el camino al hostal por la costa. Damos con el mercado de comida callejera, a tope de marisco de dimensiones cretácicas… uhmmm… menudas langostas!!! creo que ya se como voy a cerrar este viaje!!! Luego pasamos por el mercado filipino… ahora cerrado, a ver si mañana nos cuadra. Empieza a llover y nos vamos al hostal.
Son las 17:30 cuando entramos a la habitación. Nos relajamos y aprovechamos para nuestros deberes diarios a la par que descansamos. Sobre las 19:00 nos echamos a la calle. Yo compro un dispositivo de los de fumar sin combustión tipo IQOS, que descubrí aquí y tiene buena pinta. Luego merodeamos la zona mochilera, donde vemos sitios muy cool, pero acabamos donde ayer que nos gustó mucho su ambiente.
Cervecitas caen, mientras difrutamos de la música en directo. Ahora mismo son las 22:20 y según termine este párrafo, le doy el último trago a mi birra y nos vamos a descansar.
Familia y amigos… Selamat malam!!!