Sábado 21 de Diciembre de 2024
Crescent Island
Nos levantamos todos con mucha calma, en mi caso a las 10:30. Ducha, lavar y tender toda la ropa y sentarnos a desayunar. Tostaditas, zumo, platanitos, chorizo y cecina que trajimos y cafecito. Perfecto, bueno casi. Las moscas al inicio y luego los monos empezaron a rodearnos con avidos intereses. Monos pequeños y simpaticos, que no perdieron oportunidades de saltar en un despiste a la mesa y llevarse una mazana. Que gamberros!

































Luego remoloneamos un rato sin plan alguno en el jardín. Sai se acordó del dron, los sacó y en un curso acelerado de drones, consiguió echarlo a volar e incluso grabar vídeos. Eso sí el dron no pasaba mas de 2 minutos en el aire, nos jace falta practicar, hasta tal punto que casi se lo echamos a una mujer del servicio que pasaba por allí.
Esto del servicio es un tema tan interesante como inquitante. En sitios como este se sigue disponiendo de servicio que si te descuidas lo hacen todo por tí. ¿Alguien ha ido alguna vez de Airbnb y que le incluya servicio?! Pues terminas de comer llevas los platos a la cocina y cuando te das cuenta ya han flegado la loza. Vas a hacer la barbacoa y se ofrecen a encerderoa por ti. Te levantas por la mañana y cuando terminas de desayunar te encuentras con el dormitorio hecho… y así todo. Es algo a lo que te puedes acostumbrar, pero no deja de hacerte sentir un tanto incómodo.
Después de la sesión de dron nos ponemos en marcha, recogemos, avisamos a John y tiramos al embarcadero para visitar Crescent Island. Tenemos la suerte de que Elsa negocia los precios y nos hace pasar por residentes. Aquí hay precios para locales, muy baratos, para los residentes extranjeros a precio razonable y para los turistas que son muy caros. Prácticamente cada vez que entramos a un parque pagamos entre 40~120 euros por persona y día, dependiendo de la relevancia y extensión del parque/reserva… es un viaje caro, pero compensamos precios con otros sitios mas económicos.
Nos montamos en el bote y tiramos pa’ la isla. Donde ayer vimos los hipopótamos en el agua, hoy estaban todos en la orilla despatarrados. Que enormes son, con sus panzotas de color rosado. Mientras el día esté fresco ahí pueden estar, en cuanto haga calor se meten en el agua.
La isla da como para caminar tranquilamente, parando a ver bichos perfectamente 3 horas o más. La historia es que cuando se rodó Memorias de África trajeron aquí muchos animales y aquí se quedaron, en lo que actualmente es una reserva privada. La gran ventaja es que al no haber depredador se permite pasear libremente acercándote todo lo que quieras o te dejen los animales. Muchas jirafas, una manada grande de ñus, gazelas Thomson, water bunch, zebras, etc. Prácticamente nada nuevo pero con el placer de verlos de esta manera.
Ya llevábamos un buen rato cuando empezamos a ver nubes sospechosamente amenazantes. No tardamos en ver a lo lejos cortinas de lluvia y no pasó mas de media hora hasta que empezaran a caer poco a poco más gotas de lluvia. Ya habíamos empezado a volver hacia el embarcadero cuando rompió a llover, y para cuando llegamos ya estabamos calados de arriba a abajo. El viento que se había levantado nos enfrió en muy poco tiempo, y para cuando llegó el barquero, con el que habíamos quedado a las 16:00 estabamos muertos de frío. A la vuelta en el bote volvió a arreciar la lluvia, mas el airito que nos daba, acabamos unos cuantos tiritando de frío. Ya he estado un par de noches a punto de resfriarme y hoy no se queda atrás. Es curios el frio que ouedes llegar a pasar aquí.
A la vuelta a la casa pasamos todoa por la ducha para sacarnos el frio con agua caliente. Sobre la marcha llegó la masajista, a la que poco antes había llamado Elsa. No son precios de Sudeste Asiático, pero por mucho menos que en España nos metimos Elsa, Sai y yo un masaje de una hora de cuerpo completo que termino de revitalizarnos. Yo fui el primero, luego Elsa y Sai. En lo que me dieron el masaje a mi Tito y Sai gueron en su coche al pueblo a comprar algo de víveres, y volvieron al poco de terminar yo. Mientras ellas recibían su merecido, yo me he sentado a disfrutar del jardín y los sonidos de la fauna, mientras terminaba el relato de que ayer no oude hacer y el de hoy.
Al terminar Sai esperamos un poco por John, pero al final nos vamos en el coche de Tito todoa, porque parece que John está retenido en un accidente, puede ir pa’ largo y ya es tarde. El sitio al que vamos tiene una carta que con platos locales e hindues muy ricos. Un masala de cordero, de lentejas, una ensalada, unas samosas de queso feta y cilantro y una hamburguesa. Muy rico toooo…
Cuando acabamos los niños estan dormidos y tiramos pa’ casa. Al llegar son ya las 23:00 y todoss estamos cansados, así que a dormir.
Un beso muy grande a todos!!!