Miércoles 12 de Enero de 2022

Oteo rinos!!!

Pocas horas de sueño son, cuando a las 6:30, despertarse toca… Bajamos sobre las 7 y antes de desayunar no s asomamos a saludar a nuestros elefantitos. Nos encontramos una estampa similar pero con menos elefantes, mas gacelas y monos… que monos!

El desayuno es de corte british, pero arrancamos con unas piecitas de fruta y zumo para seguir con los scramble eggs, con su bacon y toda la corte, bien regado en té. Funciona, listo para la aventura.

A las 9 pasadas llega John y volvemos a la carrera. Deshacemos parte del camino y nos dirigimos a nuestra primera parada, Solio Ranch, un santuario de rinocerontes, pero donde puede llegarse a ver incluso leones. El paseo es bien lindo, vamos por una llanura de frondosa vegetación y enormes pastos de verde intenso que se aleja hasta el horizonte, desde el que se levanta imponente el Monte Kenia, con su peculiar forma. Toda esta zona es muy verde durante todo el año ya que nos movemos en torno alos 2000 metros de altitud, superando los 2500 en algún momento. En cierto modo me recuerda a una sabana, pero mucho más verde y húmeda.

Al llegar a Solio Ranch nuevamente pagar a la entrada por el acceso y a ver bichos!!! La reserva tiene dos partes una un pocoas elevada y con poca vegetación salvo verdes pastos, y otra con ese aspecto de húmeda sabana que comentaba. De entrada fuimos a la primera y no tardamos en empezar a ver rinocerontes… madre mía… que bestia! que animal! Estuvimos un rato pegándole fuego a nuestras cámaras a golpe de foto. Algunos tienen unos cuernos de casi un metro de largo… yo no recordaba haber visto nada igual en documentales…

La furgo de John se abre por arriba, así que hacemos todo el recorrido de pie mirando desde el techo hacia todos lados. Probamos nuestro prismáticos, que no están mal, y sobretodo nos sorprende el acople para el móvil, que nos permite meterle super-extra-zoom a algunas fotos para sacar detalle o pillar algun bicho allá… en la lontananza…

Me ahorro los superlativos que reiterados cansan, y me limito a decir que vimos muuuchos rinos, gacelas Thomson, water bunks, jirafas, algun monito y un búfalo. Los leones como que no… Solo el sitio ya valia la pena.

De allí salimos sobre las 13:30 y hasta las 17:00 que llegamos a Nakuru, prácticamente todo carretera, eso si, vaya paisajes… ¿Hubieses esperado ver pinos en Kenia? Pues yo no, y ahí están, pero es que es normal, estamos a bastante altitud, tanto que el clima es tirando a frío y por eso todo tan verdito…

Una de las paradas la hicimos al cruzar la linea de ecuador… no pudimos resistirnos a salir y hacernos unas fotos haciendo el tonto… en esas que nos pilla el listo de turno y nos lia a explicarnos la fueza de Corilis, ejercicio práctico incluido. Con su valde de agua, un cuenco con un agujero en la base y un palillo, nos «demostró» como a tan solo 5 meteos al norte ya se movía el agua en sentido horario, mientras que a otros tantos al sur iba en sentido contrario y justo sobre el ecuador se quedaba quieto… El hombre nos dijo que por una propinilla nos hacía además un certificado, para que conste, y fando fe del hecho de nuestro cruce ecuatorial… No pudimos resistirnos y de alli salimos con nuestro diploma, y muertos de risa estuvimos un rato de ruta a razón de tanta sinrazón…

La siguiente parada fue para ver la Cascada Thomson. Dicho lo cual, hay que decir que el tal tonson este, no dejó títere con cabeza, y cabeza que despuntaba, cabeza que bautizaba cual Thomson… Pues bueno, la cascada bonita y tal, pero el azote de mercachifles, y abulantes pintarrajeados cual indigenas poniéndose delante mientras fotografías la cascada para luego pedir, o el que le puso 2 camaleones en las manos a Sai con iguales intensiones… Vamos, que la cascada bien y marchando!

La última parada fue en un mirador sobre el valle del Rift… Wow… yo solo podía pensar: en unos millones de años ahí habrá un mar y esta parte de Kenia habrá partido rumbo a la India, alejandose del resto de África…

Finalmente Nakuru. Nakuru es la mayor ciudad del norte de Kenia y se nota, pero no me llegó a producir abogio, simplemente bulliciosa. Nakuru está junto al lago homónimo, que forma parte de otra de las reservas. Haremos 2 noches aunque no siendo un parque grande podría haber bastado con solo una, pero asi bajamos el pistón un poco.

En Nakuro fuimos al super a pertrecharnos de comidas y viandas varias, que en el alojamiento no sirven comidas y al estar dentro del parque no tenemos nada alrededor. No haber comido desde el copioso desayuno salvo unas barritas, nos condicionó al comprar, y avidos de calorias compramos samosas a mansalva, y otras cosas. Luego sacar pasta again y casi que corriendo al albergue pues eran casi las 18:00 hora de cierre del parque.

Tan al límite llegamos que ni nos quisieron hacer los pases, nos dejaban pasar y que fueramos mañana a pagar. John nos acercó al albergue junto al lago, rodeado por vallas, ya que por haber, leones hay. Quedamos para mañana a las 8, nos dejó y el se volvió al exterior del parque a pasar la noche.

El sitio era una apuesta de Sai. Lo encontró de causalidad, y veniamos preparados para cualquier cosa. El sito es una suerte de escuela para futuros guardas de reservas naturales. Por lo que sea cuando no hay actividad alquilan alojamiento. No tanto por el precio, que es muuuy barato, sino por estar dentro del parque y por parecernos que podía ser un sitio para conectar con locales. Lo cierto es que al llegar nos encontramos.con un ligar un tanto decrépito y desangelado, sin mas nadie que nosotros y con una habitación propia de campamento escolar… Pero lo cierto es que ni tan mal…

Tenemos por así decirlo, un colegio para nosotros, con su cocina completa, nevera incluida, donde guardar esas cervezas tan sabiamente compradas, a la espera del milagro acaecido… Sandwiches en un banco mirando la puesta de sol sobre el lago, ducha, y revisión de cuentas, de fotos y el presente relato. Son las 22:00 y ya esto está finiquitado, me queda elegir algunas fotitos y a dormir…

… creo que voy a dormir como un lirón!!!

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