Sábado 22 de Enero de 2022
Wasini Island
Para hoy habíamos contratado un tour para visitar la reserva marina de Wasini. El plan es: nos recogen a las 7:30 en furgo para llevarnos hasta el embarcadero, de ahí en bote a ver los delfines, luego a otra isla a hacer snokel, luego a otra a comer y de vuelta al hogar.









































Anoche nos liamos con el diario y las fotos y cuando nos dimos cuenta ya era la una. Nos levantamos a las 7:00 con algo de sueño, y el tiempo justo para prepararnos y salir. En cuanto nos acercamos a la puesta del guesthouse nos vemos a un hombre con furgoneta. Wasini? Nos asiente. Al parecer desde aquí aquí vamos 3, luego esperamos un poco a por el tercero. Después de un cuarto de hora se cansa de esperar y vamos a otro hotel a por una chica. Cuando nos ve se sorprende. Nos dice que el tour lo había contratado con otros 3 amigos que están en nuestro guesthouse, que seguramente nos hemos equivocado. No entendemos nada, o más bien no quiero entenderlo.
Hablan por teléfono con alguien y volvemos a nuestro gh. Allí están los tres chicos. Me empiezo a temer lo peor. Nos hemos equivocado de furgo y seguramente en lo que nos hemos ido, una furgo que vimos entrar y que debía ser la nuestra, se habrá cansado de esperar y se habrá ido… Y así mismo es, según entramos al gh y nos dicen que una furgo vino y se fue. Y ahora que? Por suerte vemos a Carlos que sobre la marcha llama a no se quien, a parte de otro de los trabajadores del gh. No se si volvieron porque sí o por las llamadas realizadas lo cierto es que en solo un par de minutos ya estábamos sentado en la furgo rumbo Wasini…
Vamos con lo que parecen 2 chinas con mascarillas. Aquí ya no nos las ponemos, nadie lo hace, salvo que veamos a la poli. Dicho y hecho a los 20 min de ruta control de policía y volando nos las ponemos. Pasamos sin problema, pero es mas que suficiente para que te den la brasa hasta que aflojes algo de.pasta. Es una pena, pero con los salarios que tienen, el sueldo lo sacan con triquiñuelas de estas y los turistas son carne de cañón. Lo cierto es que tampoco es un trauma, de las algo, no siquiera tiene porque ser mucho y listo. De momento no nos ha ocurrido.
Al llegar al embarcadero nos dan aletas y nos conducen al barco. Hay varios pero todos estan ya llenos tanto de turistas como locales. El nivel de vida de Kenia, em relación con el resto de África, es que existe una clara clase media y eso se percibe por ejemplo en el turismo interno. Entramos en un barco aún vacío, pero que no tarda en estar lleno de kenianos. Nosotros, las chinas y veintitantos locales. La tripulación tampoco es exigua, unos 8. En otros lares habrían sido 2.
El paseo es laaaargoo… los delfines están tímidos, los vemos, pero ni muy cerca ni gran grupo ni na… los perseguimos un rato y na, pero es lo que toca hoy. El paseo hasta la zona donde hacemos snorkel es tan largo que muchos empiezan a ponerse amarillos, a tumbarse por aca y por allá, y algunos vomitan por la borda.
La zona de snorkel es una baja, que deja una playa de arena en medio de la nada, aunque es posible que cuando suba la marea desaparezca. Nos preguntan quienes nadamos bien. Levantamos la mano 4. Nosotros seguiremos al guía de snorkel? El resto se cambian la ropa de paseo? en una cabina en fila de a uno, para ponerse bañadores y luego traje salvavidas… una eternidad… nosotros ya siguiendo al guía? No entiendo el concepto, va por delante, nos indica la dirección y eso es todo. La zona no llega a lo decepcionante, pero poco lustro tiene. Coral dañado y el vivo, de colores vivos, poco. Pececillos, ni muchos ni.muy variados… y sin embargo… hace ya dos años de Raja Ampat, las Islas Kei, las Islas Banda… volver al agua a mirar bichitos de colores nadando me reconforta… me encanta el mar…
Pasamos del guía y el pasa de nosotros, pero después de un par de vueltas decidimos salir a explorar la mini playa ya que tampoco da la cosa para mucho más. Nos sorprende ver que a la gente que no sabe nadar la llevan de tres en tres con los chalecos para que puedan hacer snorkel asistido. Desde la playa vemos una zona diferente que pinta bien para explorar. Nos metemos al agua y nadamos. No tardamos mucho en ver que esta mucho mejor que lo que nos enseñó el guía? No entiendo la misión del guía…
Ahora sí vemos un par de pajarracos buenos! Ahí está! Mi amigo el pez ballesta, que quiso meterme un bocado en Banda. Lo observamos con precaución, pero sin mostrar atisbo alguno de agresividad. Peces trompetas, payasos pero de otros colores, azules e incluso muy claritos. No es para tirar voladores, pero después de lo anterior nos deja con buen sabor de boca.
Al subir al barco tienen algo de fruta picada, que comemos con avidez, ya que no habíamos desayunado. A la vuelta vuelvo durmiendo un rato hasta que Sai me dice que me estoy perdiendo el espectáculo. La mar se ha puesto picadilla y el barco, por ser mas que bote, va dando tumbos, y los de dentro o amarillean o ríen nervisos. Mucho paseo para lo visto. Paramos en Wasini a comer. Desde el barco nos llevan por tandas en bote hasta la orilla, desde la que se accede al mismo restaurante por unas escaleras. Arrocito, unas verduras, salsa de coco y de chile. Todo correcto, aunque al ser el último turno, estaba todo un poco frío. Lo.mejor de todo fueron los cangrejos… uhmm… ricos ricos ricos!!!
Nuestras amigas chinas, han tenido una travesía horrible. De hecho ni comen y los chicos le sacan una cama, vaya usted a saber de donde, y la plantan por un lado del comedor para que repose un rato… menua estampa. Luego hablamos con ellas, madre e hija y coreanas, que no chinas, que dicen con la resignación del que tiene que responder a lo mismo a cada paso. La hija vive desde no hace mucho en Nairobi y la madre se entiende que ha venido a verla. Nos piden disculpas por estar tan mal, pobrecillas.
Volvemos al barco en tandas de bote y enfilamos a puerto. El tramo final es corto, pero da para que los chicos del barco cojan un par de cubos, y botellas y empiecen a marcar el ritmo de una canción, mientras todos acompañamos con palmas y muchos cantan. Le sigue el Hakuna Matata, que buen rollo…
Volvemos en la misma furgo, y casi todos dormimos un rato del trayecto. Al llegar al guesthouse, una duchita y lo primero intentar resolver el tema del transporte hasta Mombasa mañana. Lo intentamos con Uber, que van bien en las grandes ciudades y son económicos pero no conseguimos cerrarlo para mañana a las 11:00. Elsa nos ha dejado un contacto, pero al final Manuel, uno de.los chicos del gh que es un encanto, nos resuelve el tema, mañana a las 11:00 vendrá un taxi a recogernos y llevarnos hasta el hotel en Mombasa.
De resto poco más, pedimos algo de comer y unas cervezas,. Nos empezamos a despedir de Carlos y Rasa, de Manuel, redactar relato y pa la cama. Son las 21:40.
Nos queda justo una semana, se nos ha pasado demasiado rápido. Habrá que disfrutarla a tope!
Buenas noches, bsss : )