Jueves 20 de Enero de 2022

Pole pole

Me dormiría a las 23:00 y me despierto a las 8:00 muy agustito. Empieza un viaje diferente, mas viajero y menos turista, aunque por otra parte más relajado y lúdico. Ya no vamos bajo el ala protectora de John y su furgo burbuja. Cosas a las que no hemos dedicado atención como es la seguridad, toca tenerlas en cuenta. Reorganizamos nuestros bolsos pata no llevarlo todo encima, cada uno lleva algo de dinero propio, más el bote que lleva Sai, y otra parte la dejamos en la caja de seguridad del guesthouse. En mi bolso de mano he estado llevando toda la documentación sin más, ahora la organizamos, para llevar solo lo necesario…

Después de pasar por baño/ducha, que en este alojamiento es compartido, nos vamos con toda la electrónica hasta la recepción/comedor, para poner a cargar todo y porque la caja fuerte la tienen debajo, así dejamos todo allí luego. Cuando digo caja fuerte lo digo en el sentido mas literal. Le deben haber contratado al herrero del pueblo hacer cofres de hierro colado del tamaño de una caja mediana, tienen algo de cofre pirata y pesan tanto que nadie podría llevarla cómodamente sin esfuerzo. La misma llave para el candado de la cabaña vale para el cofre del tesoro.

Vamos despacio, pedimos el desayuno, organizamos la electrónica y desayunamos sin prisa alguna. Yo Claudio, adicto al te, y siendo de libre dispensación, me doy a su cafeína como si no hubiese un mañana. Al poco se dirige a nosotros un hombre de unos 50 y tantos, de aspecto a tirando hippie. Nos habla en español. Resulta ser Irlandés, aunque su madre era española, de Vitoria. Con acento, y dudando un poco al hablar, pero no tenemos problema alguno en conunicarnos… mejor que nosotros en inglés. Hilando todo lo que hablamos, descubrimos que vivió de los 5 a los 15 aquí en Kenia, en concreto en aquí mismo, Diani. Su padre era veterinario y por lo que fuese le iba la marcha. Nos enseña alguna foto familiar de aquel entonces, los sixties, sus padres, el y otros 3 hermanos. Después de aquello ha vuelto regularmente los últimos 15 años. Por supuesto habla suajili, que aprendió ya de niño y que ha consolidado en todos estos años… que envidia… poderte mover con esa libertad en un país tan bello como este. Por lo que vemos, más que hippie, lo suyo es el mar, pescar y hacer kite surf. Le preguntamos por cosas que hacer por aquí, comenta la visita a la isla de Wasini donde pensamos ir a hacer esnorkel y ver los delfines. También es posible ir hasta los bancos de arena que se forman en el atolón de coral que rodea la costa a unos 100~200 metros. Al parecer el coral está bastante esteopeado por que o lo cuidan mucho, pero que hay tramos bonitos. Le preguntamos si tiene pensado hacer algo en los próximos días y nos dice que mañana va ha hacer una excursión por el río Kongo. Se entra en botes remontando un poco, ver los manglares, visitar alguna aldea y comer. os parece una actividad diferente y le preguntamos si le importa que nos apuntemos y nos dice que sin problema. Llama al contacto y dice que ok, que podemos ir hasta seis. Genial, ya tenemos plan para mañana!

Terminamos nuestro bol de fruta cortada (mango, piña, sandia y platano) y los sandwiches. Dejamos toda la electrónica ya cargada en la caja fuerte y volvemos a la habitación, preparanos pa’ salir, pasada por el baño y pa’ la playa… Salimos del guesthouse que está un poco apartado por la pista de toerra, cruzamos la carretera y bajamos rectos hasta la playa, pasando por un hotel del mismo dueño de nuestro guesthouse, en el que de hecho nos han dicho que podemos entrar a tomar algo o ir a su piscina.

El día está medio nublado, pero lejos de dar muestras de llover. Hace calor, la temperatura dirante el día ha estado por encima de los 30 y anoche al acostarnos pasamos un poco de calor al principio. La marea está muy baja y la playa tiene poca pendiente, así que se retira muchos metros. La playa es de harina blanca de pan blanco.

No tardan nada en empezar a abordarnos los locales. Que si comprame pulseritas, que si las telas, que si te corto un coco, que si tal que sí cuál. Bien! Volvemos al ruedo! Te siguen un rato, pero no son muy pesados. Los primeros los cortamos, tal vez con la brusquedad del que nos sabe manejar la situación. Los siguientes los lidias un poco, los dejas hablar y simplemente le dices con una sonrisa que está perdiendo el tiempo porque no quieres comprar. Luego está el tipo agradable y palique interesante con el que charlas medio kilómetro de playa. Te ries y le vas pillando el punto. Los siguientes nos quieren vacilar y nos preguntan si vamos a caminar hasta Mombasa, les respondo que no, que vamos a seguir hasta Somalia, pero que luego vamos a nadar hasta la península Arábiga… y con un poco de suerte estamos de vuelta a la noche… se parten el culo… Al igual que ayer en el mercado, de entrada parecen mal encarados, pero tienen risa fácil y les va el cachondeo. Nada mejor que decir tonterías pa sacarlos de su pose. Práctico lo mismo con los siguientes con la misma respuesta. Nos partimos la caja. Mola.

Recorremos toda la playa caminando casi 7 kilómetros, ya que queremos llegar jasta el estremo donde hay una mezquita. Pasada la mitad hacemos un alto en un hotel junto al mar, nos tomamos unas birras que saben a oro, incienso y mirra. Comemos algo. Disfrutamos del momento. Carpe diem.

La parte final de la playa es un tanto más rocosa, tanto el suelo que sustituye a la arena, como en los farallones que avanzan hacia el mar, alternados con entradas hacia tierra. La vejetacion los cubre por completo.

Antes de llegar a la mezquita, nos topamos con un puestito de animales tallados en madera que expone sobre la arena, cual disciplinado safari. Algunos son muy bonitos y los precios os resultan mas razonables que lo que hemos visto hasta ahora. Sai compra una jirafita y un rino.

Al continuar, se nos juntan nuevamente un par de chavales con los que vamos hablando un buen rato. En general todos se quejan de que con el rollito covid no hay mucho turista… deseamos que toda esta locura acabe pronto… nosotros ya ni nos acordabamos del mundo covid.

Al llegar a la mezquita ni le hacemos caso, solo prestamos atención a los enormes baobabs… estos en concreto son bastante viejos, algunos pueden tener un tronco de unos 4 metros de diámetro o más!!!

Después de sacar todas las fotos posibles y de hablar un rato con los amigos que tocan en este tramo y de convencerlos de que mañana vendremos a comprarles el oro y el moro, pillamos un tuktuk y volvemos hasta nuestro alojamiento.

Optamos por bajar al hotel junto a la playa, del mismo dueño que el guesthouse, a ver que tal. Nos sentamos junto a la piscina. Sai se remija un buen rato, y yo aprovecho el momento ocioso para vanzar este relato y no verme luego hasta las tantas. Alli nos dan las 18:30, pagamos y vamos caminando hasta nuestro GH, que en torno a las 19:00 suelen aparecer unos animalitos que me recuerdan mucho a los tarsiers de Filipinas.

Al llegar al comedor nos encontramos una fiesta ! Al parecer los jueves montan karaoke. En un extremo una pantalla donde proyectar las letras, puestito tipo dj pa’ pichar los temas y un micro… no hace falta más! Nos sentamos en los sofás y aprovecho el momento para seguir con esto. La música suena hasta que se oye el grito de un animalito. Sobre la marcha se apaga la música y nos dicen que ya están aquí los bushbabies…

… de la misma familia que los tarsiers que vi en la isla de Bohol, en Filipinas, son protosimios, previos al hilo del que surgen los monos, mucho mas pequeños, con ojazos y manos de dedos largos y delgados que terminan más gorditos, tioo ET… vamos, el peluche que todos quisimos tener de niños. Nos dan rodajitas de platano a los que queremos, para darselas. Saltan desde una rama hasta la barandilla de la escalera y sin miedo ni prisa se acercan a tu mano y con manita agrarran el platano y lo mordisquean con deleite… ainsssss… que meeee losss comooo!!!

Nos repochamos en los sofas, pedimos de comer y charlamos un rato con Carlos y su amiga de Lituania, Rasa. No dejo de fliar con Sai. Ella apenas habla inglés pero se entiende con cualquiera… esta claro que esto de comunicarse es una actitud, más que un conocimiento del lenguaje… ; )

Cenamos, y ya esto es mas un concierto que un albergue. Cierro capítulo que me voy a dar a la cerveza… viva la fiesta!!!

Besos mil!!! 💋💋💋

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