Viernes 31 de Enero de 2020
Udang bakar
Descanso hasta las 8:30 como un señor. Sai se levanta antes y desayuna. Me trae unos sándwiches de tortilla, que agradezco en el alma, me los zampo y voy a por mi dosis de café. Creo que suspiraré durante mucho tiempo al desayunar, y entrecerrando los ojos me veré aquí, junto al mar, tomando con calma mi primer café…




























A las 10:00 o antes ya estamos metidos en el mar. La idea iniciak es hacer toda oa playa hasta el final de la isla, pero al llegar allí nos da por darle la vuelta y pasar nadando hasta el otro lado. No habíamos estado en esa ounta todavía, luce tranquilo, no tienen el mejor snorkel, pero la playa es muy linda. Salimos y caminamos un poco, hasta que que un saliente bloquea la costa y nos obliga a echarnos al agua y continuar a nado, bordeándolo. Volvemos a salir, en la zona que ya habíamos visitado. Caminamos hasta el final, al jetty del Yenkonaru, que es super largo y salva toda la plataforma del arrecife y nos permite volver a entrar al agua justo donde empieza el abismo. Nos lanzamos y vamos ayudados por la corriente desandando el camino. Salimos del agua mas o menos donde emoieza el camino que cruza la isla por arriba. Sai tiene escarpines así que sin problema, yo no, así que gano +5 puntos cruzando descalzo la jungla y me quedo a tan solo 2 ptos de alcanzar el grado de indígena básico. Al llegar son las 13:15, nos hemos metido 3 horas y algo, nadando y pateando. Le damos un agua a todo y vamos a comer, por suerte hay comida suficiente pese a llegar tarde.
Esa es la versión rápida, y sin descripciones, la larga la omito, pero unos apuntes de lo más interesante. Las medusas han desaparecido completamente, y el agua está un pelín más clara. Volvemos a ver al tiburón. Un gozada. El otro lado de la isla tiene más corriente pero no demasiado. Definitivamente la zona nos gusta menos para alojarse, creo que han sobrepasado el límite de alojamientos, resulta masiva y cutre. La calidad del coral nos sorprende, es bastante buena pese a lo sobrecargado que está de homestays. No sólo el coral es bueno a tramos, la vida marina es notable y hay peces muy muy tochos, que nos sorprenden, algunos son nuevos para nosotros. Sinceramente, gracias a Carlos nos hemos quedado en el Turtle Homestay, que aunque no me entusiasmó inicialmente, hemos terminado por concluir que no solo la zona es mejor, la cálidad humana y el trato han sido inmejorables.
Después de comer vamos que nos vamos, en brasos de morfeo. Sai en la cama y yo en la hamaca, caemos en deliciosa siesta. Después nos cuesta arrancar, pero le damos, y hacemos nuestras mochilas en un periquete. Es triste, pero mañana dejamos el que ha sido nuestro hogar por una semana. Para terminar por todo lo alto, Nelly nos había preguntado si nos parecía bien una barbacoa de langostas cual party de despedida!!! Of course!!!
Nuestros nuevos amigos españoles se pasan por aquí, tal y como dijeron ayer, a tomar unas bintang y charlar un rato, casi coincidiendo con los preliminares de la barbacoa. Después de un rato charlando, me disculpo y les explico que nos han preparado una barbacoa y que vamos a cenar con ellos. Se entiende sin problemas, y al poco se van, pero entonces Simpsom me dice que no, que si queremos que se queden a cenar, y también Dave y Lars, los daneses. No se si su idea original era que comiesemos con ellos, pero terminamos los 6 disfrutando de unas langostas a la brasa. Los demás que nada sabían/esperaban lo celebran con gratitud.
Sobre las 21:00 se van nuestros compatriotas, después de intercambiar contactos y buenos deseos. Nos quedamos oyendo musicona con los daneses. Al loro, anotad disco: Nu Yorica. Discazo de latín jazz… al menos yo no lo conocía. Sai se va al poco, luego Lars y aunque Dave y yo seguimos un rato oyendo música, sobre las 22:00 nos retiramos.
Ya están las cosas listas, y tampoco hay que madrugar. Son las 23:17 de un día maravilloso, con cierto regusto agridulce. Subo esto y a dormir. Dulces sueños!!!