Miércoles 1 de Enero de 2020
Paramos…? Sí… pa’ coger carrerilla!!!
El amanecer no pilló llegando a Sorong. Como en el resto de vuelo. Hemos venido durmiendo casi todo el rato, como en el resto de vuelos, y ya van 3. Desde la ventanilla reconocemos ver la costa de parte de las Islas de Raja Ampat, a oas que no iremos hasta el final de viaje. Ver el sur de Raja Ampat desde el aire nos emociona, ya que es uno de los santuarios del submarino, de corales llenos de vida y color.
























Ahora mismo venimos por aquí de pasada, ya que nuestra ruta inicial incluía un trek en el Valle de Baliem, territorio de los Danis, esos que van en bolas con una calabaza alargada cubriendo sus vergüenzas. Justo después de comprar lo billetes, hubo revueltas del movimiento separatista que persigue la reunificación de Nueva Guinea, después de lo cual el gobierno ha cerrado el acceso a los extranjeros, y a nosotros reorganizando la ruta.
Llegamos a las 6:30, después de 4 horas y pico desde Jakarta. Tenemos que esperar hasta las 9 por fuera, fumando y observando el ajetreo local. A las 9 resolvemos sin problemas el checking y entramos. Flipamos con una elegante cafetería, en la que degustamos el intenso café de Wamena, antes de embarcar rumbo a Ambon. 4 vuelo. Dormir una hora.
A las 12 estamos. Sospechamos que no, pero intentamos coger otro vuelo hasta las Islas Kei, pero no hay para hoy, así que para mañana. Nos alargamos un rato en el aeropuerto, aprovechando la pesa del checking, porque mañana tenemos el equipaje de mano limitado a 7kg por persona. El kg de mas se paga a 2€, y en total llevamos 20kg, así que hay que estudiar como facturar una mochila con el exceso y embarcarnos con justo 14kg. Después de liarnos con eso un rato, salimos a por taxi.
Damos con un señor majete que por el precio previsto nos lleva. Habla bien inglés así que compartimos conversación. Que si estamos en estación seca, mientras nos cae un aguacero, que si el arrak aquí es el sopi… Finalmente quedamos con el para que nos recoja a las 9:30, mientras sacamos las mochilas bajo un diluvio.
No nos entendemos con el del hostal, ni usando traductor. Bueno si, pillamos algo así como que la habitación no está lista. En lo que esperamos vuelve a salir un sol que raja. Sai llega algo pachucha, piernas hinchadas de tanto vuelo, resfriado aun no resuelto + cansancio + más cosas. Nos duchamos, oh! cielos!. Me preparo y dejo a Sai descansar en lo que yo apatruyo la zona. Buscar cajeros, citios donde comer, tomar algo, etc.
Un sol de justicia me acompaña y muele. Resuelvo a medias y vuelvo al hostal. Sai parece aun peor, a ver si los fideos y la papaya que le he traido la ayudan. Me paso un rato leyendo la guía, hasta que cae la tarde. Animo a Sai a dar un paseo aprovechando que se siente mejor. Repetimos un poco la ruta, pero sin sol y algo más de ambiente.
Antes me sorprendió lo desolado de una ciudad de la que solo sabía que es muy bulliciosa, hasta que caí en la cuenta de que es año nuevo! Las calles llenas puestos cerrados abrían tímidamente… mas ambiente pero sin bullicio. Descubrimos que algo pasa con mis tarjetas, habrá que volver a probar. Por el momento tiraremos con las de Sai.
Tras muchas vueltas terminamos comiendo en un puesto algo más aparente que los de las calles, nasi goreng ayam goreng envuelto en hojas de palmera, bien picante acompañado de te helado…
Señores, vamos muertos… son las 21:00, nos vamos a preparar las cosas para dormir bien y levantarnos mañana tranquilamente.
Selamat Malam!!!