Jueves 23 de Enero de 2020

Hoy hemos vuelto a Sorong, después de 3 semanas y pico. Sorong fue nuestro aeropuerto de entrada, el 1 de enero, pero entonces ni salimos del aeropuerto ya que nuestro viaje seguía rumbo Ambon y Kei. Ya hemos desandado todo aquello y ahora nos toca la parte final: Raja Ampat. Supuestamente es la guinda de nuestro viaje, pero ya se sabe lo que pasa con las expectativas, y también llevamos muchas maravillas vistas…

Esta mañana nos levantamos a las 9, con casi todo recogido, nos faltaba terminar de recoger, asearnos y desayunar algo. A las 10 menos cuarto saliamos, pedimos un taxi en el hostal y rumbo aeropuerto. El día esta luminoso. Nos resulta curioso ver la ciudad desde el taxi, al igual que el día que nos íbamos a las Kei, y comprobar que nos resulta diferente. No resulta tan cochambrosa no gris. Nos hemos hecho al país, y ya vamos normalizándolo todo. Se nota en las fotos, cada día hacemos menos.

Llegamos al aeropuerto, hacemos checking sin problemas de sobre peso y salimos a esperar. Al poco llega Carlos. El va para Manado, en Sulawesi. Sigue su periplo de 3 meses encadenando sitios donde hacer inmersiones. Ha llegado en moto, lo traen, pero han tenido que dar un vuelta porque el camino estaba cerrado por un entierro. Charlamos unos 30 minutos, hasta que empieza su embarque. Ya no nos veremos más por estos lares. Abrazos y buenos deseos. Nos reimos mucho con él, es un puntal.

Nuestro embarque se retrasa un poco, pero sin mayor problema. Dormitanos parte el vuelo, la otra parte hacemos fotos. Llegamos a las 14:30. Taxi al hostel. Menudo fiasco de hostal. Ni bueno, ni bonito, ni barato, y encima luego veríamos que ni bien situado.

Soltamos las cosas y salimos, son las 15:30. Por suerte corre brisa, porque no s metemos 4 horas caminando por una ciudad de lo mas desestructurada. La ciudad de espaldas al mar. Todo su costa perdida por la expansión ganada al mar, entendemos que para ampliar su puerto. El resto es un caos, a veces con algo mas de actividad, a veces medio residencial, medio suburbio.

Nos tropezamos con una tienda de souvenirs… imagínense como ha sido el viaje, que es la primera que vemos… casi con alegría!!! Sai compró unas camisetas para sus sobris, yo vi una super guapa para mi, pero temo que no entre mi tripota y desisto. Parecía una tienda de suministro de souvenirs para otras… interesante.

Luego entramos a una tienda, y después de mas de media hora conseguimos recargar los datos de nuestros móviles… La historia es que nuestras tarjetas las compramos el 31 de diciembre. En Raja Ampat no habrá donde recargarlas y queremos hacerlo ya, pero no sabemos si la recarga anula lo que nos queda de datos o como funciona el tema… Imagínense que 2 marcianos entran a su tienda de telefonía, tratando de hacer esas consultas… Acabaron 5 dependientes y nosotros 2 «traduciendo» con Google… madre mía… les dimos la tarde… Finalmente las recargamos y salimos haciendo genuflexiones, dando gracias y pidiendo disculpas… Jajaja

Luego dar vueltas en dirección puerto, pero dando vueltas, muchas. Parece una ciudad loca de mis sueños, una suerte de ciudad de Escher. Después de mucho caminar por ningún lugar, un centro comercial, con incluso un KFC. Por suerte había un puesto local y pudimos reuir a los de Kentucky. Comimos francamente bien, Sai un pollo a la brasa que su lengua abrasa y yo una sopa de verduras y pollo delicious. El supermercado nos sorprende. La variedad de productos es llamativa, frutas, carnes y demás, en un nivel que no habíamos visto en este viaje.

Cuando seguimos ya ha caido el sol. No me apetece meterme en el cutre hotel a las 18:30, así que seguimos caminando hacia el puerto con la esperanza de encontrar allí algo decente, pero nones… Está oscuro, vamos por calles llenas de agujeros, no nos sentimos incomodos, pero tampoco tiene aquello sentido alguno. Pillamos una furgoneta amarilla y volvemos al hotel… tarda un rato, de tanto que hemos andado.

Un pis y volvemos a salir. Realmente a tan solo 300 metros un restaurante sobre el mar, su especialidad el marisco, pero ya vamos llenos. Tomamos unas birras, escribo esto, y de vuelta al hostal.

Mañana cojemos un ferry a las 9:00 que tarda 2 horas hasta Waisai, principal ciudad de Raja Ampat, porque una vez allí, ya tienes que pillar barcas hasta tu homestay. Puedes ir al puerto y tratar de encontrar a más gente que vaya al mismo sitio o cerca, y compartir barca y coste. Hemos hablado hoy con los del primer homestay en el que vamos a estar en Raja Ampat. La gente del Turtle Homestay, el que nos ha recomendado Carlos, nos dice que si queremos que manda a su barquero, precio del viaje 33€. Así que para llegar, no nos camos a complicar.

Hasta ahora el viaje está siendo bastante económico, pero ya hemos asumido que aquí nos dejaremos una buena pasta. Aqui no queda otra que llevar las cuentas bien hechas e ir bien pertrechos, pero ayer hicimos cuentas y con todo el dinero que nos queda, deberíamos ir muy holgados, puede que incluso tengamos que llegar a cambiar algo a la vuelta. Por otra parte, el precio incluye pensión completa, por lo que a parte de las excursiones/tours, el gasto queda contenido al precio diario… muy similar a lo que nos pasó en los 5 días que pasamos en Hatta.

En Raja Ampat estaremos en una zona donde no hay más que unas horas de luz eléctrica al día, alojamientos rudimentarios sobre/frente al mar, que incluso están aislados unos de otros en una misma isla, salvo por barco. Ni calles, ni tiendas, ni na! Ello incluye, el hecho de que en las próximas 2 semanas, seguramente no pueda apenas publicar nada. Trataré de hacer como en Hatta, dejarlo todo listo, e ir publicando si en algún momento puedo, o ya al salir.

Gente… toca retirada… descansar, que mañana entraremos en el paraíso!!!

Buenas noches!!!

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *