Viernes 10 de Agosto de 2018
Tropiezos y pocas fotos
El día arranca lloviendo bastante, así que nos levantamos a las 9:00 pero con calma. Cafecito, galletitas, una ducha y remoloneamos un rato hasta que parece que escampa sobre las 10:30. Nos despedimos de Kyte, nuestra anfitriona.
Apenas chispea cuando nos dirigimos por las callejas hasta el centro. Compramos algunas cosas y seguimos hasta la esquina donde nos han dicho que pasa el bus para Dali el viejo. De hecho, lo encontramos allí parado en la esquina, a la espera de viajeros. El paseito hasta Dali dura poco más de 40 min, y allí nos bajamos, el bus sigue.




Nuevamente nos ponemos a buscar el hostal que hemos reservado con Agoda. No me voy a poner nuevamente épico. Nos ocurrió lo mesmito. El hostal no estaba bien ubicado en la aplicación, y después de preguntar y dar vueltas llegamos. Pero resulta que no le ha entrado la reserva y por la habitación que nos ofrece, nos pide el doble. No parece mala intención, pero nos vamos molestos.
Nos sentamos en una terraza!!! (el concepto terraza es prácticamente desconocido en china). La chica tarda en salir pero nos ignora reiteradamente??!!! No entendemos lo que pasa, pero como tenemos que buscar otra habitación y allí estamos cómodos, seguimos allí a ver si nos atiende. Visto que no nos hacen caso, entro hasta la nevera y pregunto a la chica: pijiu? er?. Y tomo dos cervezas. Reservamos otra habitación que parece estar cerca. Pagamos y nos vamos.
Seguimos la flecha y… otra vez!!! Por suerte un angelito viene a nuestro rescate, esta comiendo en el interior de un hostal, frente al que nos hemos parado. Compartimos información y termina comunicandose, no se muy bien como, con los dueños. Nos pide que entremos, y esperemos a ver si responden. Al poco nos dice que el dueño esta conduciendo y otro poco después habla con él. Nos dice que sigamos la calle, que la mujer sale en nuestro rescate. Eso hacemos. Una mujer pasa, la miro pero no da muestras de ser. Pero veo que se para en la puerta de donde estabamos y la sigo. Es ella. Se ríe y nos lleva a su casa, porque es otra casa-hostal. Nos pide amablemente que nos sentemos y allí pasamos un rato… a que estamos esperando? A punto de preguntarle aparece el marido. Un señor mayor, que me sorprende hablando un correcto inglés. A vuelto a pasar algo. Le muestro la reserva, me dice que no la tiene, nos ofrece ir a otro sitio. Empezamos a esta estar muy hartos de todo. Nos miramos. Nos vamos de aquí? Nos vamos ya para Kunming? Yep!. No se que ha pasado, pero entre que no tenemos gran interés por ver otro casco antiguo igual, y la cadena de acontecimientos, tal vez sea mejor avanzar en la ruta. Son las 14:30, tanto mareo nos ha hecho perder una buena parte del día.
Se lo comento al señor y amablemente nos ayuda, con sus indicaciones a ir a la estación, donde debemos coger el número 8. Que curioso, no hemos llegado y la vemos venir hacia nosotros, hacemos por pararla y nos para. En nada estamos ya montados en dirección a Dali, la nueva. Es como si no nos tocara ver aquella ciudad, que nos lo puso difícil, y muy fácil para irnos.
El bus en solo unas paradas se llena a reventar. Suerte que vamos sentados. Tarda una media hora, pero no tenemos muy claro en que estación nos va a dejar. Al final nos deja en la estación de tren. Bueno, podemos intentar irnos en tren. Damos con la cola para comprar tickets, media Yunnan está haciendo cola… ainsss. Resignados nos ponemos cada uno en una cola. Sai trata por otro lado, pregunta a unos chicos, pero no cuela. La cola avanza a pedales. Cuando llevamos mas de media hora, los chicos con los que hablo Sai, amablemente nos dicen que se han agotado los billetes para hoy… ainss. Les preguntamos donde está la de bus y esta muy cerca. Corremos tipo Pekín Express, porque el último sale en menos de media hora.
Resumiendo, llegamos y no, no hay para hoy. Lo asumimos sin más, compramos para mañana a las 9:30, nos sentamos fuera, piti, buscar alojamiento cerca… hecho! Está justo al lado de la estación. Tampoco está bien la ubicación, pero lo localizamos rápido. Se ha ido la luz en la zona, pero no nos ponen problema con la reserva… menos mal!!! Hemos pagado más que nunca, unos 44€, pero el dinero está pa estos momentos. Una habitación cojonuda y junto al hotel.
Ducha, cambio de ropa y pa la calle, que son las 17:30 y no hemos ni comido. El paseo por las calles, de forma relajada nos reconforta. Es una ciudad sin encanto, pero es una ciudad, y despues de tanto pueblo «antiguo» lleno de boutiques y turistas, es un alivio el cambio. Llegamos hasta el centro, monumentos gloriosos, y tal, pero se ha ido la luz y los restaurantes no parecen operativos. Finalmente nos sentamos a tomas unas zerbs, y aprovecho para redactar la mayor parte de esta entrada.
Las niñas que están en el bar sennos acercan y nos dicen hello!!! Nosotros siempre respondemos nihao!!! Esta estampa nos ha ocurrido muchas veces. En algunos casos los niños lonhacen de forma expontanea. En otros casos, vez a los padres animándoles a que practiquen su inglés. Es un claro síntoma de cambio en el país. El inglés se introdujo hace unos 20 años en primaria, hace 10 solo habría niños balbuceando hello, esos ya tienen veintipico, y son con los que puedes hablar y forman una nueva generación. La mayoría entiende la importancia del inglés, y este se fomenta por parte del estado que tiene toda la señalética en chino e inglés. Pero aún hay mucha gente, sobre todo mayor, que te habla en chino y no comprende que no comprendas.
De allí nos fuimos a cenar, y tuvimos la suerte de dar con un clásico de Yunnan. Es una fondue, separada en dos partes en una se cuece un caldo suave de verduras, en la otra un rabioso caldo lleno de guindillas. De las vitrinas, cojes los pinchitos que quieres. Carne, pescado, verdura, setas, tofu… Te lo llevas todo a la mesa y vas poniendo a cocer lo que quieres… Wow… encima, que rico queda el caldito!!!!
Sobre las 22:00 nos volvemos al hotel. Ducha, y a disfrutar de una cama y almohadas de lujo. Hay sueñito, toca dormir … Ho my ha sido un día sin muchas fotos, lo siento chic@s ; )))
Besitossss ; )))