Viernes 27 de Julio de 2018
Carretera al mundo tibetano

Ayer nos acostamos a las 22:30, porque hoy teniamos que ponernos en pie a las 5:30 para pillar el bus a Litang. No dormí todo lo bien que hubiese querido, pero suficiente. Ya teniamos todo preparado así que antes de las 6:00 ya ibamos rumbo a la estación.

Ya hemos pillado el truco a donde pone el número de bus en el ticket y donde se muestra en el bus, así que no tardamos en dar con el.

 El trayecto finalmente duró 6:45 horas. Era igual de cómodo que el anterior, y dormimos como marmotas como en el anterior. La mayor diferencia fue la carretera, infinitas curvas cogidas con animo suicida, adelantamientos inclusive. Otra diferencia fue que en algunos tramos llegamos casi a los 4.500 metros de altitud.

Al llegar a Litang nos extrañó, porque teniamos la idea de que la estación estaba en el interior, pero al parecer han hecho una nueva en las afueras, así que pillamos taxi hasta el guesthouse. El ambiente es agradable, y hemos podido pillar una habitación decente, con baño por 140 yuanes (18€). Soltamos las cosas y nos hemos tirado en la cama un ratin a descansar… en realidad dentro de la cama, porque si en Chengdu estabamos a 38°, en Kangding a 24°, aquí ya estamos a 16° a las 14:00.

Sobre las 16:00 salimos a pasear. Esto ya es otro mundo. Se siente totalmente tibetano. Muchos van con sombrero y pelo largo. Mucha moto de cilindrada, mucho monje. Fuimos a ver un templo y ahí estaban todos, dando vueltas en sentido horario, por los pasillos llenos de cilindros dorados, llenos de bajorrelieves, que hacen girar, uno tras otro, lo mismo 200 en total.

En Litang han nacido dos Lamas, el 7° y el 10°. Tratamos de ver la casa del 7°, pero está toda la zona en obras y no pudimos acceder. Seguimos de paseo, hay muchísimas tiendas, muchas con artículos budistas muy interesantes. Finalmente, sobre las 19:00 nos fuimos a cenar a un restaurante recomendado en la Lonely. Conocimos a una chica francesa con la que estuvimos compartiendo impresiones, en lo que llegaba la cena. La cena muy rica, y mas suave que las comidas anteriores.

De ahí nos vinimos a hostal. Yo tengo el cuerpo un poco raro, me pide reposo, así que duchita y a relajarse. Sai, con eso de que es luna llena y hay eclipse, decide salir hasta otro templo a ver si hay alguna ceremonia especial. Al final no hubo, pero disfrutó del ambiente en la plaza con la gente bailando.

Son las 21:45, pero aquí lo dejo porque creo que voy a caer prontito.

Besosss ; ))) 

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