Viernes 20 de Julio de 2018
37 horas

Menudo día. Han sido 37 horas del tirón, con las pescaditas oportunas en los aviones, para ir reponiendo sueño. 3 aviones, un tren bala, y par de taxis, para llegar a Leshan.

Terminar comprando un masajeador electrónico a un mercachifle del aeropuerto, ha sido elegido momento del día. Casi perder el tren, y luego pasarmos de parada, ha quedado en 2o puesto. Entenderte con un taxista con el que no puedes entenderte, o cenar un pescado cubierto por un mar de guindillas, han sido grandes momentos. Por suerte la gente está siendo amable y nos han ayudado mucho.

 El vuelo hasta Hong Kong se me pasó bastante rápido. Las tipicas 2 comidas de avion, intercaladas con un capítulo de serie en el móvil, que no llegué ni a terminar, ya que cada vez que lo ponía caía frito.

El avión tenía dos cámaras, una sobre la parte superior y otra bajo el fuselaje, que pueden verse desde la pantalla del asiento. Me resultó muy interesante poder ver la aproximación y aterrizaje en Hong Kong, a donde llegamos a las 7:30. Las 3 horas hasta comenzar el embarque a Chengdu, las aprovechamos para ver si podíamos comprar unas tarjetas de datos para el móvil. Las encontramos, pero no nos decidimos porque eran para solo 10 días, 1 5 GB, había que pagar en metálico y habíamos decidido que el dinero lo sacariamos por cajero al llegar a China, ya que parece ser una de las mejores opciones.

El vuelo de Hong Kong a Chengdu era corto, dos horas y pico. Nos sorprendió que nos dieran de comer. Todos chinos menos Sai y yo, y alguno más. Mis compis de vuelo me dieron la bienvenida a china con alegres flatulencias. Aun así caí muerto hasta el aterrizaje.

Al llegar rellenamos los papeles del visado, y pasamos los controles sin problema. ¡Que pedrada de calor!. Después de consultar vimos que hacian 38° con sensación de 43° debido a la humedad.

Primer obejtivo: Sacar pasta para 2 días en cajero. Hecho!. Después pude comprobar a como me habia salido el cambio, 7’6 yuanes por euro, muchísimo mejor que si lo hubieramos cambiado en Madrid, donde nos ofrecían 6’4.

Segundo objetivo: Comprar las tarjetas de teléfono. Hecho! Después de preguntar y dar unas vueltas, las compramos en un pequeño estanco del aeropuerto. Las chicas eran muy majas, y nos ayudaron haciendo uso del traductor del móvil. Pillamos una tarjeta solo de datos de 12 GB a 4G por 300 yuanes (~40€). Las primeras pruebas no son concluyentes. Llevamos VPN para pasar el Great Firewall chino, pero algo no va muy bien.

Tercer objetivo: Comprar los billetes de tren a Leshan. Bfff… hecho!. Tubimos que ir a la Terminal 2 en un bus gratuito que se coge fuera de la 1. Salir fuera fue un infierno, yo tardé 0, en estar sudado de arriba abajo, como si hubiese caido en una fuente. Bajamos al nivel inferior, donde estan el tren y metro, pasando los continuos controles de seguridad. El idioma es una gran barrera, pero yo vengo cargado de apps que traducen al chino, e incluso del chino mediante la cámara. Damos nuestro primeros pasos hasta comprar los billetes. Eran las 15:30 y esperabamos coger el de las 16:30, pero no quedaban hasta las 19:40. En finsss… paciencia viajera, ven a mi… ; )))

Las 4 horas restantes se nos pasaron rápido, y vivimos unos de los momentos del día. Después de dar con la sala de fumadores, y con unas cervezas fresquitas a buen precio (1,2 €/ 0,5 l), nos sentamos a tratar de conectar con la familia. En una de esas se nos acerco un joven mercachifle que ni corto ni perezoso, me plantó 2 electrodos en el hombro, y me puso a brincar de electrico placer. Apoyados en los traductores nos vamos comunicando, entre risas y voltios. El precio que nos ha dado, no es de uno, es por 2 masajeadores… no llega a 20€ cada, van muy bien, y con todo lo que hay que caminar… Venga! Nos los llevamos!!!

Con las risas y la tontería, cuando nos damos cuenta tenemos que salir ligeritos hacia el tren, luego corriendo y finalmente lo cogemos por los pelos, y gracias a la amabilidad de todo el personal, que nos lo pone muy fácil. Bffff… por los pelos. Tenemos unas 6 paradas hasta Leshan, unos 50 min. Vamos de pie pero de risas, se nos pasa rápido. Y tan rápido. En la primera parada preguntamos, y creemos entender que Leshan es la siguiente… Que raro, debe ser que no siempre hacen todas las paradas… y tanto! Al llegar a la siguiente todo el mundo se baja y recibimos la mala noticia de que era la anterior parada… bfff… y ahora?

Una de las limpiadoras se da cuenta de nuestro problema, se lo dice a la azafata, que nos pregunta y se va a hacer consultas. Al volver nos dice que podemos esperar, y volver en el siguiente, que nos sientan en primera. Aunque tenemos que esperar unos 40 minutos, damos mil gracias y salimos al anden a echar un piti.

En esta ocasión todo va bien y llegamos a Leshan. He visto que aunque internet va a pedales, las apps chinas van muy bien. Nos echamos a andar hacia el hostal siguiendo Amap, la gran opción a Google Maps en China, eso sí, todo en chino. Al poco vemos que caminando va a ser demasiado y pillamos taxi. Gran acierto. Ya había leido que los precios, y que el que usen taxímetros, hacen del taxi una de las mejores opciones en ciudad.

A las 21:40 entramos al hostal. Nos reciben con mucha amabilidad, y una vez más, traductor en manos nos comunicamos y hacemos todas las gestiones. La habitación está brutal, coqueta, con baño de mampara en la habitación, e incluso un saloncito, balcón y desayuno por 21€ los dos. Dejamos las cosas y con las instrucciones oportunas salimos a dar un paseo y cenar.

Salimos a paso de plusmarquista mundial de marcha, ya que tememos que nos cierren las cosas. En menos de 20 min, cruzamos el puente y nos comemos los 2 km hasta donde se juntan los dos ríos, y se intuye el Gran Buda de Leshan, que iremos a ver mañana. Todo muy lindo, pero en esa zona no hay nada abierto. Pillamos un taxi retrocediendo hasta el puente, para ganar tiempo y al poco damos con un sitio donde comer. Que buena pinta! Un salon lleno de mesas, llenas de chinos y comidas ricas. Estamos muertos y pido de comer señalando la comida de otros comensales.

Unos cuencos de arroz tipo tres delicias y un bandejón de algo llegan a nuestra mesa al poco. El algo aquel consiste en una montaña de chiles rojos con otras verduras y en su parte baja pescado a la brasa. Pica como el demonio, pero me resulta tolerante. El pescado lo pruebo sin mucho ánimo, ya que esperaba otra cosa, pero me sorprende lo sabroso y jugoso que está. Sai no tiene tanta suerte, un poco picante de más, y el pescado no le hace. Es mi primera comida genuina en china, hemos pedido mucho y encima como yo solo, trato de dar la talla y no dejar demasiado… yo diría que cumplí… ; )))

Son las 00:15 cuando salimos y la vuelta se nos hace pesada aunque son solo 15 min. Llevamos casi 37 horas desde que salimos de la cama, hasta que nuestros exhaustos cuerpos caen de nuevo en otra cama. La ducha fría nos hizo gemir de gusto y los electrones también…. y luego dormir… dormir…

Buenas noches ; )))

 

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