Martes 27 de Diciembre de 2016

El couscous no es bueno para caminar

Por segunda vez despierto super tarde. Son las 10 y pico. Nuestro amigo me trae el desayuno, pero nos quedamos con hambre y pedimos una tortilla especial. Lavado de dientes, duchita y poco más, antes de salir en nuestra nave espacial a recorrer a pata el lugar.

El día está tan bonito, que nos sorprenden los colores. Todo brilla de forma casi mágica. Después de un día tan gris como el de ayer, hoy nos sentimos radiantes de felicidad y a cada poco nos da por reir como tontos. Nos echamos a suertes ir a por tabaco… vete tu, que a mi me da risa… ; )

La idea es hacernos a pata, al menos las tres primeras playas, así que nos pertrechados con varias botellas de agua, galletas y con algunas de las diversas formas que el azúcar y la harina, toman forma este planeta. Me siento un extraterrestre.

Según llegamos a la primera playa, nos da un ataque de risa. Es imposible caminar. A cada paso te hundes hasta el codo. El grano de la arena es increíblemente grande y redondito. Me recuerda al couscous!. Nos cansamos tanto que al llegar a un zona de manglar nos tiramos al suelo. Cigarrito pal pecho, and try it again.

Llegamos al final de la playa, pero la marea está alta así que no podremos pasar por la costa. El sol está tan cañero que nos pegamos a las rocas buscando sombra. Según nos sentamos, un hermoso mono viene a visitarnos en pose de: y que tal si te largas? Pillamos el mensaje rapidito, tanto como tardamos en desandar parte del camino. Me encantan los monos en La 2, de resto no quiero saber de ellos. Mono sounds like easy problem.

Retroceder es tan duro como avanzar, pero encontramos una sombra donde guarecernos. Eligió mal día el muchacho de cara deforme, al que machete en mano se le antoja sentarse a nuestro lado. Noooo, hoy noooo,.. no quiero tener esa vision a tan solo 1 metro de mi. Tampoco queremos ser desagradables, así que en un momento dado nos miramos y cogemos puerta.

Volvemos a avanzar. Si por la costa no puede ser, tendremos que coger la pista que va por dentro. Lo que antes nos parecía un imposible, de repente fue un paseito ligero… al menos hasta la siguiente playa donde nos volvemos a hundir hasta las orejas. Es tal la tostada, que trato de hacerme un gorrito con el sarong que compré en Bali. El viento me vacila moviendo el sarong de un lado pa’otro. Peleo durante más de 5 min y me siento tan tonto que me da un ataque de risa. La playa acaba pero no nuestra desesperación. Y de pronto un árbolejo. En una especie de cactus venido a árbol… Suficiente for us. Nos tiramos debajo y empezamos a ser felices como los enanitos de Papá Noel.

Pasamos gran parte de la tarde en la playa. Bañito, breves tumbadas al sol en la orilla (para no achicharrarme y que no me mordisqueen los gusanitos playeros), ratos a la sombra del arboluco y disfrutar de las vistas y del día sin más.

Cuando aflojó un pelín el calor del mediodía nos animamos a continuar hasta las colinas que separan la playa en la que estábamos de la siguiente. Al acercarnos vemos que hay una especie de marisma y un puente de bambú para cruzarlo. Empezamos a cruzar el puente pero a la mitad está casi derrumbado y solo una parte se sostiene. Puesto que la marea está baja, decidimos pasar a pie por la marisma. Aprovechamos que un paisano está cruzando para seguirle sus pasos. Al llegar junto a las colinitas que bordean el mar, vemos como un grupo de locales hacen una especie de motocross con scooters rectificadas. No se matan de milagro. Empezamos a subir y flipamos. Me sorprende que subiendo tan poco se pueda disfrutar de unas vistas tan bellas. El paisaje es tan fotogénico que saco fotos sin parar… ainss… que bonito ; ).

Es hora de ir volviendo hacia Kuta. Por el motivo que sea, se nos hace más fácil la vuelta, aunque el tramo de couscous sigue siendo insufrible para caminar. Aprovechando que ha bajado la marea, en lugar de ir por dentro rodeamos el peñón que da paso a la playa principal. Un perro decide hacerse nuestro amigo y nos acompaña un buen tramo. Los perro en Asia no son muy queridos, todos te miran con desconfianza y temor, se le ve flacuchos, siempre buscando algo que comer. Varias personas nos han dicho que la gente se los suele comer cuando vuelven de borrachera… les da fuerzas… Damos la vuelta al peñón y nos vemos a la familia de monos. Algunos corretean por el manglar seguidos por los perros. Seguro que los monos han estado molestandoles.

Llegamos a la parte central de la playa principal. Nos encontramos nuevamente con el espectáculo de la lucha con escudos y varas. Al igual que ayer, una multitud de gente local rodea el evento, y rodeando a ésta, un sin fin de motos aparcadas por doquier. No estamos muy interesados así que seguimos hasta nuestro hostal.

Nos encontramos la papelera del porche volcada y todos los envoltorios desparramados por el jardín. Pobres perros, allí no habría más que para dar un par de lametones. Duchita y rato de relax, cervecitas y escribir un poco del blog.

Una vez ha anochecido, nos vamos a buscar donde cenar. No hay intención de cometer el error de pedir pizza de nuevo, pero quisiéramos cambiar de warung. Recorremos el pueblo por la carretera principal y nada nos invita a entrar. Hay tantos restaurantes, uno tras otro, que prácticamente están todos vacíos. La mayoría con deprimente y melosa música. Vamos bastante lejos, por dar un paseo y aun así nada nos convence. Volvemos para atrás y nos acercamos al único que hemos visto atiborrado de turistas y allí sentado, Richard!!! El otro día cometimos el error de no cruzar nuestros teléfonos o quedar de alguna manera, así que no nos habíamos vuelto a ver. Nos dice que lleva una hora esperando la comida, y como los precios tampoco son baratos, decidimos volver al mismo warung de días anteriores. Quedamos en vernos allí al terminar de cenar.

Apenas hemos comido durante el día así que nos pedimos un plato especialmente variado que nos sabe a gloria. La mujer, que ya nos conoce nos enseña otro par de palabras en bahasa… buen intento… las palabras apenas me duran un suspiro en la cabeza. El Bahasa es una lengua inventada. Cuando Indonesia fue constituida como país, no existía una lengua común. El país era un caótico Babel, un sin fin de lenguas y dialectos. Para dar cierta uniformidad, se tomó como base el malayo y se combinó con el javanes. También hay palabras de influencia holandesa y del portugués. La lengua tiene una estructura bien simple, no hay tiempos verbales, ni se conjugan con el sujeto, simplemente el verbo, el resto se extrae por el contexto.

La pronunciación recuerda al español, se lee como se escribe y no hay muchas consonantes ni vocales. Al reunirnos con Richard, justamente le preguntamos sobre el tema del idioma. El otro día en el taxi nos sorprendió al tener una conversación con el taxista. Una cosa es aprender palabras sueltas y otra mantener una conversación. Nos cuenta que lleva ocho años viniendo a Indonesia, que poco a poco ha ido aprendiendo, pero que principalmente ha sido porque en su trabajo hay varios indonesios y siempre que puede practica con ellos. Buscamos un sitio donde tomar unas birras, pero ninguno nos llama, así que terminamos en uno cualquiera. Richard me cae bien, es un buen tipo e interesante, tiene la risa fácil, así que reímos y brindamos for the good life.

Sobre la una nos retiramos. Último cigarrito en el porche, un capítulo de The Black List y a dormir.

Buenas noches a tod@s ; )))

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