Lunes 26 de Diciembre de 2016

Playas, surferos y motos

Me despierto más tarde que nunca. Anoche pude caer frito a la una y me levanto a las 10 y pico, así que he dormido de lo lindo. Jose está en el porche de nuestro hogar, hablando con el hijo del dueño, que se presta a darnos todo tipo de servicios. Moto por un día 50.000, desplazamiento hasta las Gili 150.000 y todo cuanto desees…

No solo trata de mercadear, tiene el detalle de traernos unas papayas, una de las cuales pelo y nos comemos para desayunar. El desayuno es simple, banana pancake y coffe, pero por los 100.000 que pagamos (menos de 4€/persona/noche) no podemos ni rechistar.

El precio por la moto está bastante bien, así que ni nos molestamos en buscar otros precios. Una vez listos cogemos camino. Vamos por la carretera que va junto a la costa. A poco nos alejamos de Kuta, la carretera se convierte en un camino de cabras… bueno, no tanto, está asfaltada pero en muy mal estado, llena de hoyos y parches. Es una pena, porque rular en moto es super placentero, pero al poco rato tengo el culo molido y recocido. No tardamos mucho en llegar a la primera playa, Serang. Nada más llegar vemos que el business local es cobrar por el aparcamiento. Nos piden 5.000. No es mucho, pero si vamos a recorrer la costa, tampoco es cuestión de pagar en todas tan solo para echar un vistazo. Seguimos.

El camino continúa igual de machacón. De pronto topamos con un atasco, que enseguida empezamos a intuir que ha sido un accidente. Una moto en parte metida en la vegetación que rodea la pista. Un grupo de personas en círculo. En el suelo, un chico en cuclillas trata de reconfortar a su amigo que descansa boca arriba sobre la carretera. Le pregunta algo, y asiente con gesto de dolor. Hay sangre en su cabeza y sobre el asfalto… bffff… toca madera…

La siguiente playa tiene muy buena pinta. Parking 10.000. Seguimos hasta terminar la carretera en una bahía. Un alojamiento pijillo, con el restaurante en terraza frente a la bahía, nos invita a sentarnos un rato y tomar un zumo de papaya con naranja, que estaba especialmente rico. En lo que estamos allí descansando vemos un grupo grande de españoles. Chicos y chicas portan sus tablas de surf y se van montando en el bote que los va a llevar hasta el rompiente. Gente de bien, parecen. El mar en las playas de Kuta es tranquilo, ya que el rompiente está muy adentro, a unos 500~800m de la costa. En la orilla casi no hay olas, pero allá afuera se ve un mar bravo, que rompe con ganas.

La carretera de la costa termina allí, así que toca volver atrás. Yo estoy hasta los g***os de la moto y dar botes en la moto. Ya hay ganas de tirarse en una playa y disfrutar un rato. Pero se nos ha pasado la hora de la comida y a penas hemos visto sitios por el camino donde comer. Así que terminamos volviendo hasta Kuta para comer en el warung de anoche. Y de nuevo pa’la playa, y la carretera y dar votes.

Me empiezo a enojar. Después de los últimos días de Flores, ya tengo ganas de disfrutar de estar tirado en la playa, y llevamos todo el día de un lado para otro si más. En cuanto llegamos al primer sitio, entramos, pagamos los 10.000 y vamos hasta la playa… pero jorrrr… está hasta la bandera de familias locales. La limpieza brilla por su ausencia. El espectáculo es interesante, antropológicamente hablando… pero en este momento queríamos un sitio tranquilo donde disfrutar un rato… bffff

Caminamos un poco hasta la zona de rocas, donde parece estar la cosa más tranquila. Hay tramos de arena entre las rocas, lo suficientemente grandes como para tirarnos un rato. Tendido en la arena me extiendo en toda mi magnitud. Uhmmm… que bien… Ains! Pellizcos varios! Uhm? What’s happening? Por momentos siento picores en el cuerpo. No parecen ser reflejos. Me inspecciono, no veo nada? Me tumbo. Y otra vez!. Me incorporo de nuevo… no veo ni mosquitas y ni bichillos alguno?! Me tumbo de nuevo y la siguiente vez no hago nada por retirarme, simplemente muevo la cabeza hacia la zona en conflicto. Levanto el brazo despacito y por fin puedo ver como un gusanillo que asoma su cabeza de la arena, trata de darme minúsculos bocaditos!! Me c**o en to’ lo que se menea!!! Pero es que no voy a poder tirarme en la playa un rato!!! En cuanto retiro un poco el brazo, el astuto gusano se retira a su secreta madriguera bajo la arena. Lo intento varias veces sin mejor resultado. Termino jugando con ellos, y en cuanto detecto uno le pongo un dedo, que retiro poco a poco, lo justo como para que siga el señuelo y me muestre buena parte de su gusanil cuerpecito. Consigo que salga casi 2 cm, pero aún esconde parte de su cuerpo BajoTierra. Decido cambiar de estrategia y me tumbo en la arena húmeda, donde las olas rompen. Por fin consigo descansar un rato a la solaja… ; )

Pasamos un buen rato allí, hasta que la colina que está detras de nosotros empieza a hacernos sombra. Nos vamos. Es tal la cantidad de motos que cuando vamos a buscar la nuestra no la vemos. Donde suponemos que debe estar hay una parecida a la nuestra pero tiene un casco colgado del manillar y nosotros nos hemos llevado los nuestros. Yo solo recuerdo que el manillar ponía Monster, como esta, pero Jose mete la llave, que gira, pero no arranca… uhm?! Jose se inquieta. El tema da mala espina. Prueba otra vez – Le digo. Pero nada. Que movida?! De repende a Jose se le enciende el bombillo, las motos aquí no arrancan hasta que les quitas la pata de sostén!!! Dicho y hecho!!! La moto arranca. Dejamos el casco que estaba en nuestra moto, en la moto de al lado y volvemos.

Al llegar a Kuta pillamos unas birras para irnos a la playa de enfrente a tomarlas, pero cuando vamos hacia allá vemos una muchedumbre. Que es eso? Y entonces nos acordamos que ayer nos habían dicho que hoy había Sticks Fightings en la playa. Un corro de unos 20 meteos de diámetro rodea un espacio donde dos jovenes de unos 14~16 años, vestidos con atuendos populares, un escudo de madera y una bara de unos 2 metros se meten mamporros. Una especie de juez, que parece de todo menos sereno, berrea por un micro inalámbrico. La mayoría son locales pero también hay un grupito de guiris como nosotros curioseando la escena. Nos acabamos la birra allí y nos volvemos al hogar. Pasamos un rato en el porche cada uno a su bola hasta que cae la noche y salimos a comer.

La misma vuelta que anoche, por la calle principal pa’rriba y pa’bajo. Los mismos locales vacíos. El mismo ambiente surfero. Estamos un poco ajitos de comer siempre lo mismo. Nos ha llamado la atención que casi todos los restaurantes tienen horno de leña. Es casi un cliché en Asia. Si alguien hace algo y funciona, de la noche a la mañana todo el mundo tiene/ofrece/vende lo mesmito. Aquí son los hornos de leña y la pizza. El queso es un producto eminentemente europeo. Las vacas del resto del mundo cumplen otros cometidos. La mutación que nos permitió beber leche ocurrió en Europa hace unos 10.000 años, y de la misma manera que convertimos lobos en perro, hicimos de nuestras vacas unas excelentes productoras de leche, excelente leche para producir mil variedades de lacteos y una miríada de quesos. Cuando viajas a Asia, una de las cosas que mas se suelen echar de menos es el queso, y la otra es el pan. Así que pensar en un pizza, con su crujiente base de masa de harina y humeante queso, puede deshacerte en saliva, sólo de pensarlo… ese es el sueño… la realidad es una cosa muy frustrante. Masas chiclosas, pseudoquesos sin sabor ni olor…

Nos sentamos en uno de los infinitos locales con horno de leña, y aparentes pizzas. Más trabajadores que comensales. La música ambiental invita a cortarse las venas… las baladas mas melosas de la historia suenan una tras otra… dios, quiero morir… No tienen pizzas con anchoas… ni siqyiera saben lo que son… ainss…. Me empiezo a enojar… No me gusta Kuta, ni su rollo surfero, ni su deprimente oferta, ni naaaa de naaaa… la pizza es una oblea, un ósculo brando y sin gracia cubierto con cosas que no recuerdan para nada a una pizza… estoy profundamente enojado por primera vez en el viaje… Nos comemos aquellos y salimos por patas. Hago otro intento. Recuerdo que había un sitio que tenía buena pinta, y al menos una de las pizzas tenía anchoas… Allá vamos y me pido una. Misma decepción. Donde c***o están las anchoas.- Pregunto cuando me la traen. Inside Sir, inside. Cuando llevo comida media pizza exploto de enojo, allí no hay una p**a ancho ni encima, ni dentro, ni debajo. Me adentro en el restaurante preguntando: Where is the cooker?!!! Acoso malhumorado al primero que me encuentro, que resulta ser el cocinero. Debo de estar muy cabreado porque se acojona y me ofrece la lata de anchoas disculpándose, y que me ponga todas las que quiera, y que lamenta no haber puesto suficiente…

Vuelvo triunfal con mi lata de anchoas, y me sirvo al gusto. Pero ni las anchoas son buenas, ni el resto de la pizza y el hecho de haberme enfadado me hace sentir un poco tonto… Acaso esperabas otra cosa bobito?- Me pregunto. En cualquier caso acabo con la tripota llena de comida western… no era acaso eso lo que quería. Me relajo y disfruto un rato, pero no tardamos en irnos.

Al igual que ayer hubo party en el local  erca de nuestro hogar, hoy nos reparten folletos de otra party. Según Jose cada día hay party en un local diferentes. No estamos pa’parties y nos vamos al hogar. Un rato de porche y pa la cama….

Hoy no he conectado, a ver que tal mañana…

Ala! Hasta mañana!

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