Sábado 24 de Diciembre de 2016

Lagartos con wifi y peces de colores

Nos levantamos a las 6:45 para desayunar antes de irnos al tour. Hemos quedado a las 7:20. A poco empezamos a subir hacia la agencia, nos tropezamos con el del tour y una pareja que también va. Vamos caminando hasta el puerto. Llueve liguero. Hay una hilera de unos 30 botes del mismo tipo. En cada uno cabrán unas veinte personas.

Me alegra ver que están techados y en los laterales cuelgan telas que antes de partir recogen, pero que en caso de que nos llueva demasiado nos mantendrán mínimamente a resguardo. Izad las velas!!! Viento en popa!!! (en proa, y a babor y a estribor también ; )

Salimos del puerto. La mancha de barro que la temporada de lluvias lleva hasta el mar, se adentra más allá de la vista. Aunque Rinca está bastante cerca de Flores, nos separamos de la costa lo suficiente como para que la mar agite nuestro barquito, aunque sin llegar a ser preocupante. El trayecto dura bastante más de lo que habíamos supuesto (hora y pico?). Por el camino hemos entrado en aguas más claras y dejado atrás varios islotes. Las vistas de la costa son muy bellas, tienen mucho relieve. Aunque muchas colinas están deforestadas, están cubiertas de hierba de manera que la visión recuerda a una suerte de Irlanda tropical. La parte más cercana al mar si mantiene gran parte del bosque y manglares, que se  adentran en el mar. Intercaladas, pueden verse playas de rubia arena.

Llegamos a la isla. El pantalán al que accedemos nos lleva hasta un portal, donde nos esperan los guardas del parque, que blandiendo largas varas terminadas en Y, van conduciendo a los guiris que llegamos de visita. Anoche llovió lo que no está escrito, y en el parque eso se traduce en que los caminos de acceso son un barrizal tan grande que tenemos que caminar haciendo equilibrio por el murete lateral, para no ponernos de barro hasta las orejas. En este acceso ya vemos el primer dragón de Komodo. Es pequeño, y se mueve ágil, adentrándose en el manglar, así que lo perdemos de vista rápido.

Llegamos hasta la oficina. Comprar tickets y continuar. Al llegar junto a las casas de los guardas vemos el primero de los grandes. Es impresionante pero… es justo lo que nos temíamos a raíz de lo que nos habían contado los españoles que conocimos en Koka Beach: los bichos están por las casas de un pasivo, que parece más un zoológico que un avistamiento en hábitat natural. Fotos y seguimos.

Por el camino el guía nos cuenta un poco de los dragones. En la Isla de Rinca son unos 1500. Viven unos 50 años porque les dan a veces de comer para sostener la población, en caso contrario suelen vivir unos 35. La gestación dura unos 28 días en el interior y luego unos 9 meses en los agujeros que cavan. Éstos tienen un metro de profundidad y luego otro metro en horizontal. Caban 2, uno de ellos es un falso señuelo…

El paseo nos lleva por la zona de puesta, luego subimos a una colina desde donde se ven un poco las vistas… todo muy parque temático hasta que empezamos a bajar y damos con uno que ca subiendo la colina y flipamos! Ahora sí! Peazo bicho! Avanza cadencioso pero sin pausa. Saca su lengua bífida de al menos 30 cm, husmeando con ella los olores circundantes. Muchas fotos, pero lamento no haber traído el móvil, ya que con mi GoPro china este tipo de fotos no quedan nada bien.

Ya de vuelta, vemos que ahora junto a las casas hay dos y ambos muy activos. Disfrutamos del espectáculo un rato. Nos sorprenden los colores, yo los hacía totalmente negros. Seguimos hacia la salida y damos con otro pero de los jóvenes. Lo vemos con cautela que estos van más ligeritos. Pero la mayor de las sorpresas fue ya casi en la salida cuando junto al puesto de comidas vemos: Free Wifi…

No damos crédito, pero los que llevan móvil lo prueban y épale!!! funciona!!! Hemos tenido que salir de Flores e ir a Komodo para dar con wifi!!! Nos partimos de risa ; )

Según embarcamos nos reparten la comida. Es sencilla, pero anoche apenas hubo cena, así que la comemos con gusto. La ruta de vuelta no añade nada nuevo. A parte de la pareja de Eslovenia con la que llegamos, hay una chica canadiense y un chico mexicano. Pasamos el rato hablando, hasta llegar al islote donde vamos a hacer snorkel. Gafas, tubo y aletas, y pal agua! Pasamos casi una hora, y dado que nuestras expectativas no eran muy altas nos sorprende gratamente. Después de pasarme el día a remojo en Filipinas, en este viaje esperaba tener muchas más oportunidades de hacer snorkel, pero aquí no hay tanto sitio a pie de playa. Estreno mi GoPro china, pero he sacado tantas fotos hoy que tampoco me dura mucho la batería.

Sobre las 15:00 volvemos en parte porque los eslovenos tienen que ir al aeropuerto a buscar sus mochilas que se las han perdido. Nos da inicialmente un poco de rabia volver ya, pero se nos pasa rápido. A poco de alejarnos, vemos que se acerca un buen aguacero y en poco tiempo engulle al islote. La barca va a todo meter y aun así nos termina alcanzando un poco pero en seguida para. Llegamos al puerto y poner un pie y arrancar a llover es todo uno. Hemos tenido mucha suerte. Hemos podido hacer la visita sin problemas, ver un montón de dragones activos e incluso un ratito bueno de snorkel.

En directo vamos a por unas birras y luego volvemos a la zona del puerto, que esta noche es Nochebuena y queremos pillar y compartir un poco de arrak con nuestros colegas de hostal. Tras preguntar por las tiendas llegamos a la adecuada y pillamos dos botellitas de agua pequeñas de arrak. Por el camino nos encontramos con Adolfo el mexicano, que está con la canadiense, y como ella se va a retirar se une a nosotros y volvemos al hostal. La gente tiene otros planes pero quedamos para mas tarde, de modo que nos vamos a cenar con el mexicano al vegetariano de otros días. Cenamos bien y nos quedamos un buen rato hablando del mundo y sus problemas. Adolfo vive en EEUU, pero ha vivido en en Colombia y otros países, parece buen tipo.

A sorbitos vamos dando cuenta de arrak. Está bastante mejor que la mayoría de los que hemos probado. Después de hora y pico volvemos al.hostal, pero por alli no hay nadie, así que nos vamos a tomar algo a alguno de los bares/restaurantes orientados al turismo. No son baratos pero estan agradables y como llevamos el arrak, simplemente pedimos unas colas y nos preparamos los combinados, aunque casi que nos gusta mas solo. Al poco nos damos cuenta que están los mayorquines allí con su instructor de buceo, que resulta ser español, pero lleva 12 años rulando por el mundo con el tema del buceo. Lo pasamos bien pero no nos alargamos demasiado ya que mañana nos vamos en avión a Lombok y hay que levantarse antes de las 7.

Bueno, pues así transcurrió nuestro último día en Flores y la Nochebuena…

… feliz Navidad ; )))

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