Miércoles 21 de Diciembre de 2016
Inerie y poblados
Sobre las 7 y media nos levantamos muy descansados. El desayuno es una auténtica basura, tortilla de menestra cruda… la habrá sacado del congelador y a la sartén?
































Al parecer nuestro amigo de la moto ha estado como una hora esperándonos, pero terminó cogiendo camino… pues, bastante que me alegro. Cuando estamos preparados nos vamos los 4 a la oficina de turismo a ver que nos cuentan y ver como hacer para pillar motos.
El tipo de la oficina parece un tipo honesto, nos cuenta lo que podemos hacer y al sacar el tema de las motos nos dice que sí, pero que puede avisar a varios que las tienen en regla. Ok. Al poco aparecen tres tipos con sus motos. Los holandeses se pillan la mejor, pero de las que quedan Jose se raya, con razón, porque los neumáticos no tienen dibujo. El de la oficina llama a otro. El tipo llega al poco, la moto está ok, pero no tiene matrícula? Si, la tiene guardada bajo el asiento. Le pedimos que la ponga y se la pone. Luego nos da una charleta de que allí no es obligatorio el seguro, y que si algo ocurre lo tenemos que pagar todo y bla bla bla… que sinceramente a punto estuvo de quitarnos las ganas. Jose prueba la moto, la siente bien y tiramos. Nos cuesta 100.000.
A todas estas, los holandeses han cogido camino… equivocado. En el primer cruce tiraron a la derecha, cuando era izquierda. Bueno, no hay mucha química así que ya nos veremos. Arranca nuestro periplo y la sensación de libertad es tan grande que sonrío.de oreja a oreja. Llevamos días moviéndonos como ganado, te metes en un coche, un bus, un bemo, y pierdes el control de a donde ir, donde parar y qué hacer. Mi pelo rapado se mece al viento, ondeando cuál bandera, gritando freedom!!! ; )))
La carretera nos acerca al volcán Inerie y lo vamos rodeando. Es imponente. Si tuvieses que dibujar un volcán seguramente dibujarías el Inerie. Su forma es perfecta e impone como va ganando pendiente según coge altitud. La carretera que lo rodea va hundiéndose en un valle que termina en el mar, de manera que el volcán va elevándose sobre nosotros cada vez más. Por la zona hay varios poblados con sus construcciones tradicionales. Encontramos un desvío que parece llevar a uno de ellos pero no lo tememos claro. Justo en ese momento pasa alguien que nos lo confirma, así que nos metemos.
El primer poblado que vemos nos gusta mucho. Está configurado por una serie de plazas/terrazas escalonadas a distinta altura, con todas las casas circundando este espacio central. Los tejados son de paja, con una curiosa forma. La parte baja tiene menos pendiente, pero en la parte central se elevan verticalmente, como si fuera una suerte de sombrero de bruja. La construcción está hecha con bambú y algo de madera. El Inerie queda justo detrás, así que las vistas son maravillosas. Al irnos nos llaman para que firmemos en el libro y demos un donativo, damos 10.000.
El siguiente poblado es similar, pero en lugar de una zona central rectangular, es más ovalada. Tenemos que pagar a la entrada 25.000 cada uno y nos ponen una especie de corbata. Está muy bonito, pero parece más parque temático que el primero que parecía más auténtico. En este, en los porches de cada casa hay una hilandera tejiendo los tikka, paños locales cuya principal característica es que se tiñen los hilos con el diseño antes de tejerlo. En el primero, la vida parecía la normal al margen de los turistas.
Seguimos bajando y bajando. Antes de llegar al fondo nos cruzamos con los holandeses, que van de vuelta a comer. Llegamos hasta fondo del curso en busca de las hotsprings. Flipamos. El curso del río en su conjunto emite vapor en grandes cantidades. Dudamos de si la temperatura es apta para el baño. Nos bajamos de la moto y nos acercamos. Va! Hay que pagar! En cualquier caso entramos a mirar, a ninguno de los dos le apetece mucho y empieza a llover, así que nos movemos rápido hasta una tienda cercana a guarecernos. Tienen cervecita fría a si que la espera no lo es tanto y para cuando terminamos ya ha amainado. Seguimos.
La ruta que hemos decidido hacer forma un circuito, que nos parece más interesante que volver por el mismo camino. No hay otra cosa que selva y pueblitos de factura sencilla, bambú, madera y planchas metálicas por techo. Nos pasamos todo el camino respondiendo al saludo de la gente: Alo mister!!.
La gente hasta el momento nos ha ido dan una de cal y otra de arena. Hay gente muy afectuosa y amable, pero también hemos topado con gente mal encarada. Seguramente han sido más los amables, pero suficiente como para que no pueda ponerlo en el top 5 del Sudeste Asiático.
Cuando terminamos nuestra vuelta son las 15:00, no hemos comido y vuelve a amenazar lluvia, así que buscamos un warung en Bajawa. Comida sencilla y correcta, al precio estándar 25.000~35.000. Después de comer pasamos por el banco y la agencia de turismo, pero está cerrada. Son las 17:00 y habíamos quedado en dejarla allí antes de las 18:00. Para hacer tiempo nos damos una vuelta por la ciudad y compramos arrak, aunque sinceramente este apesta más que ningún otro. Volvemos a la oficina de turismo a las 17:45 y esperamos hasta las 18:15. Empieza a llover. Volvemos al hotel. La moto la dejaremos allí y le explicaremos la película a la dueña. Llueve, pero llueve de aupa. Los tejados de chapa metálica de muchas de las casa acrecienta el sonido de la lluvia… pero llueve!!!
Nos subimos a la terraza cubierta de la planta de arriba. Yo escribo el blog, Jose se entretiene haciendo pulseras. Sobre las 20:30 aun no ha parado de llover pero no hay Telepizza, así que tendremos que salir. En Bajawa la temperatura encima es fresquita, así que me pongo el polar-chubasquero. En el fondo no es pa’tanto y llegamos sin mayor problema al restaurante.
La cena es un desastre, la comida no sabe a nada?, no hablan ni una palabra en inglés, así que se producen varios equívocos incluso a la hora de pagar. Salimos rabiando y los del local otro tanto. Los holandeses se piran y nosotros nos quedamos en un bareto con música en directo, que nos han dicho que está bien.
Nos sorprende el grupo: es un puto desastre. Desafinados, desacompasados, no les llega la voz?! Pero en el fondo nos lo pasamos bien, sobre todo cuando cantan algunos temas en español… somos incapaces de entender la letra. Lo del español es sorprendente. Al parecer después de franceses, la segunda nacionalidad con más turistas en Flores es la española. Me sorprende porque aunque en España haya de todo, en Flores solo caben dos tipos de turismo, el mochilero y el de pasta. En sitios como este, sin apenas desarrollo, sin apenas clase media, eso se refleja en el turismo posible. No hay mucha oferta, y la relación calidad/precio es baja incluso pagando. El mochilero acepta condiciones ajustadas para viajar económicamente, el rico siempre puede pagar lo que quiera. Por otra parte, hasta la fecha sólo nos hemos tropezado con la chica catalana de Koka Beach. El turista mayoritario español prefiere paquetes turísticos, de riesgo bajo y cierto nivel de comodidades y eso no es Flores. Pero bueno… ahí estamos oyendo a un grupo que cantado unas cuantas canciones en español, que no parecen casuales…
Nos volvemos al hostal, y seguimos un rato en la terraza. Terminamos pasando del arrak, la verdad es que este está muy ruin, y además toca irse a la camita que mañana tenemos otro día de tránsito muuuuuuy largo.
Lo dicho, pa la cama!!! ; )))