Miércoles 16 de Septiembre – 25,1 km
Montes en el horizonte…

Bueno… después de más de una hora redactando esta entrada, va y se borra… así que ahora seré breve.

Ayer terminé de ponerme al día con los blogs y me acosté sobre las 23:00. Me levanté a las 8:00, descansado. Lavado de cara, cepillado de dientes, WC, desayuno rico y arrancando. Eran las 9:30 cuando empecé a caminar.

Anoche llovió toda la noche, pero amaneció despejado, aunque frío y muy ventoso. El camino se ve lindo, con sus campos de cultivos y canales, pero la proximidad de la carretera le quita encanto. Al llegar a Hospital de Órbigo hay una bifurcación, y elijo la variante que, aunque es un poco más larga, se separa de la carretera y atraviesa varios pueblos. Buena elección.

Mientras atravieso Hospital, al pasar un cruce de calles, veo que alguien silba a unos 20 metros. Entiendo que no es para mí y sigo caminando. Al llegar al puente me paro para hacer unas fotos y veo que la misma persona se me acerca… ¡coño! Pero si es el fisio del albergue. Le pido disculpas, no lo reconocí, y me acompaña parte del camino mientras cruzamos el pueblo. Suelo sentir cierto rechazo por las personas que percibo que tratan de venderme algo, y algo así me ha pasado con este hombre. Me avergüenzo un poco de ello, ya que en el fondo se ve que es buena gente. Al llegar a la iglesia, la encontramos cerrada y allí nos despedimos con los mejores deseos… : )

Sobre las 12:30 voy casi a medio camino y me paro a tomar un pincho de tortilla y un café. Me encuentro con Sus y Clara, que salieron una hora antes que yo, pero ya siguen. Al poco aparecen Laura y Judith, nos saludamos, pero ellas no paran y siguen su camino. Después del refrigerio y de estirar un poco, continúo.

Me vuelvo a encontrar a Clara y camino un rato con ella, pero se queda atrás. El día ha ido cambiando y empieza a amenazar lluvia. A las primeras gotas, me pongo el polar impermeable y la funda a la mochila. Al poco oigo a alguien gritar, me viro y veo que me hacen señas. Me acerco porque empiezo a intuir lo sucedido. En efecto, una chica española se ha encontrado mis gafas de sol y el frontal. ¡Muchas gracias! Con las prisas de guarecerme de la lluvia me dejé la cremallera abierta. En eso, Clara me ha alcanzado, caminamos un rato juntos, pero vuelve a quedarse atrás.

Ya veo Astorga al fondo, y el telón de nubes de acero y la cortina de lluvia que arropa la ciudad. Son las 14:30. Aprieto a ver si llego a Astorga antes de que me pille, pero a 3 minutos del primer bar cae una tromba. Como amaina, continúo pa´ ir directo al hostal. Sale un poco el sol, que ayuda, porque las piernas y pies piden respiro. Pero la Astorga en la distancia estaba más lejos de lo que parecía, así que vengo llegando al albergue a las 15:30.

Ducha, lavar ropa, tender y sentarme a cuidar la ropa… porque el cielo amenaza y no quiero que se me moje. Entre tanto, veo que Clara y Sus acaban de llegar al albergue, hablamos un poco y seguimos con nuestros quehaceres. Mientras espero por la ropa, escribo el relato diario. Se me hacen las 19:00 en ello, recojo la ropa y subo al dormitorio. Allí están Laura y Judith, hablamos un poco. Cuando voy a añadir las fotos descubro que el ca#@*rón del móvil me ha eliminado todo lo escrito y empiezo de nuevo…

Ya son las 20:00, así que me voy a comer algo rico y luego cierro esto… 😉

Pues ala, me he cenado una sopa de cocido (sosa) y un riquísimo plato consistente en mollejas de cordero fritas, sobre lecho de papas, güevos fritos, pimientos fritos y un Ribera de Duero, y, y, y… ¡me suuuuuupo!

Una curiosidad: esta gente de León son mu rudos, ¿eh? Te reto a que encuentres un Marlboro Light en la máquina de un bar… ;)))

Hasta mañana, gente. Si se me ocurre algo más digno de contar, lo será en la entrada de mañana. ¡Dulces sueños!

Y esta es la historia corta… ; )

3 comentarios en “Día 5: San Martín del Camino – Astorga

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