Domingo 13 de Septiembre – 18,9 km
Primeras lluvias

Anoche me tuve que beber la birra de un trago y salir pitando al albergue, porque lo cerraban (y apagaban la luz) a las 22:00. Llegué a menos cinco, así que me dio tiempo de visitar el WC y llegar a oscuras hasta la cama.

Aunque dormí como un lirón (a las 22:30 ya estaba frito), no sé qué tal lo harían mis vecinos… corre por el camino la leyenda de un fatídico leviatán, de titánico ronquido, y quien de él cae presa, su sueño perturba de por vida… juuuuurrrrr ;)))

La gente se levanta de noche. De forma cuidadosa primero, e insolentemente ruidosa al final. Aunque no queda otra que ir despertando, lo cierto es que, a las 6:15 —cuando miré el reloj del móvil— ya llevaba casi ocho horas durmiendo…

Aguanto las ganas de ir al baño, esperando que se vayan todos, y a las 7 menos cuarto me levanto… ¡solo! :))) Recojo tranquilamente y me voy al bar del pueblo a desayunar: café con leche y tostadas (3,5 €), y a las 8:10 comienzo a caminar. Amanece.

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Me he puesto el polar impermeable, porque hoy podía llover. En efecto, a la media hora de empezar a caminar veo cortinas de lluvia en el horizonte, que en otra media hora me alcanzan. Empieza a llover con ganas, pero luego calma, aunque no deja de llover hasta las 10:30, cuando llego a Reliegos.

Llevo ya casi 13 km, así que me meto en un bareto rebosante de peregrinos, me tomo un pincho de tortilla y un café con leche (3,5 €), mientras me seco un poco. Allí está la pareja de catalanes, hablamos un rato.

Superfruta!!?

Me faltan 6 km hasta Mansilla de las Mulas. Hoy he ido bastante más ligero que ayer y así sigo, de forma que, a las 12:30, ya había hecho mis 19 km. Llego al albergue municipal con los catalanes, fichamos (7 €), dejar las cosas, ducha, lavar la ropa y ya son las 14:00.

He quedado con Marta, que hoy vuelve a Madrid después de estar el finde con sus padres en León. Mientras espero, recibo malas noticias familiares…

Cuando llega Marta aún llueve, pero encontramos una tasca donde meternos. El pueblo está en fiestas y hay ambientillo. Caen varias cañas y cortos, con su correspondiente tapa (2 €/ronda). A las 16:00 se va Marta y yo vuelvo al albergue. Momento risas sacando fotos con el Fary y las peregrinas.

En el albergue saco la ropa al patio a ver si se termina de secar y me junto con un riojano y un catalán para dar una vuelta al pueblo. Es bonito. La plaza está rodeada de casas rústicas, cuya segunda planta, soportada por pilares, resguarda la galería que la circunda. Vemos las murallas y las dos iglesias y… ¡ya está!

Son las fiestas del pueblo, pero la lluvia lo ha chafado un poco. Me he quedado con ganas de ver la lucha leonesa, que al parecer se parece a la lucha canaria.

Vuelvo rápidamente al albergue porque el cielo amenaza, recojo la ropa y me siento en un local próximo a redactar to’esto.

A las 8 y pico me acerco a un restaurante recomendado, a ver qué tal, pero al final tengo que esperar hasta las 9.

¡Güeno, güeno, güeno! ¡Menú homenaje! Arroz cardosso y manitas de cerdo con langostinossss…

22:30 Me voy al catre, a seguir dando alas al mito del leviatán del camino…

¡Güenas nochiesss! ;)))

2 comentarios en “Día 2: El Burgo Ranero – Masilla de las Mulas

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