Sábado 12 de Septiembre – 18,2 km
A newbie on the way

Anoche me metí en la cama a las 22:30 y, contra mis expectativas, a las 23:00 ya dormía. Me desperté alguna vez, pero dormí como un lirón hasta las 7:30.

Me di una ducha y recogí… ¡allí no quedaba ni dios! ¡Qué estrés de pilgrims! Y, en efecto, son más pilgrims que peregrinos, porque, por el momento, el 80% son extranjeros.

Yo, que estoy empezando, me lo tomo con calma. Desayuno en el mismo albergue (café con leche, zumo y tostadas con tomate: 3,5 €), por aquello de tener un WC cerca después del desayuno ;).

Saliendo de Sahagún, disfruto de la arquitectura clásica, el puentito sobre el riachuelo, y me empiezo a familiarizar con la señalización del camino, ya sean carteles oficiales o la omnipresente flecha amarilla. ¡Me encanta! En unos días seguro que no le veo ninguna gracia, pero ahora le encuentro encanto hasta a esas infinitas extensiones de terreno labrado, las balas de paja y el camino recto hasta el horizonte.

Los peregrinos salpican el recorrido. Solitarios o en pequeños grupos, se reparten separados por apenas unos cientos de metros. Si te adelantan o adelantas, un «Buen camino» es el santo y seña junto a una sonrisa. El camino, recto, va paralelo a una carretera por la que a veces pasan varios bicigrinos que también giran la cara y te desean buen camino.

Yo he decidido ir con dos bastones de trekking. El sobrepeso no perdona, y las articulaciones agradecen cuatro apoyos en lugar de dos. Me siento cómodo con ellos, y el continuo e hipnótico crick-crick… crick-crick… me ayuda como el tambor de galeras ayuda al reo a remar.

A medio trayecto (9 km) aprovecho un área de descanso para, justamente, eso: aireo los pies un poco y prosigo. Los peregrinos nos adelantamos y volvemos a ser adelantados según vamos haciendo pausas. De este modo, algunas caras empiezan a ser familiares a lo largo del día.

Después de 4 horas y media y 18 km, llego al final de mi primera etapa. Es corta, podría seguir unas horas más, pero así lo planifiqué para ir haciendo el cuerpo. Durante el mes pasado he estado caminando casi a diario, pero el primer reto es acostumbrarse a caminar ~20 km todos los días.

A las 13:30 llego a El Burgo Ranero. A las 14:00 estoy en el albergue. El cuarto con literas es 8 €, pero opto por la cama a 12 €… ¡qué despiporre! Lavar ropa y ducharme. A las 15:30 encuentro dónde comerme un menú (ensalada, solomillo, vino y postre: 10 €). Son casi las 5 de la tarde, así que me pongo a mirar un poco lo de mañana… luego sigo.

La tarde se resume rápido: después de revisar el camino de mañana, me volví al albergue porque el cielo amenazaba tormenta y acababa de tender todas mis ropitas. Recogí y me volví a la plaza, donde me encontré a la pareja de jubilados catalanes de ayer y pasé la tarde de charloteo. Cataluña y el movimiento secesionista fueron uno de los temas más interesantes.

Cuando se fueron a preparar sus cosas, me metí dentro del bar a picar algo y a tomar unas birras. La gente está aquí viendo los partidos de fútbol mientras escribo esto… y me piro, ¡que me cierra el albergueeeee!

¡Hasta mañana! ; )

PD: Al loro con el cartel que tenían en el bareto… ¡original!

Un comentario en “Día 1: Sahagún – El Burgo Ranero

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *